La bruja del siglo XXI
Elizabeth Gómez Alcorta, abogada de Milagro Sala, traza paralelos entre la situación actual de Jujuy y las prácticas del terrorismo de Estado. En su primera condena, por un delito que se comprobó no había cometido, Milagro deberá hacer “tarea social” en Cáritas. Una paradoja que desnuda el disciplinamiento que implica la demonización de la líder de la Tupac. Su defensora considera que está presa por ser mujer, ya que ese es el rasgo “que subvierte todos los órdenes”.
(Imagen: Jose Nicolini)
Cuando Elizabeth Gómez Alcorta decidió asumir la representación de Milagro Sala no se detuvo en posibles costos personales. “Soy una militante del campo popular que trabajo de abogada, no soy una abogada que milita. Los costos los pagamos siempre, o corremos riesgos”, responde después de una semana en la que el diario Clarín la descalificó como “una chica de San Isidro”, como una forma de combatir lo que no se puede refutar en los estrados. Porque Elizabeth, antes de defender a Milagro, pidió copia de las causas y corroboró que estaban armadas. Desde su lectura feminista, la persecución a la líder jujeña tiene reminiscencias medievales: “Milagro es la gran bruja del siglo XXI y hay que quemarla en la hoguera. Para Gerardo Morales es la ofrenda, ofrenda la detención, en términos de lapidación pública”, describe lo que pasa en Jujuy, donde Milagro está cumpliendo un año presa. Cuando la líder de la organización social terminó de declarar en el juicio que le siguen por instigar un escrache contra el gobernador de su provincia, se abrazó con su abogada. A los 44 años, Elizabeth tiene un currículum que incluye haber sido cuadro de honor de su promoción en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, haber representado a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en la causa por el encubrimiento del atentado contra la Amia, y haber sido querellante en distintas causas por delitos de lesa humanidad. Fue subcoordinadora del Programa Verdad y Justicia impulsado por el anterior gobierno nacional. Actualmente, es vicepresidenta del “Movimiento de Profesionales por los Pueblos”. Su vocación es trabajar en derecho indígena pero cuando se le pregunta si a Milagro la persiguen por coya, ella está convencida de que lo determinante es que sea mujer.
¿Por qué decidiste asumir la representación de Milagro Sala?
–En principio porque me parecía que era una causa paradigmática en la defensa de los derechos humanos en esta época, en la época del macrismo, por decirlo de alguna forma. Algo que yo digo siempre es que a mí me dijeron que las causas estaban armadas, que estaban mal hechas, eso es algo que te dicen, pero yo no acepté el cargo hasta que vi las causas. Cuando me vine a Jujuy, la primera vez, me dieron copia, me las llevé de vuelta a Buenos Aires, vi las causas, y vi que efectivamente lo que decían los compañeros –hasta entonces yo no conocía a los compañeros de la Tupac, los conocí acá en Jujuy una vez que vine a eso–, y me pareció que sí, que había una grave violación, que había que denunciarlo, que había que trabajar fuertemente en otro sentido.
Toda esta situación jurídica irregular se sustenta sobre una demonización pública de Milagro por corrupción… ¿Cómo se trabaja contra eso?
–Primero, el trabajo es muy fuerte porque es un trabajo jurídico pero con un acompañamiento político que es poner de manifiesto todas las maniobras que se llevaron adelante. Y algo que yo digo y esto para mí es importante, es que si hay alguna denuncia sobre corrupción, no me gusta usar el término de corrupción porque me parece que es maniqueo, pero digamos cuando hay alguna denuncia sobre mal uso de los fondos públicos, yo creo que el estado es donde más tiene que investigar. Yo no digo que no haya que investigar todo… pero lo que me parece que es clave acá es que no se investigan hechos sino que se investiga a Milagro.
Incluso le pusieron una fiscal abocada a ella…
–Lo que investigan es a Milagro, pero… No se investigan personas en nuestro sistema, sino lo que se investigan son hechos. Por eso yo digo, que investiguen todos los hechos. Cuando vos ves que la plata salía de Nación, iba a las provincias, de las provincias iba a los municipios y de ahí iba a las cooperativas, que Milagro no estaba en ninguna de esas cadenas, ni en Nación, que no firmó nada y no recibió ninguna plata, y la única que está detenida es ella y que no está detenido ninguno de los otros de la cadena, uno empieza a pensar que efectivamente lo que necesitaban era convertirla a ella en el chivo expiatorio. Que investiguen lo que tienen que investigar pero que investiguen bien, que investiguen con las reglas del derecho.
Porque además, primero la meten presa y después van buscando la forma de mantenerla así...
–Cuando uno ve que la detienen por el acampe, que es una monstruosidad, es monstruoso. Es una detención por un acampe pacífico, te das cuenta de que la necesitaban presa. Ese es el punto, que la necesitaban presa. La detienen por lo único que ella estaba haciendo, que era manifestarse. Cuando se dan cuenta de que era insostenible, la causa por corrupción no se inicia antes, se inicia el día previo a que la detengan... con tantas irregularidades, que uno lo que empieza a pensar es que necesitaban mantenerla presa. Después, que investiguen todo, que investiguen bien, que investiguen todo lo que tengan que investigar, pero no éste mamarracho jurídico, que es lo que te mueve a decir que no puede estar pasando esto.
En la causa que terminó con el veredicto de este miércoles, la acusaron de un escrache en el que no participó...
–La imputaron de una incitación a una manifestación, con un único testigo que fue aportado por Morales. Hay una subversión de las reglas del juego, que realmente a lo largo del año se fue viendo en todo… Creo que el clímax, realmente el clímax del escándalo, fue el proyecto de ley de consulta (presentado por diputados del Frente Primero Jujuy, que responde a Morales), pero ese es el clímax. Uno viene viendo, en término políticos, cómo intentan hacer las cosas, esto llega a un nivel que es inaudito. Cuando fue la presentación de la consulta, yo estaba trabajando en el alegato, y en un momento pensé: “Soy docente hace 30 años, y con esto no puedo dar más clases, cómo le explico a los alumnos las garantías, el derecho constitucional, las reglas del juego del código penal, cuando diputados presentan esto, que es pre estado, pre constitución, pre 1853”. En serio, tuve angustia, no lo podía creer, porque no me había pasado en todo el año, sentí angustia. En un punto hay que quemar la constitución. Es como rompieron todas las reglas del juego. Esto es Jujuy.
¿Al asumir la defensa, te imaginaste que ibas a tener que pagar costos personales, como la nota publicada por el diario Clarín?
–En el tribunal oral que está llevando adelante el juicio, en una de las jornadas, el juez Mario Marcelo Juárez Almaraz me gritó de una forma escandalosa, pero además me denunciaron penalmente, esto fue en el mes de mayo. Una locura, me denunciaron por usurpación de título.
¿Por usurpación de título?
–Yo me río. La denuncia fue archivada inmediatamente, pero yo además denuncié penalmente a los denunciantes en el Consejo de la Magistratura. Los costos que están pagando todos los abogados del equipo son muy altos. Inicialmente, yo no tenía conciencia, porque en el mes de febrero uno en lo que estaba pensando era en dos causas, una no iba a suponer que la escalada de violencia en Jujuy iba a tener los ribetes que en su momento tuvo ni tampoco podíamos tener idea de que Milagro iba a estar presa un año, que es lo que se va a cumplir en unos días. De todas formas, soy una militante del campo popular que trabajo de abogada, no soy una abogada que milita. Los costos los pagamos siempre, o corremos riesgos. Cuando vamos por un desalojo en Capital, que este año fuimos a varios, y la policía está por reprimir y voy como abogada, ahí hay un costo que estoy dispuesta a pagar. Igual… lo de Jujuy... Digamos... A mí no me amedrenta, no me amedrenta que me denunciaran, no me amedrenta que me grite el presidente del tribunal, no me amedrenta la nota de Clarín. Creo que cada una de esas acciones habla de Jujuy, del poder político de Jujuy, de los métodos que tiene. Pero sí cada una de las cosas las hacemos saber a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, porque es importante que se vea al cuadro general.
Algunos medios hicieron hincapié en el contraste entre Milagro y vos ¿cómo es tu relación con ella?
–La conocí cuando ella ya estaba presa, así que es una relación que fuimos construyendo a lo largo de este año, cada vez que la vine a ver. Al principio yo iba siempre con Luis Paz, que es el abogado, y en determinado momento decidí ir sola a verla, porque no quería mediatizar el vínculo. Y el vínculo se construyó. La verdad que tengo un vínculo personal muy fuerte con Milagro, y creo que ella lo tiene conmigo. No quiero hablar por ella, pero... Como no la conocía antes a Milagro, sabía de su obra, pero no tenía vínculo o relación en particular. Me parece que es una relación muy llana. Ella siempre me dice que soy muy clara. Ella me dice: “Vos nunca me mentís”. Y a mí me parece que eso es muy significativo. Le explico cada uno de los pasos jurídicos a seguir. Soy docente pero además me parece que a Milagro le sirve, le hace bien. Incluso, cuando ella terminó de declarar, yo la abracé. Tengo un vínculo muy fuerte, y ella ha pasado momentos difíciles. Ahí la veo a ella como una mujer, como una madre, como una abuela, porque ella me habla desde ese lugar también, es una abuela que me está contando qué le pasa a un nieto con la Navidad. Yo le puedo hablar de un lugar de una mujer, madre, que tiene un niño chiquito. Le cuento cosas de mi hijo, tengo una relación.
Este año estuviste además mucho tiempo en Jujuy, ¿cómo te cambió la rutina?
–Estuve en Jujuy, viajé bastante, pero además estuve en un caso que realmente para mí es muy importante en términos de mi vocación. Representé a Facundo Jones Huala, que es un lonco indígena, de una comunidad mapuche de Esquel. El estado chileno lo quería extraditar con un pedido de pena de 26 años de prisión en Chile. Hicimos un juicio en Esquel con Sonia Ivanoff, que es una colega y amiga, y logramos la primera nulidad en un juicio de extradición en la historia de la Argentina, porque estaba vinculado con tareas de inteligencia ilegal, torturaron para que declarara a un joven mapuche, todo esto lo pudimos demostrar en el juicio. Para mí, que trabajo temas indígenas, y es un tema que me apasiona, que hago por militancia. De hecho, presentamos por correo, mientras yo estaba acá, una petición por este caso a la CIDH. Fue un año intenso. En general, nunca viajé más de dos días, estoy separada, traté siempre de viajar los días que no me tocaba estar con él. Pobre mi hijo, también, le tocó una madre así, y un padre que también trabaja en casos similares, así que está acostumbrado.
A partir de tu vasta experiencia en juicios por delito de lesa humanidad, ¿ves una similitud con esta representación de Milagro Sala?
–Sí, enorme. Me invitaron a dar una charla por la noche del apagón, y comparar el caso con el de Milagro, en la Facultad de Filosofía, entonces me detuve a pensar y trabajar en patrones comunes entre los dos casos y vi que hay una cantidad de prácticas terroristas, porque no hay que decirlo de otra manera, en términos del estado con prácticas de terror en los dos casos, salvando todas las diferencias del mundo. Sí, por ejemplo, en términos de la detención para delación, en el caso de Milagro, en cada uno de los casos, se detiene o se presiona a una persona para que declare en contra, y en caso de que no declare en contra, cae en las garras del sistema penal. Así lo demostraron las notas que escribió Alejandra Dandán para PáginaI12 en el caso de Alberto Cardozo. Es muy paradigmático, pero también está el caso Mabel Balconte, en cada una de las causas tenemos una situación así. La aplicación desmedida de la violencia… En abril hubo una serie de allanamientos, hubo 60 allanamientos, pero hubo un día muy particular, que fue el día que se hizo la marcha del 1° de mayo en Capital, que se hicieron 25 allanamientos en el Alto Comedero, con un nivel de violencia, con grupos especiales, de la policía, que además tiene una implicancia que todos los que trabajamos temas de lesa humanidad sabemos, que el terror no cae directamente, no es el único destinatario la familia o la víctima directa, sino que en un barrio, esto tiene una implicancia muy fuerte de generar temor. De hecho, el 11 de junio tuvimos un congreso refundacional de la Tupac y un viejo dirigente, un tipo grande de la Tupac, dijo: “Yo nunca pensé que iba a llegar el día que iba a tener miedo de salir a la calle y ese día llegó”. Y para mí fue muy fuerte escuchar eso en democracia. Que un tipo tenga miedo de salir a la calle a militar. Hoy pasa eso, el que tiene algo de la Tupac es detenido, es demorado, hay casos de violencia institucional al por mayor. La persecución a los abogados, porque a Luis Paz lo detuvieron y está imputado en la causa, los multaron a Paula Álvarez Carreras y a Ariel Ruarte... La persecución a los abogados es prototípico de las prácticas del terrorismo de estado, porque es el modo de dejar indefensas a las víctimas y que nadie reclame por ellas. Hay demasiadas similitudes, sobre todo en esto, en distintas prácticas del estado de hoy de Jujuy al estado terrorista de los 70.
¿Crees que si Milagro fuera blanca habría el mismo ensañamiento?
–Creo que la principal característica que subvierte todos los órdenes y que es imposible de sostener para el poder político, económico, para el poder fáctico es que ella es mujer, más que coya. Si uno lo piensa, todos los estereotipos de mujer para una sociedad oligárquica, machista, clasista, conservadora como la de Jujuy los desafía Milagro. Que una mujer desafíe al poder en todo sentido: es negra, es pobre, es coya. Tiene todo... No hay un solo estereotipo con el que ella cumpla, es una mujer a la que se ve aguerrida, combativa. Efectivamente, en una charla por el día Contra la violencia hacia las mujeres, el 25 de noviembre, dije que Milagro es la gran bruja del siglo XXI y hay que quemarla en la hoguera. Para Gerardo Morales es la ofrenda, ofrenda la detención, es una ofrenda en términos de lapidación pública. Llevarla, trasladarla, no dejarla hablar, ponerle un bozal, que cada vez que se mueva esté rodeada de 75 policías, fuerzas especiales. Eso es, hay que ofrendársela, hay que ofrendársela ¿a quién?, a esta sociedad que se siente pacificada. Si uno lee la historia de la persecución a las brujas es… Milagro. Para mí es absolutamente reivindicatorio decir que Milagro está presa por ser mujer. No está presa solamente por ser mujer, pero no hay ninguna duda de que es un rasgo que ninguno puede dudar cuando habla de Milagro.
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