jueves, 30 de agosto de 2012

DIA DEL DETENIDO DESAPARECIDO



CONMEMORARON DIA DEL DETENIDO DESAPARECIDO EN LA PLAZA DE MAYO


Organismos de derechos humanos, encabezados por Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, conmemoraron hoy el Día Internacional del Detenido Desaparecido, instituido por Naciones Unidas en 2006.
Junto con integrantes de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, y la Secretaría de relaciones con los pueblos originarios de la CTA, las Madres, encabezadas por su presidenta, Marta Ocampo de Vásquez y Nora Cortiñas, realizaron la ronda tradicional en la Plaza de Mayo cerca de las 15.30.
Una vez finalizada la ronda, Cortiñas expresó que, hemos avanzado teniendo logros que no han tenido países hermanos, tenemos los juicios y los genocidas que se tienen que sentar en el sillón de los acusados.
Tenemos ahora el tramo de los civiles, que les cuesta sentarse a declarar en el banquillo de los acusados, y niegan su participación pero seguiremos luchando, porque queremos saber a quien le entregaron los cuerpos de los detenidos y desaparecidos, expresó.
El proyecto de Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas fue aprobada en la sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU realizada en Ginebra, Suiza, el 29 de junio de 2006, ante la presencia de Marta Ocampo de Vásquez.
Con respecto a la implementación de la línea 0800 para denunciar la actividad política en las escuelas, Cortiñas manifestó que "está muy bien discutir política en los centros de estudiantes y el 0800 es de un buchón y estamos en contra desde siempre de los buchones".
Por otra parte, Cortiñas expresó que "(Mauricio) Macri es cómplice de todas las calamidades y está destruyendo todo lo que costó tanto conseguir, y echar a seis docentes porque han hecho un sketch es un hecho repudiable, demuestra que es un ignorante".
Por último, expresó que "todos los días los desaparecidos están presentes y los extrañamos y los reivindicamos porque mi hijo Carlos Gustavo está presente".
Después de la ronda, invitaron a los presentes a compartir la obra "La Coronela", de Alicia Muñoz, dirigida por Néstor Sabatini, con la actuación de Isabel Quinteros, que comenzará a las 19 en el Teatro La Máscara, ubicado en Piedras 736.

Silencios y excesos en la confrontación política



Discutan ideas, construyan un proyecto político, pero dejen las agresiones, las mentiras, los agravios de lado.




Hace unos días el escritor Marcos Aguinis publicó una nota en el diario La Nación titulada "El veneno de la épica kirchnerista". La nota, desarrollada en un tono agraviante y ofensivo, pone en escena dos cuestiones muy preocupantes: por un lado, el silencio de las instituciones centrales de la comunidad judía y por otro, una oposición –en este caso con Aguinis como cabeza de proa– que traspasó la frontera de lo tolerable en el marco de la disputa política.
En su nota, Aguinis dijo: "Las fuerzas (¿paramilitares?) de Milagro Sala provocaron analogías con las Juventudes Hitlerianas. Estas últimas, sin embargo, por asesinas y despreciables que hayan sido, luchaban por un ideal absurdo pero ideal al fin, como la raza superior y otras locuras. Los actuales paramilitares kirchneristas, y La Cámpora, y El Evita, y Tupac Amaru, y otras fórmulas igualmente confusas, en cambio, han estructurado una corporación que milita para ganar un sueldo o sentirse poderosos o meter la mano en los bienes de la nación." ¿Está diciendo Aguinis que considera mejores a las Juventudes Hitlerianas que a las organizaciones políticas como las que menciona, porque las primeras al menos tendrían un ideal?
Hace no más que unos meses, en Página 12 salió publicada una caricatura de Gustavo Sala (titulada "Una aventura de David Gueto"), ante la cual se generó un profundo revuelo. La DAIA expresó su repudio a dicha publicación porque dijo: "Se banaliza al Holocausto." Si esa fue la respuesta en ese caso, ¿qué significa el silencio inicial en el que la DAIA, dirigida por Aldo Donzis, se mantuvo? ¿Cómo no repudiar al escritor Marcos Aguinis ante semejante agravio, en el que dice que los que mataron seis millones de judíos, homosexuales, gitanos, "tienen un ideal absurdo pero ideal al fin", y los compara con los jóvenes que militan en el marco de la democracia en distintas organizaciones?
La posterior tibia respuesta del presidente de la DAIA frente a la nota de Aguinis provocó incluso una tensión interna, que se hizo conocida cuando el secretario general de la DAIA, Fabián Galante, escribió una carta pública. En ella, condenó la decisión adoptada por Aldo Donzis, de negarse a responder la clara muestra de banalización del Holocausto formulada por Aguinis en La Nación.
La nota de Aguinis no solamente banaliza la Shoa sino que hasta de alguna manera pareciera comprender a los nazis: dice que son idealistas equivocados. Personalmente, no creo que Aguinis crea lo que dijo, sino que con tal de demonizar y estigmatizar a los jóvenes y a las organizaciones sociales que acompañan al gobierno que ganó con el 54% de los votos, es capaz de decir semejante barbaridad. 
En su artículo, Aguinis habló del odio del kirchnerismo, pero se desprende de cada una de sus palabras la famosa frase de Horacio, "Mutato nomine de te fabula narratur": cambia el nombre que la historia habla de tí.
Es evidente que Marcos Aguinis y una parte de la oposición respiran un odio sostenido; principalmente por la imposibilidad de construir un proyecto político alternativo. Parte de la oposición nos insulta, propone leyes que luego retira y desvaloriza cuando es el oficialismo el que las impulsa; contradicen sus propias banderas históricas, hacen alianzas que nunca se hubieran imaginado llevar adelante, arman campañas mediáticas y difamatorias sin ningún tipo de sustento. ¿Por qué no repudian los dichos de Aguinis? 
El silencio en el que se han refugiado también los hace cómplices de lo dicho. Pero hay límites que no se pueden pasar. El nivel de agresividad que presentan es altísimo y excesivo, y el artículo publicado en La Nación el pasado 21 de agosto pone en escena ambas cuestiones: la falta de un proyecto y de una agenda política propia de la oposición, junto al exceso y a la carencia de límites de los medios de comunicación que representan a los grupos concentrados en la confrontación con el gobierno.
Hacia el final de su nota, Aguinis escribió: "Es patético ver cómo gente grande aplaude y sonríe ante el mínimo gesto que se manda la presidenta mientras actúa por cadena nacional". ¿Qué significa esta irrespetuosa  frase  hacia la investidura presidencial? ¿No es acaso desprecio por el otro lo que se desprende de esta afirmación? ¿No puede pensar que quienes aplauden y sonríen es porque se sienten interpelados por este proyecto nacional?
El país "normal" con el cual Néstor Kirchner soñó necesita una oposición seria que no caiga tan bajo, que no genere declaraciones que ofenden al pueblo argentino y a la humanidad en general. Discutan ideas, construyan un proyecto político, pero dejen las agresiones, las mentiras, los agravios de lado. En definitiva, hagan política, que muy bien le hace al país cuando hay calidad en el debate y en la construcción de las diversas perspectivas que hacen a la democracia. 

TIEMPO ARGENTINO

miércoles, 29 de agosto de 2012

La parodia que no les causó gracia a Macri y a Bullrich


El gobierno porteño separó de sus cargos a docentes de una escuela por teatralizar el cierre de cursos

El ministro les abrió un sumario a la directora, la vice, una secretaria y otros tres docentes de una escuela de Monte Castro por una parodia que incluyó a “Esteban” y “Mauricio”. La Ctera denunció una “política persecutoria hacia quienes piensan distinto”.

Por Werner Pertot
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Esteban Bullrich señaló en su resolución que hubo una falta a “la moral y las buenas costumbres”.
El ministro de Educación, Esteban Bullrich, separó del cargo a tres autoridades y tres docentes de la Escuela 3 de Monte Castro a raíz de una parodia que hicieron de él y de Mauricio Macri. También habría sanciones al portero. En esa dramatización, ante alumnos de sexto grado, cuestionaban el cierre de cursos que impulsó la gestión PRO. El funcionario consideró en la resolución que hubo una falta a “la moral y las buenas costumbres”. A algunos los separó por participar de la parodia, a otros por autorizarla o bien por “haber omitido manifestarse en contra”. Desde los gremios consideraron que “se los separa por pensar distinto”. “Aunque nos echen a todos, no vamos a dejar de defender la educación pública”, planteó el titular de UTE-Ctera, Eduardo López, quien dijo que presentarán un amparo. Los gremios docentes discutían anoche qué medidas iban a tomar.
La denuncia partió de un video emitido en varios noticieros y que –según la gestión PRO– fue grabado por un padre. En él, se ve a dos hombres que hacen una parodia ante un grupo de chicos con guardapolvo blanco. Los que actúan se hacen llamar “Mauricio” y “Esteban”. Y dicen:
“–Tenemos que hacer algo por la educación pública.
–Ya sé. Saquemos a los gremios y elijamos los docentes a dedo.
–No, pero quiero más. ¡Más!
–Y mirá. Ya les sacamos los subsidios para cuestiones edilicias y se los dimos a las privadas.
–Mirá: en esta escuela este grado tiene doce y este otro tiene trece alumnos.
–¡Ya está! ¡Cerrémoslo ya! Después, les vendemos el chamuyo de que es para que socialicen más”.
Cuando Bullrich anunció el 0800 para denunciar “intromisión política” en las escuelas, este diario le preguntó qué medidas podía tomar ante eventuales denuncias y el ministro dio como ejemplo este sumario que le habían abierto a autoridades y docentes de la escuela de Alvarez Jonte al 4600. En el sumario, los involucrados argumentaron que los padres les habían pedido una “medida de protesta”. La mayoría de la Junta Disciplinaria docente consideró que la teatralización fue una “simple manifestación” y no tenía gravedad institucional. El ministro dejó de lado ese criterio y dictó la resolución 2771 por la que separó del cargo preventivamente a la directora Liliana García, a la vicedirectora Rosa Maqueira, a la secretaria Sonia Mugerli, a las maestras Carolina Hernández y María Celeste Salgán Ruiz y al maestro bibliotecario Guillermo Di Fini. También inició el trámite para suspender al auxiliar de portería Néstor Dávila. No podrán estar ante estudiantes mientras siga el sumario.

Moral y buenas costumbres

El Ministerio de Educación omitió entregar el texto de la resolución a este diario, pero Página/12 lo consiguió de todas formas. Entre los argumentos, el funcionario PRO consideró que participaron “en una representación disvaliosa de las imágenes del jefe de Gobierno y del suscripto”. Señaló que corresponde separarlos a todos “ya sea por haber autorizado la realización de la ‘dramatización’ en cuestión, por haber omitido manifestarse en contra de la misma (...) o incluso por haber participado en la misma”. La supervisora escolar se salvó de ese criterio porque se mostró en desacuerdo durante el sumario.
Como razones para separarlos del cargo, indicó que se vulneraron diversas partes del artículo 6 del Estatuto Docente y entre ellas mencionó educar “con absoluta prescindencia partidaria y religiosa” y “observar una conducta acorde con la moral y las buenas costumbres y con las normas de ética del comportamiento social”. Estas cláusulas fueron remarcadas en el comunicado de prensa que distribuyó el Ministerio de Educación.
“Estoy defendiendo la escuela pública con esta decisión. El problema es la utilización de chicos de seis o siete años, de primaria. Es vergonzoso el video. La medida que estamos tomando se ha tomado cientos de veces en la instrucción de un sumario”, señaló Bullrich a este diario. “No compro el discurso de la persecución. Todos los días me encuentro con docentes que me hacen comentarios críticos. Si separara a todos los que me hacen críticas, no tendría docentes en la Ciudad”, graficó el ministro.
“Este gravísimo hecho confirma la política persecutoria del Gobierno de la Ciudad hacia quienes piensan distinto sentando un precedente inédito en treinta años de democracia”, consideró el titular de UTE-Ctera en una conferencia de prensa. “Con esta medida, tomada en contra de la recomendación hecha por la Junta de Disciplina docente, Macri y Bullrich avanzan sobre la libertad de expresión sumando, a la persecución, el castigo a los que expresan sus ideas”, afirmó López. “Los docentes estaban criticando la política de cierre de grados. Gracias a esa y otras actividades se evitó el cierre de muchos cursos”, argumentó. López evitó hablar de las medidas de fuerza que van a tomar hasta la reunión que tenía prevista con representantes de otros gremios ayer por la noche. Hoy anunciarán de qué manera enfrentarán la resolución de Bullrich.

pagina12

martes, 28 de agosto de 2012

Gremios repudiaron sanciones contra docentes porteños por parodiar a Macri




La decisión de apartar a seis docentes que realizaron una parodia del jefe de gobierno Mauricio Macri y el ministro de Educación Esteban Bullrich "es un avance contra la libertad de expresión", dijo Eduardo López.
Docentes y legisladores porteños de la oposición rechazaron y repudiaron las sanciones impuestas por el gobierno porteño a seis maestros y un auxiliar de una escuela pública del barrio de Monte Castro que en marzo pasado teatralizaron un conflicto por el cierre de grados, en el que personificaron al jefe de gobierno Mauricio Macri y a su ministro de Educación, Esteban Bullrich.
Los docentes sancionados con el apartamiento de sus cargos, que serán trasladados a otras escuelas donde no podrán estar al frente de los alumnos, presentarán mañana un recurso de amparo para que la medida no se efectivice mientras dure el sumario.
En apoyo a los docentes sancionados, entre ellos la directora y su vice, la comunidad educativa de la escuela 3 de Monte Castro realizará mañana a las 12.30 un abrazo simbólico al establecimiento, situado en Alvarez Jonte 4651.
El secretario general de UTE, Eduardo López, afirmó que los chicos de la escuela "se fueron hoy con la imagen de los docentes retirando sus pertenencias de la escuela por defender la escuela pública y eso es algo inadmisible".
Durante una conferencia de prensa, alertó que si el gobierno porteño va a echar a los que defienden la escuela estatal "que empiecen con todos nosotros que somos los primeros en combatir sus políticas".
López manifestó que es "incomprensible" la situación en la que el gobierno porteño pone a estos docentes "porque los ha separado preventivamente del cargo cuando el sumario todavía no se ha conformado".
En este sentido destacó que lo único que aduce el Ministerio de Educación es que estos maestros "se han excedido en sus funciones sin aclarar qué quiso decir con eso" y añadió: "Confío en la Justicia y espero que tanto Bullrich como Macri recapaciten sobre la barbaridad que están por hacer".
La secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), Stella Maldonado, manifestó su repudio "a lo que es un eslabón más en la cadena de medidas persecutorias del gobierno de Macri".
En tanto, Carlos Oroz, secretario general de la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior (Ademys) manifestó su compromiso "para llevar a cabo todas las acciones necesarias para evitar este atropello a la comunidad educativa".
“Sostenemos que mucho más grave es que Macri, estando procesado, siga en funciones y nadie lo echa. Por esa razón analizaremos medidas de acción directa en conjunto", aseguró Oroz.
Por su parte, diputados de la oposición porteña presentaron un proyecto de repudio a la decisión de separar de su cargo a los maestros primarios.
La declaración de "enérgico repudio" define a la resolución 2711/MEGC/2012 como "un arbitrario ejercicio de la potestad disciplinaria y un cercenamiento a la libertad de expresión y de cátedra".
"Defendemos el derecho de los docentes a expresarse sin temor a ver perjudicada su carrera docente", sostiene el texto redactado por la legisladora Laura García Tuñón.
En tanto, el legislador Aníbal Ibarra consideró que "el jefe de Gobierno debería entender que la crítica no es una falta de respeto y que los docentes no son sus empleados".
En declaraciones a Télam, la legisladora María Elena Naddeo, del Frente Progresista y Popular, dijo estar "alarmada por esta decisión" e informó que "no hay antecedentes de este tipo de medidas en el período democrático y sabemos que sólo se han aplicado en casos realmente graves".
Para Francisco "Tito" Nenna, "Macri y Bullrich aplican un mecanismo que no se registra desde que el brigadier Osvaldo Cacciatore era el intendente de facto en la Ciudad".
El Ministerio de Educación de la ciudad comunicó hoy su decisión, en la que argumenta que esa teatralización realizada en el marco de una reunión de padres en torno al uso de las netbooks "vulnera varias de las obligaciones contempladas en el artículo 6 del Estatuto Docente" en el que se menciona “observar una conducta acorde con los principios de la moral y las buenas costumbres”.
"No hay asidero para que haya ocurrido esto", reflexionó una mamá en diálogo con Télam y cuestionó el hecho de que apenas conocida hoy la resolución del Ejecutivo porteño "los seis docentes tuvieron que guardar sus cosas para irse".
Los chicos presenciaron esta situación, dijo la mujer que prefirió no identificarse, quien consideró que esta es una forma de decirles "no protestes porque mirá lo que te va a pasar".
"Los maestros y nosotros como padres sólo defendimos la escuela pública", resumió.

TELAM

Sanción PRO


Sanción PRO: Bullrich ratificó el castigo a seis docentes

El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, ratificó la decisión de separar del cargo a seis docentes que durante un acto escolar realizaron una parodia de su gestión educativa y de Mauricio Macri.







El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, ratificó la decisión de separar del cargo a seis docentes que durante un acto escolar, en el que participaron alumnos del nivel primario, realizaron una parodia de su gestión educativa y del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
"Vamos a tomar las decisiones que haga falta para defender la escuela pública y que no se traten en forma abusiva los derechos de los chicos", dijo el funcionario en declaraciones radiales.
Bullrich indicó que directivos y docentes fueron separados en forma preventiva del cargo, con goce de haberes, hasta tanto se conozca el resultado de un sumario abierto por el hecho, ocurrido en marzo pasado en una escuela del barrio porteño de Monte Castro.
El conflicto se desató por un video donde se ve a maestros parodiando la gestión macrista en Educación. Sucedió en la Escuela Nº3 DE 18, en Monte Castro. En INFOnews, una profesora de la institución y desde UTE-CTERA contaron la situación y la calificaron como "muy grave" la decisión del PRO. Además, desde diferentes sectores manifestaron su repudio a la medida.

EL JUEGO DEL MIEDO


http://www.apuntesdiscontinuos.blogspot.com.ar/2012/08/el-juego-del-miedo.html



Por supuesto que el Jefe de Gobierno porteño jamás pensó en prohibir el libro de historietas “El Eternauta” en las escuelas. Aunque ni lo debe haber ojeado, no va a cometer semejante burrada. También debe saber que no existe historieta o libro que se llame el Nestornauta. Lo importante es sembrar el miedo y la desconfianza. El 0800 que habilitó para denunciar la intromisión de grupos partidarios en las escuelas tiene corta vida. Pero no importa, el objetivo ya está cumplido: arrojó la piedra para que se dibujen las ondas expansivas en el agua. Lo demás viene solo. Los gremios docentes, padres en desacuerdo, los alumnos, exponentes de diversas fuerzas políticas hacen oír sus protestas. Del otro lado, periodistas exaltados por el avance del autoritarismo y las juventudes hitlerianas; padres temerosos que no encuentran lugar donde poner nuevas rejas ante la inseguridad que ataca desde todos los frentes, que ven vulnerado el lugar que debe ser más seguro; y caceroleros que nunca saben de qué va la cosa pero igual siempre están dispuestos a oponerse, porque nada es suficiente para frenar a las hordas K. Como su personaje está construido a partir de una monstruosa vacuidad, cualquier torpeza está perdonada de antemano. Además, Macri sabe que está apostando a futuro, que sin decirlo está presentando su presidente modelo 2015. Como todavía tiene tiempo para diseñar un candidato de proyección nacional, antes que elaborar un listado de ideas y propuestas, está probando diferentes máscaras para ver cuál cae mejor.
Pero siempre es bueno prestar atención cuando se recurre a generar el miedo en una sociedad. Dicen que dijo Bertold Brecht: “nada más parecido a un fascista que un burgués asustado”. Miedo al diferente, miedo al mal vestido, miedo al que piensa, al que lee, al pobre. Miedo a un libro. En la novela de Ray Bradbury, Fareheit 451, la inseguridad estaba en los libros. Un estado autoritario en serio había instalado la desconfianza hacia los libros a través de una televisión constante y vacía, omnipresente, familiar. Los libros estaban prohibidos y se los quemaba. Un grupo de rebeldes resiste en la periferia de esa sociedad memorizando las grandes obras literarias, filosóficas, teatrales. Cada rebelde es un libro y puede recitarlo íntegramente. Esto no quiere decir que el alcalde de la CABA pretenda formar un temible cuerpo de bomberos cuyo objetivo sea quemar libros con un lanzallamas. Aunque tenga ganas, no se atrevería a tanto. Pero su 0800 funciona más o menos como eso. No quema libros pero sí la posibilidad de difundir ideas. Ante la dificultad de tipificar el delito, cualquier cosa puede ser denunciada. Desde una visita al Museo de la Memoria hasta una charla sobre las nuevas formas de la comunicación. Y cualquier actor de un colegio puede ser denunciado. Ante ese temor, se produce la inmovilidad, que sería un colegio acotado a su entorno y con sus contenidos controlados.
Aunque las analogías a veces resultan odiosas y exageradas –y erróneas, también- son muy tentadoras. En tiempos de la Santa Inquisición, la sola denuncia de una herejía era una prueba de culpabilidad y el denunciado no zafaba jamás, aunque las pruebas mostraran su inocencia. Y las denuncias se efectuaban con irresponsabilidad, con desconocimiento, por venganza, por incomprensión, para eliminar a un competidor, por ignorancia. Sobre todo por miedo. Alguna madre puede sentir temor al cuco del adoctrinamiento. Algún padre puede pensar en la vulnerabilidad de la mente de un chico. Entonces, el teléfono está a la mano para sacarse el temor. Irresponsable por parte de una autoridad. Tirar la piedra para que se agiten las aguas. Sembrar confusión, a riesgo de quedar como ignorante.
El Eternauta es una historieta de finales de los cincuenta que ha ganado un lugar enorme. Historieta que zambulle su historia en la historia del país, que emerge de los momentos más oscuros con un mensaje esperanzador, luminoso. El Néstornauta es una broma de militantes que se convirtió en símbolo. El juego que se presenta en distintos colegios está basado en la historieta, no en la broma. “Es lógico que no conozca El Eternauta –explicó con su acidez acostumbrada el Senador Aníbal Fernández- porque jamás leyó algo que vaya más allá de Los Teritos o Upa. Paradójicamente, compartió un acto con Isidoro Cañones. Es lógico que admire a un tilingo que jamás laburó y vivía de la guita del viejo”. “Lo único que le interesa es instalar un clima persecutorio y represivo –remarcó, con menos humor, el senador Daniel Filmus–. No tiene autoridad para cuestionar, porque él y Narodowski están procesados justamente por financiar desde el presupuesto educativo actividades de espionaje a través de Ciro James.”
Pero vayamos a la escuela. Este juego de El Eternauta fue elaborado por la Subsecretaría para la Reforma Institucional y el Fortalecimiento de la Democracia, dependiente de la Jefatura de Gabinete de la Nación. En el instructivo para docentes que acompaña el tablero y las cartas, explica que los objetivos del juego son “sensibilizar a los participantes acerca del respeto, la solidaridad y la acción colectiva y la organización como camino para la transformación de las situaciones de desigualdad e injusticia”. Desde la Casa Rosada niegan que se trate de un ejercicio de adoctrinamiento partidario, sino que se trata de fomentar “la reflexión y la discusión sobre temas relevantes para el fortalecimiento de la democracia”. Si bien este juego fue pensado para realizarse en escuelas, también es apto para comedores, organizaciones sociales y otros espacios en contacto con la juventud. En Tecnópolis existe la posibilidad de jugar a este ejercicio grupal, con una dinámica parecida a los juegos de rol, donde seis o siete participantes deben consensuar decisiones que les permitan sobrevivir. A partir del argumento de la historieta, se toman tópicos como la solidaridad o el consenso. “La decisiones deben argumentarse y a partir de esto, los coordinadores de grupo fomentan el intercambio de ideas y el debate” aclara el manual de instrucciones.
La Cámpora no tiene que ver en todo esto. O tal vez sí. Pero nada justifica la construcción infernal que realiza el establishment. Como en tiempos de la Inquisición, la demonización sugiere la inocencia. Y los custodios del sentido común se olvidan de una regla nunca escrita pero muchas veces confirmada: la prohibición despierta una fascinación casi irresistible hacia lo prohibido. Pero son tan pero tan brutos, que los trogloditas no lo entienden.



Bullrich deberá explicarse


La Justicia lo citó para que fundamente la creación del 0-800

El ministro de Educación porteño deberá concurrir a una audiencia en Tribunales para argumentar las razones que lo llevaron a crear una línea telefónica para denunciar actividad política en las escuelas.


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El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, en contra de la actividad política en las escuelas.
El 0-800-BUCHON tendrá ahora su capítulo judicial. Su creador, el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, deberá comparecer mañana ante la Justicia de la Ciudad para explicar los fundamentos y mostrar los papeles del acto administrativo a través del cual el gobierno de Mauricio Macri implementó la línea telefónica gratuita dispuesta para denunciar “actividad política” en las escuelas que dependen de su cartera. A la audiencia convocada por el Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad Nº 3 –interinamente a cargo de la jueza Patricia López Vergara– también fueron citados el procurador general de la Ciudad, Julio Conte Grand; la titular del Ministerio Público Tutelar, Laura Musa, y el propio abogado denunciante, Roberto Boico, que interpuso un recurso de amparo como padre de un alumno.
“He decidido convocar a las partes involucradas antes de tomar una determinación. Aunque la prioridad es abrir una instancia de diálogo donde los distintos actores pueden reflexionar, sin dejar de lado sus convicciones, y reconocer errores o posturas determinadas que se consiguen a través del diálogo. No me ha ido tan mal con esta posición”, sostuvo la jueza López Vergara ante Página/12. La magistrada tiene motivos para abrigar esperanzas: dispuso abrir una instancia de diálogo entre las partes –incluida el reticente Gobierno de la Ciudad– que posibilitó destrabar el conflicto que paralizó los subtes por diez días, medió en la disputa de la Ciudad con los vendedores ambulantes y logró que Macri acepte retirar los fondos que la Nación depositó como subsidio para el funcionamientos de los subterráneos y el Premetro (ver aparte).
La cita de la audiencia es para el miércoles al mediodía en la sede del juzgado. Allí, Bullrich tendrá que explicar ante todas las partes involucradas los fundamentos que lo llevaron a habilitar un 0-800 para denunciar “la actividad política” en los colegios porteños, así como los actos administrativos que posibilitaron su rapidísima implementación.
A su lado estará el procurador Conte Grand, designado por el Ejecutivo porteño para representar a la Ciudad en defensa de sus intereses en diferentes litigios, aunque como órgano de control también debe expedirse sobre la validez de sus actos administrativos. Del otro lado estarán la titular del Ministerio Público Tutelar, Musa, encargada de preservar “el respeto, la protección y la satisfacción y garantías de los niños, niñas y adolescentes”, y el abogado denunciante.
Boico propone la “declaración de inconstitucionalidad” de la norma a través de la cual el gobierno porteño dispuso la instalación de la línea telefónica y el “cese de la persecución política a jóvenes militantes”. El denunciante también solicitó que se comunique a la Legislatura porteña a fin de “evaluar la iniciativa de juicio político por mal desempeño de las funciones contra el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y su ministro de Educación, Esteban Bullrich”.
“El Gobierno de la Ciudad está desconociendo en forma absoluta las normas constitucionales e internacionales de derechos humanos que protegen la libertad de expresión y la libre divulgación de las ideas políticas”, acusó el abogado constitucionalista en los fundamentos del escrito que elevó a la Justicia porteña. Allí, Boico también remarcó que se “ha montado un escenario mediático en el cual presentan la medida como neutralizadora de supuestas utilizaciones de fondos públicos para el adoctrinamiento de los niños, cuando en realidad encubre un desprecio evidente sobre la actividad de nuestros jóvenes”.
En el escrito, Boico argumenta que la línea telefónica “procura fomentar un sistema de alcahuetería, chismorrería o soplonería dirigido hacia jóvenes o niños que estuvieran divulgando, propagando o disertando acerca de ideas políticas, lo que equivale a decir que el gobierno porteño interpreta a la actividad política como delictiva”.
En el mismo sentido se pronunció ayer la Asociación Argentina de Actores en un comunicado que consideró el 0-800 como “un claro intento de control sobre las actividades políticas de los jóvenes, cuando la participación y la difusión de ideas son derechos avalados por nuestra Constitución”. En tanto, el gremio docente UTE-Ctera realizará hoy una charla debate bajo la consigna “inmediato retiro” del 0-800, de la que participarán la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y el titular de la CTA y dirigente docente, Hugo Yasky.

pagina12

lunes, 27 de agosto de 2012

desaparecieron


“Hay relación entre quienes desaparecieron a Oesterheld y quienes prohíben al Eternauta”


Lo aseguró el titular de la CTA, Hugo Yasky, al criticar la decisión, luego rectificada, del jefe de Gobierno de impedir la lectura de la historieta en escuelas porteñas. 
Para Yasky, tanto el traspié que tuvo Macri con la obra de Osterheld como la línea O800 dispuesta por el ejecutivo porteño para denunciar "intromisiones políticas" en las escuelas "tiene que ver con una matriz de pensamiento de la derecha y  del pensamiento autoritario a la que responde el gobierno de la Ciudad".

En ese sentido, agregó en declaraciones a Télam que "por más que Macri quiera a veces agregarle un tono edulcorado, sus decisiones políticas responden a la misma matriz que tuvieron las dictaduras que existieron en este país, y que siempre pusieron en la mira a los jóvenes, a los intelectuales, a los trabajadores, a los artistas y todos quienes tenían una identificación con el pensamiento popular".

Yasky aseguró además que el sector de la CTA que lidera participará el próximo viernes de la marcha hacia la jefatura de gobierno, convocada por CTERA, para exigir el cierre del 0800.

El dirigente sostuvo que el intento del mandatario porteño de prohibir la lectura del Eternauta en las escuelas "es una demostración de autoritarismo y oscurantismo, que hasta es rayano en lo ridículo" y agregó que "seguramente a partir de esto Macri debe tener en la lista de los sospechosos a Mafalda, Inodoro Pereyra y a Clemente".

"Hay un hilo conductor entre quienes hicieron desaparecer a Oesterheld y quienes prohíben su personaje El Eternauta", completó.

Tras la catarata de repudios que suscitaron sus declaraciones, el jefe de Gobierno debió rectificar sus dichos del viernes en torno a que El Eternauta "definitivamente no entra" en los colegios.

"Me expresé mal" sostuvo Macri en su cuenta de Twitter y agregó "por supuesto que el problema no es El Eternauta. Sí lo es El Nestornauta que usan para adoctrinar en las escuelas".

Yasky señaló además que "la práctica de habilitar un 0800 para instigar la denuncia de presencia de jóvenes haciendo política en las escuelas como si eso fuera un delito, constituye una violación a la Constitución y una práctica que recuerda las redes de delación que se organizaban en los años previos a la Alemania nazi".

Por último, el dirigente de la CTA, ratificó que el sector de la central que preside presentará una denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), por "la prohibición del gobierno porteño de realizar asambleas a los empleados del sector público en sus lugares de trabajo".

TELAM

0800 para que los estudiantes secundarios reclamen sus derechos



Por Pablo Díaz *

Si uno entra a la página de Poder Ciudadano verá que durante el período en que fue directora ejecutiva Laura Alonso (hoy Diputada Nacional por el PRO) se hicieron talleres en las escuelas para los docentes y estudiantes secundarios.
El sentido común de una sobremesa familiar sería que un adolescente le preguntara a sus padres si esto está bien. Para que se sincere el ejemplo y la respuesta sea interesante, se podría cuestionar qué diferencia hay entre el saber política y el uso de una ONG para ocupar luego un cargo partidario. Qué ilegaliza una opción política de un estudiante y qué legaliza un cargo partidario en un Ejecutivo o Legislativo de un adulto.
Primero es loable que si un colegio es una institución democrática, estemos de acuerdo en que la conforman todos los presentes. Entendiendo que los estudiantes secundarios son parte de los presentes. Por lo cual podrían pensar y actuar sectorialmente. La gran discusión no es que un estudiante tenga visitas de agrupaciones políticas partidarias, sino que tomen parte luego de esas visitas, de esas agrupaciones donde crean que mejor se identifican, siendo distintas a las del adulto que está enfrente (a sus intereses).
¿Mejor una ONG donde se esconden candidatos futuros o alguien que dice acá estoy y este es mi pensamiento partidario e ideológico? Siempre preferí como adolescente de bien que no me mientan, hay más libertad en la elección que en la confusión.
¿Qué pasa cuando un docente habla mal de la presidenta de la Nación en un aula, qué pasa cuando un directivo es nombrado por el partido político que ostenta el poder del gobierno de turno, qué pasa cuando un ministro de Educación se pone la camiseta del partido político (amarilla) y salta bailando con la música de Freddy Mercury, cantada por el intendente electo por un partido político?
Prefiero que pasen todos haciendo talleres e identificándose y no como impostores, prefiero que mi hija tenga inquietudes y charle conmigo en la sobremesa familiar sobre La Cámpora, el PRO, la UCR, el socialismo, el comunismo, etc. Y yo pueda decirle por qué soy lo que soy y hasta en todo caso ver si yo estoy seguro de lo que soy y dejarme juzgar inclusive si lo que soy lo represento.
El estudiante secundario ha de ser crítico por naturaleza porque ésa es la función de una juventud que socializa su pureza política. Sepan que es más fácil escribir te amo y ser solidarios por parte de los adolescentes que por parte de muchos adultos. Como dato, de los 254 estudiantes desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar no hay uno que no haya dejado una poesía donde mezcla su amor con el dolor de la pobreza o actividad social.
Tal vez habría que buscar la forma de que en el bar institucional, por el reclamo puntual de los estudiantes del Pellegrini, se sienten a tomar algo socializando su cotidianeidad también los docentes, autoridades del colegio y funcionarios de la educación.
No le temo a mi hija, sino que le señalo que un error nuestro, como estudiante y militante de la década del ’70, fue no haber militado en mi casa con mis padres, mi inquietud de país fue clandestina a pesar de tener como objetivo una sociedad mejor.
Que de ahora en más los estudiantes secundarios tengan su 0800 para denunciar los derechos que no tienen y que pidan reclamos políticos, económicos, gremiales, sociales, como los adultos. Un 0800 para reclamar una sociedad mejor en vez de andar denunciando lo que paradójicamente tienen que ser, actores políticos de una sociedad democrática, donde los representantes y el modelo se eligen tras elecciones partidarias. Prefiero estudiantes secundarios solidarios y enamorados, que luchen por su escuela, que sepan que tienen que ser alfabetizadores de los que no pueden alcanzar el derecho a estudiar y que puedan charlar y explorar las agrupaciones políticas partidarias libremente, e inundar lo que crean más conveniente con su sueño de país. No le temo al Eternauta en las escuelas, le temo a que no exista.
* Sobreviviente de la Noche de los Lápices.

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domingo, 26 de agosto de 2012

Perón, el “Niño Mauricio” y los nostálgicos del ’43


Alberto Lettieri. Historiador


El 31 de agosto de 1955, en el último discurso pronunciado en Plaza de Mayo antes de su derrocamiento, el general Perón sostenía que el peronismo representaba un movimiento nacional cuyos “objetivos son bien claros” y “nadie, honestamente, podrá afirmar con fundamento que tenemos intenciones o designios inconfesables”. Los atributos del enemigo, a su juicio, eran la hipocresía y la conspiración: “Ellos –sentenciaba– buscarán diversos pretextos. Habrá razones de libertad, de justicia, de religión o de cualquiera otra cosa, que ellos pondrán como escudo para alcanzar los objetivos que persiguen. Pero una sola cosa es lo que ellos buscan: retroceder la situación a 1943”.
El diagnóstico de Perón resultó acertado; no así las acciones implementadas para evitarlo. Veinte días después, la Revolución Fusiladora puso fin a la democracia de masas e impulsó ese proyecto absurdo de retorno al pasado que tanta sangre, sufrimiento y destrucción costó a nuestra sociedad en los siguientes 30 años.
La prohibición de mencionar a Perón y a Evita, de lucir distintivos o cantar la marcha partidaria provocó el efecto inverso al buscado: el peronismo se agigantó ante la proscripción, e incluso los hijos de esas clases marcadas a fuego por el odio social denunciaron la hipocresía de sus mayores, ese doble discurso que combinaba ideales republicanos y democráticos con prácticas de violencia y censura, y convirtieron a Perón en símbolo y paradigma revolucionario en los años ’60 y principios de los ’70.
Los intelectuales de la Fusiladora, Gino Germani en la Escuela de Sociología y José Luis Romero como rector interventor de la UBA y pluma histórica al servicio del proyecto reaccionario, se esforzaron por caracterizar al peronismo como un modelo de fascismo latinoamericano. La censura, el control institucional y el inmovilismo burocrático permitieron insertar esta tesis infundada en los contenidos educativos, prácticamente hasta nuestro presente. Paradoja de la Historia, los que definían al peronismo como totalitarismo y se presentaban como defensores de la libertad se amparaban en las bayonetas de las tiranías para imponer un pensamiento único, que exigía la proscripción del partido popular y recurría al crimen y la tortura como mecanismos privilegiados para garantizar el orden social. Las clases medias y altas desviaron su mirada con complicidad: todo era válido para lograr el objetivo denunciado por Perón: “Retroceder la situación a 1943”.
A diferencia de lo que el saber popular ha consagrado –un saber a menudo delineado por la manipulación mediática y educativa de las clases dominantes–, la Historia no es primordialmente una ciencia que se ocupa de hechos pasados, sino una dimensión de nuestro presente, constituido por procesos que le preceden. De diversos modos ese pasado vive en el presente, y muchas veces adquiere una llamativa actualidad.
En los últimos días, un tema ha alcanzado llamativa resonancia mediática y judicial. El PRO, haciéndose eco de una noticia publicada por los medios manchados con la sangre de los crímenes de la dictadura cívico-militar –La Nación y Clarín– denunció un supuesto “adoctrinamiento” llevado a cabo por jóvenes de la Cámpora en establecimientos educativos porteños. Esteban Bullrich, ministro de Educación de la CABA, habilitó una línea gratuita 0800 para que los “padres se involucren y nos digan” si en las escuelas de sus hijos se desarrollan esas actividades de discusión política.
El discurso de Romero y Germani revivió en las palabras del ministro del PRO, quien aseguró que este “tipo de episodios, no se ven desde el fascismo”. A continuación, la ONG Ciudadanos Libres por la Calidad Institucional, allegada al diputado Garrido (UCR), exigió el procesamiento del funcionario nacional responsable de la actividad por “abuso de autoridad”, y la legisladora Victoria Morales Gorleri (PRO), titular de la Comisión de Educación porteña, del riñón del arzobispado porteño, afirmó que “la intromisión de ideas políticas partidarias” está reñida con la Constitución Nacional y de la CABA, la legislación educativa y el estatuto docente. La procedencia de los denunciantes, su autodesignación como defensores de la libertad y la constitución, y su definición del peronismo como fascismo reactualiza el arco ideológico a institucional que propició la Revolución Fusiladora. La falacia de sus argumentos, en tanto, sólo pudo sostenerse merced a la complicidad de los medios oligopólicos y de las clases medias y acomodadas que comparten su odio social y su objetivo de “retroceder la situación a 1943”.
No debe sorprender, entonces, que la aclaración oficial de que la actividad objetada era un taller diseñado por la Dirección de Fortalecimiento de la Democracia, denominado “El héroe colectivo”, haya sido ignorada por los socios mayoritarios de Papel Prensa y de la gestión del PRO, del mismo modo que otras jugosas novedades que tomaron estado público, como por ejemplo los videos subidos a You Tube por Jorge Macri, primo de Mauricio e intendente de Vicente López, que permiten ver a una treintena de jóvenes de la Escuela Nº 4 de esa localidad luciendo camisetas amarillas del PRO en el marco de una actividad que contó con su presencia. Y esto no es todo:Tiempo Argentino actualizó su denuncia del 27/11/2011 sobre los cursos de adoctrinamiento liberal que la fundación estadounidense Junior Achievement viene realizando en nuestro país desde hace 20 años, y que ahora cuentan con el visto bueno y hasta la participación de funcionarios de primera línea del macrismo. Más aún: el propio Jefe de Gobierno porteño solicitó públicamente que la ONG –que tiene el apoyo de Ford, La Nación, Celulosa Argentina, Fiat, Cargill, Microsoft, Citibank, Zurich y HSBC– “incremente su presencia” en la Ciudad.
¿Otra paradoja de la Argentina? Un taller para el fortalecimiento de los valores democráticos es denunciado públicamente, mientras que la labor de adoctrinamiento de una ONG liberal y norteamericana merece el auspicio y el elogio del Niño Mauricio… ¿No constituyen acciones efectivas de adoctrinamiento la enseñanza que se imparte en todas las escuelas confesionales de la república, o la distribución de camisetas del PRO en las escuelas de Vicente López? Yendo aún más lejos, nuestro sistema educativo permite reconocer aún la huella del modelo de adoctrinamiento en los valores de un modelo liberal, autoritario y excluyente diseñado por Mitre y Sarmiento.
Bastó con que se instalara un taller para el fortalecimiento de la democracia en la CABA para que llovieran las acusaciones de fascismo sobre el Gobierno Nacional, formuladas por aquellos sectores que siguen considerando que la libertad es un valor que sólo debe pertenecer a las clases propietarias y educadas. Son los mismos que haciendo sonar sus cacerolas de teflón se autoasignan el rol de custodios naturales de un particular modelo de democracia que desprecia las elecciones, la voluntad de las mayorías y el debate franco y público. En el siglo XIX se autodefinían como “gente decente”; hoy siguen considerándose del mismo modo.
Mientras tanto, este mediopelo argentino renueva su respaldo a un Jefe de Gobierno procesado por “escuchas telefónicas ilegales”, con causas judiciales por “maltrato de indigentes”, “presuntas coimas y asociación ilícita”, “violación de los deberes de funcionario público y falsedad ideológica de instrumento público”, denuncias por irregularidades en el manejo del erario público, “campaña sucia” contra candidatos opositores, destrucción de la salud y la educación públicas, del sistema de transporte urbano, etc. Sin embargo, todo esto le será perdonado en tanto habilite líneas 0800 para alejar los talleres sobre la democracia de sus escuelas o denunciar a los estudiantes que participen de las tomas de establecimientos en reclamo de indispensables mejoras edilicias u oposición al cierre salvaje de cursos. En síntesis, mientras su gestión siga manteniendo bien en alto el objetivo de “retroceder la situación a 1943”.
Seis décadas después, el discurso de Perón que aparece como punto de partida de esta nota mantiene su vigorosa actualidad: “El dilema –decía– es bien claro: o luchamos y vencemos para consolidar las conquistas alcanzadas o la oligarquía las va a destrozar al final. Para que ello no suceda estaremos todos nosotros para oponer a la infamia, a la insidia y a la traición de sus voluntades nuestros pechos y nuestras voluntades”. He allí la tarea de la hora.

0-800 “destruyendo la comunidad educativa”



Por Mara Brawer *

El 0-800 que el macrismo puso en funcionamiento a través de su ministro de Educación y que ayer defendió el propio jefe de Gobierno evidencia dos cuestiones: las contradicciones entre lo que dice y lo que hace y su particular concepción de cómo la participación y la ciudadanía se ponen en juego en la comunidad educativa.
“La verdad (es) que estoy totalmente a favor del 0-800. Vamos a poner, hemos habilitado redes sociales y todo tipo de sistemas para que la gente denuncie lo que esté pasando en su escuela y no le gusta (sic)”, dijo ayer Mauricio Macri.
“Si no le gusta la nota con que calificaron una evaluación de su hijo llame al 0-800, si no le gusta la sanción que le pusieron a su hijo llame al 0-800, si no le gusta la tarea que le dieron a su hijo llame al 0-800”; ¿es este acaso el modelo de comunidad educativa que promueve el PRO? El macrismo se llena la boca hablando de diálogo, de familia, de respeto a los docentes. Una de las cosas que más dijo Macri en su campaña en el 2007 fue que venía a restituir la autoridad docente. Pues bien, esta medida que intenta llevar a cabo en la Ciudad no hace otra cosa que destruirla.
Quienes creemos en una sociedad democrática, concebimos al ciudadano como un sujeto que construye y comparte con otros un espacio común. La lógica de la denuncia no permite la formación en valores democráticos. Si en lugar de resolver los problemas, proponemos que el padre denuncie a la comunidad educativa, ¿qué escuela estamos construyendo?
Es claro lo que podemos esperar de un jefe de Gobierno que se jacta de decir que un libro como El Eternauta no entrará más en las escuelas; aunque luego corriera a desdecirse rápidamente. Probablemente porque algún asesor le habrá informado que prohibir la circulación de un libro es delito (según el artículo 161 del Código Penal) y que esta acción le significaría un nuevo procesamiento penal.
La escuela tiene la misión de formar a los alumnos para acceder a los estudios superiores, al mundo del trabajo y construir una cultura ciudadana democrática. Para ello debe promover la participación de los jóvenes, el desarrollo de debates y la discusión política; pero no para el proselitismo sino, como expresó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, para generar compromiso e interés por lo público, por lo colectivo, por el país.
En el proceso de aprendizaje es necesario que los padres estén presentes y que se comprometan con el proyecto educativo. Lo dice la propia Ley de Educación Nacional Nº 26.206 en el sentido de “asegurar la participación democrática de docentes, familias y estudiantes en las instituciones de todos los niveles”. La forma en que los padres se vinculan con la escuela y resuelven los conflictos también es formativa. Si un padre encuentra una dificultad, lo primero que debe hacer es ir a la escuela, conversar con directivos, docentes, pedir que se reúna el Consejo de convivencia. Participación y compromiso.
El gobierno porteño, en cambio, no habla de participación ni tampoco promueve el acercamiento de los padres a los colegios para resolver, desde el diálogo, cualquier problema que se suscite. “¡Llame ya y reclame!”, es el mensaje, que no está dirigido a una familia comprometida, sino a personas en su calidad de consumidores de bie-nes o servicios. Claro está que no se trata de un gobierno confundido, sino simplemente de un modelo de gestión que continúa reafirmando su identidad.
Una de las cuestiones que siempre decimos los educadores es que hay que formar ciudadanos críticos (que no es lo mismo que criticones). Ciudadanos críticos son aquellos que analizan, debaten, comparan, cuestionan, participan. Es sabido que los jóvenes aprenden más de lo que hacemos los adultos que de lo que decimos. Enseñémoles a nuestros alumnos que participar no tiene nada que ver con hacer una denuncia por teléfono.
* Diputada nacional del Frente para la Victoria.

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sábado, 25 de agosto de 2012

En el Senado


El patrimonio tuvo su debut, muy concurrido, en el Salón Illia, mientras el gobierno porteño sigue con nombramientos absurdos y proyectos incompetentes.

Por Sergio Kiernan

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Este martes el patrimonio llegó al Senado de la Nación como invitado especial. En una reunión presidida por Daniel Filmus, junto a la diputada nacional Mara Brawer, la porteña María José Lubertino, la ahora ex funcionaria Mónica Capano y el defensor adjunto del Pueblo Gerardo Gómez Coronado, estuvieron en el bello Salón Illia las principales ONG patrimonialistas y una sorprendente cantidad de vecinos interesados. Desde los tiempos en que la Comisión de Patrimonio de la Legislatura era presidida por Teresa de Anchorena que el tema no era recibido tan amistosamente en un ámbito político oficial.
La reunión recorrió un amplio temario, desde los 24 derrumbes con doce muertos y 67 heridos que lleva el macrismo en el poder, hasta la invasión de torres que se siguen colando donde no haya alguien mirando. Filmus dio una cálida bienvenida al Senado y explicó que el tema patrimonio comparte mucho con “proyectos complejos” de ecología que el Congreso trató, como el de glaciares y bosques nativos, y está tratando, como el de reciclado de envases y de piezas electrónicas. Es un buen enfoque, ya que el entorno construido es una ecología humana y comparte emergencias y soluciones.
Lubertino señaló que el Ejecutivo porteño no envía ni los proyectos de catalogación que el CAAP tiene aprobados, con lo que los diputados de la ciudad tienen que hacerse cargo de iniciativas de vecinos sin tener capacidad material de hacerlo. Gómez Coronado agradeció sentirse acompañado e hizo notar la importancia de que el patrimonio de la Capital del país se trate en el Senado, que representa a todo el país. Esto no es apenas porque la ciudad de Buenos Aires es, en este sentido, propiedad de todos en Argentina, sino porque así se abre el juego a la preservación del patrimonio en todo el país. Siguiendo la idea de Filmus, el defensor adjunto explicó que quienes “nos acusan de detener el progreso” son los que dicen lo mismo cuando la gente les impide talar bosques o hacer minería a cielo abierto. Y no se privó de apuntar a la Comisión Nacional sobre el tema, aquejada de “una visión anticuada e impotente” y concentrada en actividades de academia.
Gabriel de Bella, de Floresta, dio un formidable ejemplo sobre cómo se burla la ley ante la blandura total del gobierno porteño, mientras Rodolfo Dillinger, de SOS Caballito, habló de los problemas de su barrio. Un joven entusiasta pidió la palabra para contar que venía de vivir en San Pablo, Brasil, donde había visto “el futuro de Buenos Aires”, una pesadilla de autos, autos y más autos. El ex juez porteño Gallardo, ahora en la Defensoría Jurídica de la ciudad, ofreció sus servicios legales a la causa y confesó “un cierto asquillo” por la negativa del macrismo de hacer política con estos temas. Y lanzó una consigna: Es hora de dejar de resistir porque llegó la hora de avanzar.
El arquitecto Fabio Grementieri, especialista en patrimonio, llamó a que el CAAP también tenga que controlar obras en edificios públicos, que nunca piden permiso para nada. Eso sí, primero hay que reformar ese Consejo. Y también llamó a que los colegios profesionales sancionen a quienes matan y rompen, quebrando la ley. Su colega Marcelo Magadán, especialista en restauraciones, cerró hablando de reducir al mínimo las demoliciones e imponer una agenda social en tema de vivienda. E hizo una denuncia grave: el futuro concesionario del Zoológico porteño presupuestó para “restauraciones” una cifra que no alcanza ni para pintar algunos de los edificios históricos del paseo.
Lo único que le faltó a la reunión fue crear una instancia común que institucionalice el diálogo y lo encauce a cosas concretas. Filmus reiteró la invitación a poner el tema patrimonial en los códigos, que ahora se reformarán. Lo cual puede hacer una enorme diferencia: Macri no puede tocarlos...

CON RIGOR

Para dar una idea de cómo se tratan estas cuestiones en otros rumbos, un ejemplo español. La Universidad de Sevilla acaba de comerse un sapo de varios millones de euros por no hacer las cosas bien, por llevarles la contra a los preservacionistas y por no considerar como patrimonio un jardín. Resulta que la universidad es dueña de un tradicional paseo de la ciudad, el Prado de San Sebastián, que todos consideran un parque, pero ellos veían como un terreno. Para cubrirse, la universidad contrató a una arquitecta-estrella, Zaha Hadid, tan de moda, buscando crear el “efecto Guggenheim” que tan bien funcionó en San Sebastián. Confiados, los rectores de la casa hasta aceptaron firmarle a la municipalidad local un documento eximiéndolos de toda responsabilidad si arrancaban las obras con su permiso, pero sin los trámites de patrimonio.
Pues salió mal, porque la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía les bajó el pulgar al edificio y a sus varios niveles de estacionamientos subterráneos. La orden, de hecho, es demoler todo y hacer que “en tiempo y forma” los jardines luzcan como en 2008, antes de las primeras excavaciones. La universidad hasta trató de negociar demoler lo visible y dejar los estacionamientos, pero no hubo caso: la Justicia andaluza no premia las avivadas, ni siquiera la de una universidad pública. Los jueces avisaron que la obra subterránea es “tan ilegal” como la visible, y les ordenaron a los rectores que informaran en un mes corrido quién será el encargado de la demolición.
El caso es realmente ejemplar, por muchas razones. En 2006, la universidad había logrado influir en algo llamado Plan General de Ordenación Urbana para que le dejaran abierto un extremo del parque para construir edificios de uso académico. Mientras, le encargó a Hadid el diseño de una biblioteca con torre y estacionamientos. La municipalidad sevillana autorizó las obras, aunque los vecinos del parque se estaban organizando, pero lo hizo sólo porque la universidad firmó que la relevaba de toda responsabilidad. Es que en España, el que da el permiso de obra es también responsable de la demolición de algo ilegalmente erigido.
En 2009, los vecinos lograron que el tribunal supremo declarara nulo el capítulo del Plan que permitía construir en el Prado. Los vecinos exigieron entonces que se paralizaran las obras y se ordenara demoler, algo que el tribunal acaba de hacer (se ve que la Justicia española tampoco se apura mucho). Con lo que la universidad no sólo tiene que pagarle a Hadid su diseño, lo que no es poco, sino además dar por perdido lo gastado en la obra y prepararse para gastar en demoler y restaurar el parque sin poder dividir costos con el ayuntamiento. Ya se gastaron cuatro millones de euros, más 100.000 por año de vigilancia y mantenimiento, más la indemnización que puede exigir el contratista. La universidad avisó que no va a apelar la medida

CON LEDESMA

En cambio, por aquí, la cosa es bien blanda y amistosa para las constructoras y sus clientes, que jamás tendrán que enfrentar semejante rigoreo. Un ejemplo es la sonriente resolución firmada por Antonio Ledesma, director general de Interpretación Urbana y Registro –y jefe del Consejo Asesor en Asuntos Patrimoniales– el 25 de noviembre del año pasado sobre la Villa Rocatagliatta. El proyecto a construir en esa esquina de la avenida Balbín es un adefesio inolvidable, una fealdad de gran tamaño que desvela a los vecinos de Co-ghlan. Lo que existe ahí hasta ahora es una quinta a la italiana de la época en que ese barrio era, si no de quintas, ciertamente jardín, con lotes amplios y baja densidad.
La Rocatagliatta tiene protección cautelar desde 2009, con lo que no puede ser simplemente demolida. Por eso, la casa de 376 metros cuadrados sobre un jardín de 3420 metros será “acompañada” ahora por dos formidables torres que tendrán un total de más de 43.000 metros cuadrados, con una de trece pisos y la otra de 27. En su resolución, Ledesma se alegra de que el “edificio singular” vaya a ser “preservado en el proyecto” y que los desarrollistas se propongan “recuperarlo, ponerlo en valor y devolverle los atributos que ameritan su catalogación”.
Es muy curioso que el funcionario a cargo del Consejo que asesora en patrimonio se alegre tanto. Es que por un lado basta ver el render de la obra para saltar de la silla, con la villa italianizante reducida a un cubito entre sus dos vecinotas tan rentables. A eso se agrega la floja, floja idea de “restaurar y poner en valor” que proponen los empresarios y Ledesma acepta alegre.
La sección relevante de la resolución arranca diciendo lo que siempre dicen los desarrollistas sobre todo lo que no sea a estrenar: que el edificio está “en mal estado”. Luego avisan lo que se proponen hacer:
n “Recuperación y puesta en valor de la caja muraria exterior, mediante la recuperación de los revoques y terminaciones superficiales, realizando en los casos que así lo ameriten, el tratamiento de humedades y deterioros devenidos por el paso del tiempo.”
n “Si bien se prevé la realización de modificaciones en la estructura interior, se intentará preservar los detalles estilísticos que le confieren identidad, en la búsqueda de una armoniosa relación entre la estructura original y el nuevo uso.”
n “Se evaluarán las carpinterías, cerramientos y solados, tanto exteriores como interiores, en pos de posibilitar la recuperación de los mismos. Teniendo en cuenta que de requerir la sustitución y/o reposición de estas piezas, se perseguirá la relación armónica del conjunto, manteniendo las relaciones y proporciones originales.”
n No se ampliará el edificio original, que recibirá “un proyecto de luminotecnia.”
Esto debe impresionar mucho a los funcionarios acostumbrados al arquitecturés, lengua pomposa. Pero en castellano quiere decir que los empresarios van a limpiar los revoques y cambiar lo que esté roto, se reservan la libertad de cambiar puertas, ventanas y partes de la galería, y no piensan aceptar límite alguno sobre qué hacer en los interiores. Por suerte, no piensan ampliarla –les alcanzan las dos torrezotas– y lo de la luz no es regalo, ya que la villa será un centro de eventos.
Semejante monigote sería para un gobierno serio en la defensa del patrimonio y el paisaje urbano una buena chance para negociar con rigor. Por ejemplo, que el interior de la villa no se pueble de lucecitas embutidas y que se abra a la comunidad de alguna manera. También llama la atención la total abulia sobre los parámetros profesionales con que se haría la supuesta “restauración” de los exteriores. ¿Qué materiales usarán? ¿Quién estará a cargo? ¿Quién supervisa que se haga lo correcto? La firma ni se molesta en dar estos detalles y el funcionario ni considera necesario pedirlos. De hecho, Ledesma afirma que “considérase factible desde el punto de vista urbanístico” este proyecto. El funcionario tiene su sentido del humor, porque define lo que va a pasar en Coghlan como un proyecto de “Puesta en Valor, Restauración, Refuncionalización y Ampliación”. Y está tan convencido que copia al final, donde “dispone”, los párrafos textuales enviados por la empresa.
Qué fácil es la vida.

ESPECIALISTAS

El macrismo en el poder es una mezcla de agudeza empresaria –hacia la construcción– e incompetencia básica en todo lo demás. Una de las razones de esto es la insistencia en nombrar personal completamente ajeno a las áreas que se tienen que administrar. En cinco años de gobierno, el PRO ya está creando hasta tradiciones al respecto. Por ejemplo, la de poner contadores a cargo de los parques de nuestra ciudad.
Esta semana se oficializó, por Boletín Oficial, el nombramiento de la contadora Florencia Fabiana Scavino como directora general de Espacios Verdes. Scavino reemplaza a Brian Lehman, que reemplazó a otro contador, Julio Waisman, en el mismo cargo. Waisman se ganó un lugar en la historia al ordenar que corten en cuatro partes el tótem canadiense de Retiro, que el ministro de Cultura Hernán Lombardi mandó talar y dejó tirado. Waisman le “ahorró” al gobierno unos cuantos pesos de alquiler de una grúa y un camión grandote, capaz de llevar la pieza entera al MOA, y por eso la cortó en pedazos. Total, las maderas canadienses se pudren igual en el barro de Palermo sean de una pieza o de varias.
El decreto de nombramiento de la contadora lleva la firma de otras tres personas que tampoco saben absolutamente nada del tema: Macri, su jefe de Gabinete y el ministro de Medio Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli.
Este último acaba de lanzar una licitación para extender por el Area de Protección Histórica 1 el aberrante error que ya cometieron en Recoleta. Quienes se acerquen por ese paseo verán, entre Vicente López y Quintana, y siguiendo por el frente del cementerio y la iglesia, una serie de calles empedradas. Sin tener ninguna visión aguda, notará lo desparejo y descajetado del empedrado, pésimamente mal hecho por un contratista que evidentemente no tiene mano de obra especializada o la estaba usando en otra obra. Pues Santilli ahora va a arruinar cuadras y cuadras de San Telmo y Barracas usando las mismas técnicas: la calle se cubre en cemento o asfalto, y luego se ponen las piedras. Esto no funciona, las piedras no se quedan quietas y terminan siendo colocadas muy separadas, con las juntas llenas de cemento, como se aprecia en Recoleta. ¿Nadie sabe ya hacer la base de tosca y arena? ¿Santilli tampoco tiene a alguien que lo asesore en estas cosas?

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Macri anticipó que vetará El Eternauta


Macri anticipó que vetará El Eternauta, de Héctor Oesterheld, en las escuelas porteñas

“No, definitivamente no entra”

El jefe de Gobierno porteño consideró la obra como un sinónimo de “adoctrinamiento”, aunque durante la gestión de Narodowski en Educación se había repartido. Criticó a La Cámpora y reivindicó el 0-800 para hacer denuncias.


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Para el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, El Eternauta se convirtió en sinónimo de “manipulación” y “adoctrinamiento”. Por eso anticipó ayer que va a impedir el ingreso de ese libro a las escuelas porteñas, luego de la controversia desatada por actividades de La Cámpora en donde se utilizaba esa historieta. “No. Definitivamente no entra. No entra ningún tipo de manipulación ni de adoctrinamiento”, aseguró ayer Macri al ser consultado sobre el ingreso del “libro o la revistita del Eternauta” a la Ciudad de Buenos Aires. Además, Macri defendió el 0-800 para denunciar la presencia de la agrupación kirchnerista y dijo que ampliaron el servicio a las “redes sociales y a todo tipo de sistemas”. El senador del Frente para la Victoria Daniel Filmus afirmó que “en su afán represivo, Macri se pelea hasta con personajes de historieta”.
De visita por Córdoba y luego de encontrarse con el gobernador José Manuel de la Sota, el jefe de Gobierno habló sobre las actividades de La Cámpora y ratificó la reacción del Ejecutivo: “La verdad (es) que estoy totalmente a favor del 0-800. Vamos a poner, hemos habilitado redes sociales y todo tipo de sistemas para que la gente denuncie lo que esté pasando en su escuela y no le gusta. Estamos en una sociedad libre en la cual a la gente no le gusta que la invadan, no le gusta que le utilicen los recursos del Estado para tratar de adoctrinar a la gente”, sostuvo Macri en declaraciones a Radio 10. Respecto de las imágenes de militantes con remeras amarillas del PRO en las escuelas, Macri argumentó que se trataba de “días solidarios”, en los que estaban “pintando paredes”.
Puntualmente, al ser consultado sobre el ingreso de la historieta creada por el guionista desaparecido Héctor Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López, Macri sostuvo que “definitivamente no entra” a los colegios de la Ciudad. Sin embargo, acto seguido agregó que quieren que “los jóvenes sean libres, que lean toda la biblioteca y que se eduquen de la mejor manera posible, porque lo único que les garantiza su propia libertad es lo que hayan adquirido como conocimiento, sin depender ni someterse a ningún tipo de gobierno ni a ningún tipo de persona”.
Además del “adoctrinamiento” con libros de El Eternauta, Macri fue un poco más allá en sus críticas: “Que haya escuelas ofreciendo planes futuros para capacitación, computadoras a cambio de alistarse en La Cámpora es indigno”, remató el líder de PRO.
Durante la gestión de Mariano Narodowski como ministro de Educación, el gobierno porteño repartió gratuitamente la obra de Oesterheld con el patrocinio de la Fundación Noble. Reconocido por el propio Narodowski, quien hizo el acto de entrega junto a Elsa Oesterheld, esposa del guionista desaparecido. En 2010, el Ministerio de Educación, ya a cargo de Esteban Bullrich, publicó y difundió un libro de “aportes para el desarrollo curricular” de la enseñanza media, donde figura para segundo año un “Corpus de lecturas sugeridas” en el que se encuentra la historieta.
“Emulando a la dictadura, que hizo desaparecer al autor de El Eternauta, Macri quiere hacer desaparecer el libro que su entonces propio ministro de Educación distribuyó entre todas las escuelas el Día de la Memoria. ¿Quién es el intolerante? ¿Quién practica la censura?”, se preguntó Filmus, ex ministro de Educación. Además, el senador kirchnerista aseguró que recibió llamados de directores de escuelas preocupados por el funcionamiento del 0-800, que en la práctica sirve para denunciarlos a ellos porque autorizan las actividades. “Sienten que se los pasa por encima para generar una cultura de la delación, de la cual los directores de escuela son víctimas al poner a los padres en situación de denuncia”, concluyó.
El legislador Francisco “Tito” Nenna le exigió al gobierno porteño el “cese de la persecución política a los jóvenes y estudiantes”. “Como está procesado y va directo al juicio oral por espionaje, Macri apela a la delación para que no se hable de política en las escuelas”, agregó el dirigente de la CTA.

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"CARTA ABIERTA"


Carta Abierta: "Argentina necesita una nueva Constitución"

En un nuevo pronunciamiento, el grupo de intelectuales sostuvo que el actual proceso político "merece una altura constitucional diferente". Además, se refirieron al juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra y la recuperación de YPF. Leé el texto completo.




El actual gobierno mantiene una diferencia que se hace notoria cuando crece la espesura de hechos que son portadores de cierta turbación y ambigüedad. Pero en las innumerables tensiones de la hora, permanece siempre un sentido decisorio ligado a un círculo efectivo de protección de las grandes reformas introducidas en la vida social, en la economía de los sectores populares, en las acciones que involucran al Estado asumiendo responsabilidades colectivas indelegables. Y, desde luego, en el tejido de la memoria nacional, como lo demuestran los juicios que siguen ensanchando las fronteras de la democracia activa, hijos del hiato que significó la decisión de que los símbolos del terrorismo de Estado caigan de las paredes del Colegio Militar en donde superponían la historia aciaga del pasado con las historias nuevas que debía vivir el país.
Así, el kirchnerismo es un implícito y explícito sentido de la historia basado en el igualitarismo político, social y de género; en el desarrollo nacional compartido con nuevas políticas ambientales, lo que aún debe perfilarse con vigor e imaginación nueva; en la modernidad basada en críticas pertinentes a la globalización; en el autonomismo de los movimientos sociales, aun cuando entre ellos y el Estado todavía deben generarse posibilidades más ricas de interrelación; en la promoción científica y técnica bajo el doble resguardo de la soberanía nacional y la autonomía del pensamiento crítico; en un latinoamericanismo activo que se inspire en los legados más que centenarios y pueda concretarse en el siglo XXI en nuevas sociedades mancomunadas sobreponiéndose a las acciones desestabilizadoras que son un acecho permanente, como lo demuestra el caso del Paraguay. Y tantos otros hechos, operantes en la memoria pública, que no se pueden oscurecer por los tropiezos y obstáculos que se ciernen en el horizonte. Pero el kirchnerismo es también una actuación posible, necesariamente creativa, en un mundo capitalista en quiebra, que como decían viejos y respetables escritos, surge y crece con sangre entre sus poros, arrastrando a los procesos populares, muchas veces, en su ordalía de decadencia y servidumbre.
Brecha, pausa, fisura, hendija, diferencia. Quedémonos con esta última palabra, aunque las demás son parecidas. En todos los casos se desea significar la figura de una innovación en la espesura de hechos, y como se ha dicho, de una peculiaridad irreductible que subsiste en el movimiento político que gobierna el país a pesar de que se lo quiere ver inmerso en el manejo de arbitrariedades, como disuelto en retrocesos y pequeñas maniobras de subsistencia. Decir diferencia presupone una fórmula para volcar los hechos hacia la percepción de las novedades, que los hace distinguibles a pesar del cúmulo de incidentes circunstanciales y con apariencias contradictorias con el significado que los origina. Es que el kirchnerismo, en primer lugar, es un modo de tomar decisiones bajo el acoso de severas circunstancias políticas. Hay en la Argentina un rompecabezas que no se descifra con los conocimientos clásicos, aunque muchos de sus tramos son sabidos. Continúa entre nosotros la tarea de desfondar el núcleo principal de creencias que selló, hace casi una década, la voluntad de revertir en el país los daños inferidos por una revolución conservadora indefendible, aunque sus consignas destructivas todavía se resistían a salir de escena luego de la formidable crisis del 2001, como lo prueba la votación del 2003, donde Menem aun ocupaba el primer lugar y el no muy conocido Néstor Kirchner el segundo. Para percibir lo que mencionamos como desfondamiento o violentación, basta leer los diarios, porque en ellos está la noticia y también el ariete que las recrea a la manera de un bonapartismo mediático.
¿Cómo se produce el permanente quebrantamiento de la institución gubernativa a partir de los procesos contemporáneos de la justicia y del bonapartismo mediático? Podemos ver que bajo el acoso de un impresionante aparato comunicacional se emplean estilos profundamente corrosivos. Toda inmediatez es promovida como si no hubiera diferencia entre las ocurrencias desdichadas en una sociedad compleja –accidentes varios, hechos de sangre, vulnerabilidad de derechos, todos los sucesos lamentables de la vida injusta, que no han desaparecido de ninguna de las grandes metrópolis mundiales, incluso las nuestras– y lo que podríamos llamar la Culpa Estatal. Tan sólo los que insisten machaconamente con que la Presidenta no distingue entre su vida privada y los asuntos públicos son quienes presentan la imagen de una sociedad quebrada por la inseguridad, la corrupción y la inflación. Para mostrar esta tesis, una batería de imágenes de situaciones de criminalidad se encarga cotidianamente de privar de contextos y de marcos explicativos singulares a acontecimientos que parecerían emanar de un gran hueco donde las vidas están en peligro constante y la responsabilidad de todo ello recaería sobre el Estado.
Todo gobierno de raíz popular hoy está en riesgo y debe partir de esa premisa. Y para disminuir esos riesgos sólo vale acentuar y promover un sentido de realidad tan efectivo e histórico, como empírico e intelectual. Este reclama una nueva visión crítica de los modos comunicacionales que no sólo por ideología y voluntad, sino también por su configuración tecnológica, encarnan una suerte de gobierno de las almas, donde se infunden las nociones fundamentales de miedo, el primitivismo justiciero del vengador y el pensamiento descartable y rápido, basado en golpes pulsionales que anulan toda mediación entre sociedad e instituciones. No se trata de negar la existencia de problemas, pero todos ellos, pasados por los tejidos conceptuales y redes mediáticas, adquieren un estatuto fantasmal, son generalizables como juego inmediatista de las conciencias, infundiendo un sentido de ciudadanía aterrorizada, dispuesta –frente al abismo conceptual que se les presenta– a darles sustento a ideologías de mano dura, securitistas, planes de ajuste, pedagogías del pánico; en suma, derechización de las sociedades.
Contra eso nos expresamos y luchamos. Sabemos que para atacar al gobierno, se ataca la diferencia que encarna. Y para eso se recurre no apenas a los grandes mitos comunicacionales de la vida segura y purificada –mito despolitizador, pues sólo la política pública y colectiva puede dar seguridad democrática a las poblaciones sin artificializar las formas de vida–, sino a enviar sus arietes de izquierda a las zonas de superposición con los grandes aglutinantes de la globalización –por ejemplo, la política minera, que aún no cuenta con suficientes resguardos en cuanto a las exigencias ambientales y, más todavía, a las exigencias de vida de las comunidades cercanas a los establecimientos extractivos–, sabedores de que allí hay tareas incumplidas, definiciones que deben transitarse. Pero al señalarse que se está frente a un gobierno que sostiene esquemas económicos atravesados por las dificultades de la hora, los grandes medios han decidido el esfuerzo máximo de travestismo. Mientras acusan al gobierno de apócrifo, deciden ser de derecha cuando atacan los horizontes avanzados en cuanto a las políticas de derechos humanos; deciden ser de izquierda cuando atacan las políticas extractivas; deciden ser lo contrario de lo que fueron en el 2008 cuando en el 2012 sugieren una sojadependencia; deciden ser libertarios cuando atacan a los periódicos oficiales por ser “pautadependientes”, abandonando como una ilusión adolescente su situación real de ser los grandes medios de comunicación que, a su vez, son empresas del capitalismo internacionalizado, siempre dispuestas a asociarse a las causas más retrógradas del vasto mundo.
Todo, con tal de atacar la diferencia, aquello que hace del kirchnerismo una instancia que se sitúa en el terreno de la decisión nueva. Nueva por guardar el espíritu de cambio de generaciones anteriores, nueva porque navega en las aguas inciertas de una humanidad sometida a poderes coercitivos e inhumanos, y preserva el hilo esperanzado de una sociedad con derechos y libertades redescubiertos para innovar las prácticas políticas. La lucha por mantener y ampliar la brecha está a la orden del día. No se ha oscurecido esa diferencia por la serie de obstáculos que surgen transversalmente de las afueras y del propio interior de ese movimiento político, si lo definimos como colector de amplias modalidades del ser político, tal como se ejerce en los partidos populares argentinos. Ante ello, son necesarios nuevos procedimientos, o la conciencia de nuevos procedimientos que eviten que la distancia de hecho y de derecho producida respecto de la política tradicional sea devorada por esa misma política tradicional que tiene a su disposición toda clase de máscaras para su oficio de desfondamiento: máscaras de moralidad abstracta y de izquierdas que no son lúcidas ante la paradoja.
Una nueva derecha quiere que se olvide que lo que da fuerzas a esta experiencia contemporánea es el modo en que, desde sus comienzos, se ligó a la idea de resistencia en los ’90, a las movilizaciones sociales inaugurales del siglo XXI y a las tenaces luchas por la memoria y por los derechos, para entonces sumergir la diferencia que organizó el espacio político de esta década. Lo suyo es el aplanamiento cultural a las formas más establecidas de un optimismo comunicacional y sentimentaloide, la legitimación de políticas de criminalización social ejercidas por policías bravas que siguen utilizando la tortura como brutal método represivo, la despolitización enunciada como horizonte de la gestión estatal, la realización de medidas de contención social sin vocación transformadora. Se erige, explícitamente, como alternativa de un tipo de concepción de la política que es conflictiva porque se pretende transformadora, que es reapertura de problemas porque se sabe disruptiva, que por muchos momentos parece apenas balbuceada pero porque no renuncia a su propia invención.
No puede haber, para nosotros, continuidad entre la experiencia política de la que somos parte y esa nueva derecha que quiere erigirse como heredera. Porque si apoyamos la ley de medios es también porque debatimos el formato bajo el cual se forjan subjetividades a la orden de la sociedad del espectáculo. Porque si habitamos el presente con angustia y entusiasmo es porque no creemos que el horizonte pueda ser definido por una idea de felicidad colectiva centrada en el consumo y en la reproducción del capital. Porque si hacemos política es porque vemos, en la escena contemporánea, los intersticios a expandir no sólo para la reparación de los muchos daños que vivió nuestro pueblo, sino también para la creación de formas de vida emancipadas. Nada de eso persistirá si triunfan aquellos que quieren acotar el kirchnerismo a una etapa casual del peronismo, transitoria y renunciable, declarando sucesores naturales a las derechas internas. Lo que está en juego no es poco. Y no se trata de una oscura disputa de poder sino de la posibilidad de que lo sucedido y lo realizado no sea liquidado por los agentes de la repetición, ni conjurado por las fuerzas –múltiples y extendidas– del conservadurismo argentino, presente tanto al interior como fuera de la alianza electoral triunfante.
La situación en el movimiento obrero organizado deja en evidencia el enorme retraso que existe en el campo nacional y popular con respecto a superar viejas modalidades de organización corporativa y de connivencia con las patronales que hoy se transforman en un lastre para el proceso que vivimos. Durante décadas se amasó en Argentina un modelo de sindicalismo que si bien defendía, en algunos casos, los derechos de los trabajadores que representaba, al mismo tiempo fue constituyendo lógicas empresariales en su interior y cercenando alternativas. De allí el nombre de “corporación” que se ha arrojado a la discusión pública. Si la actual hora argentina es, como creemos, de profundas transformaciones, y si está en juego la democratización de cada vez más esferas de la vida social, entonces lo que alumbra este conflicto es la posibilidad de modificar las antiguas organizaciones sindicales. Hoy necesitamos de la participación de los trabajadores, representados democráticamente, en la convocatoria a discutir la participación activa en la construcción conjunta del proyecto nacional.
La ruptura de un sector de la CGT con el gobierno, y su sorprendente alianza con la derecha, contrasta tanto en prácticas sindicales como en posicionamientos políticos con la experiencia que expresan los gremios nucleados en la CTA que conduce Hugo Yasky. A esta constatación no son ajenos ciertos sectores de la clásica central obrera, pero su rol minoritario diluye las posibilidades de incidir en los grandes trazos de la política que se construye desde Azopardo.
En el mundo sindical, las viejas conducciones no pueden admitir que la incorporación de más de cuatro millones de jóvenes trabajadores al circuito productivo acentúe la urgencia de un modelo sindical distinto, con democracia interna y mayores libertades de actuación y representación. La actual legislación no ha podido impedir la fragmentación política de las estructuras tradicionales, ni garantizar que alguno de esos fragmentos sea genuino apoyo para el proyecto que gobierna la Argentina desde 2003. La ruptura de su alianza con el gobierno no acredita, para Hugo Moyano, el papel que tampoco pueden acreditar para sí aquellos que claman para sucederlo.
La crisis del viejo modelo sindical seguirá siendo una atmósfera propicia para el conservadurismo y la reacción si no es superada con la promoción de leyes que garanticen la plena participación de los trabajadores, que establezcan métodos transparentes de elección, que ilegalicen los procedimientos y prácticas que naturalizan el fraude y la proscripción de listas opositoras, que aseguren la incorporación y representación de las minorías y que, en definitiva, preserven la autonomía sindical y la plena libertad de agremiación.
En esta escena el juicio y castigo a los culpables materiales e intelectuales del asesinato del joven Mariano Ferreyra, cuyo principal acusado es José Pedraza, constituye un inédito hecho contemporáneo que, paradójicamente, surge de un reclamo social, de las actuaciones estatales y de los giros político-culturales profundos de la etapa política, más que de una impostergable revisión del propio sindicalismo en crisis. Un antes y un después quedará sellado por el resultado de este juicio en el que no puede quedar habilitada ningún tipo de impunidad.
Por eso insistimos: son necesarios nuevos procedimientos, porque la diferencia que el kirchnerismo encarna está a la vista. Como ciertas constelaciones, en el agitarse de los días, a veces se ve más nítida y otras no, se balancea entre las zonas penumbrosas de un país difícil para las grandes transformaciones. Para los que hace mucho entienden qué es lo que está en juego, es precisamente por eso –por la diferencia, que es la forma de la esperanza– que lo atacan.
2.
Si algo se viene construyendo como identidad del proyecto en despliegue es lo democrático-nacional-popular. La frase no es un cliché, pues está abierta a la vida cotidiana, a las clases sociales productoras, a los intelectuales de todas las corrientes que interpretan con pluralidad de estilos las necesidades de un cambio civilizatorio. Lo recorrido desde el 2003 instituyó a la autonomía financiera como raíz de la política económica y también de la propia cultura de esta etapa histórica. Desendeudarse y ser libres para formular nuestros planes, establecer nuestra fiscalidad, direccionar nuestro crédito, manejar nuestra moneda, disponer de nuestras reservas, controlar los movimientos del capital especulativo, evitar la fuga de divisas. Una libertad que, articulada con valores patrióticos, resiste las imposiciones de las hegemonías mundiales, de amarrar con una lógica unívoca las institucionalidades nacionales, naturalizando un pensamiento único con un lenguaje hecho de palabras que hoy las mayorías populares perciben como penurias, mientras ellos las pronuncian como dogma de la virtud: mercado, ajuste, austeridad, clima de negocios. La nueva época fomentó el renacer de la industria y el vigor del consumo popular, lo que hubiera sido imposible sin el reencuentro de la economía y la política, de la mano de las decisiones distributivas.
El tránsito de años y de esfuerzos ha dejado una marca en la conciencia y la sensibilidad popular: no hay vuelta atrás, no se atará más el destino nacional al capital financiero internacional y sus préstamos usurarios. Ser dueños de lo nuestro conduce a otros debates y objetivos peliagudos: definir el proyecto de país, de estructura productiva, de diversificación sectorial, de innovación tecnológica, de modelo extractivo, de articulación en la integración regional; nada de esto puede ser agenda del mercado ni de decisiones de corporaciones oligopólicas, sino una cuestión de ciudadanía. Así, la determinación del ingreso de inversiones extranjeras reclama ser involucrado en esa esfera, con la discriminación estatal de cuáles son virtuosas y cuáles son innecesarias e indeseadas.
El ingreso indiscriminado de inversiones extranjeras vivido en otras épocas de nuestra historia significó desarrollismo sin desarrollo, restricción externa en lugar de aporte genuino de divisas, dependencia y no autonomía de la tecnología, estructura económica deformada cuando se la requiere integrada, polarización social que frustraba el anhelo de justicia distributiva, acentuación de las brechas entre regiones que conspiraba contra la unidad nacional. No hay proyecto de desarrollo conducido por una plétora de inversiones extranjeras descontroladas y con destinos errantes. Así, entre un desarrollismo mercantil y un proyecto nacional de desarrollo hay un abismo. El segundo necesita de un plan ejecutado por los liderazgos y representantes populares, apoyado en la participación social, y su conducción descansa en la dinámica de un bloque social diferente.
La nacionalización de YPF es un hito hacia la conquista de la autonomía económica. Junto al Correo, AYSA, la estatización de la administración de los fondos previsionales, Aerolíneas Argentinas, son decisiones políticas que revierten la descalificación que sobre la capacidad empresaria del Estado introdujo, en el sentido común popular, la hegemonía neoliberal. La subsistencia de ese prejuicio es un lastre, una rémora del desprecio por la política, un residuo del elogio de lo privado sobre lo público. Recuperar –revitalizado, mejorado y corregido– ese papel del Estado es vital para profundizar los cambios. Por eso, todo error en la conducción de la gestión estatal, toda desidia o interés particularista en este ámbito, revista una doble gravedad, la que significa en sí misma, y lo que carga en ella como desprestigio de la llave maestra de la reconstrucción popular: la democratización operativa del ámbito de la acción colectiva pública, encarnada en sus instituciones estatales para las cuales ser mejoradas es su obligación inherentemente ética y política.
Sin esa recuperación resulta imposible contrapesar la extranjerización heredada del neoliberalismo, uno de los ejes principales para la apropiación de los activos y su renta nacionales de la globalización financiera. La YPF previa a la nacionalización, la administración y el estado de las concesiones ferroviarias con sus episodios trágicos y los comportamientos oportunistas en la fuga de capitales son muestra acabada, por sus falencias, limitaciones y degradaciones, de la ausencia de una gran burguesía nacional que pueda jugar –por sí– ese rol. Más productivos y justos resultarán esfuerzos en apoyo y fomento del despliegue de un empresariado mediano ligado al empuje de mejoras en la productividad, a la redistribución de ingresos y a un destino propio comprometido con la suerte del proyecto. De la misma manera, deberán seguir profundizándose los esfuerzos por sostener y ampliar las experiencias de economía social que hoy recorren el país más allá y pese a la invisibilización a las que son sometidas.
El abordaje de la cuestión minera, que se entrecruza en los mismos nudos problemáticos, no puede resumirse en un productivismo que omita que toda producción es un acto social responsable, ni por una concepción purista de la naturaleza que omita que es el trabajo humano el que la transforma en habitable; sólo que la habitabilidad colectiva regida por el trabajo debe hacer de éste un núcleo que albergue por igual las grandes funciones de la tecnología y las conquistas del pensamiento crítico, según las cuales toda relación social, y toda relación del hombre con la naturaleza y sus dones, es en última instancia de carácter ético. Por eso se demandan justamente enfoques integrales que contemplen tanto la explotación de riquezas con potencia generadora de divisas, como el cuidado del ambiente y la integración de cadenas productivas que eliminen la lógica de persistentes economías de enclave, en las cuales la explotación se reduce a extraer y exportar minerales sin una doble mediación: tanto la mediación industrializadora autónoma como la mediación ética ambiental, de interés de los pueblos, no sólo los que habitan las regiones afectadas por esa explotación, sino de las naciones en su conjunto. Nada mejor que el ejemplo de YPF para avanzar hacia una minería sustentable aceptada por los pueblos a través de eficaces mecanismos de consulta: una empresa nacional que tenga centralidad en el desarrollo de la actividad y cuya racionalidad exceda la acotada mira de la eficiencia basada en la rentabilidad de los grupos oligopólicos.
Esa centralidad y revitalización de las instituciones del Estado es requerida también para revertir el deterioro producido por años de reacción conservadora en el sistema de salud. Sistema fragmentado, ineficiente e injusto, resultado de los sucesivos e intencionados golpes destinados a destruir lo público y dejar el campo libre a la voracidad del mercado. Y aunada a una noción de derecho a la salud, pero en igual relevancia a la expansión de derechos civiles que hoy atraviesa el debate público, se presenta la necesidad de legalizar el aborto y haciéndolo de alcance libre y gratuito, salvando vidas que por condición social no acceden hoy a intervenciones adecuadas, y realzando el derecho a la maternidad por sobre la servidumbre de la mujer.
3.
Una de las palabras que todos los pueblos aprenden a pronunciar con prudencia es la palabra tragedia. En este caso podemos decirla. La verdadera hecatombe económico-social internacional que proviene de la crisis de la financierización construye un momento trágico de la historia contemporánea: destrucción de servicios públicos que devienen en la desatención de derechos económicos y sociales; organismos internacionales de crédito interviniendo como policía financiera para garantizar las acreencias de los bancos en las periferias europeas; Estados nacionales del centro del mundo puestos al servicio de los intereses de las entidades bancarias de sus países; emisión desenfrenada de divisas para el salvataje de las ganancias y los capitales de los especuladores.
Personajes mediocres gobiernan potencias como sombríos espantajos que balbucean lenguas susurradas, cuando no directamente dictadas por el poder financiero, y emiten discursos que reclaman mayores ajustes y penurias a los pueblos y regiones mundiales ya acosados por la globalización del capital bajo una implacable estrategia especuladora, mientras los propios esquilmadores se solicitan a sí mismos la continuidad de las políticas que condujeron al desastre. Ni una luz, ni una idea, ni un asomo de inteligencia estratégica en las entrañas de un poder mundial cada vez más tentado y familiarizado con las lógicas de la impunidad. Impunidad de las guerras injustas, de los ajustes despiadados, de los racismos, de las fronteras para los pobres y el internacionalismo para los capitales. Se está construyendo, ante nuestros ojos, un destino que bordea un sentimiento aterrador, con nuevas formas de vigilancia mundial, operaciones clandestinas e intervenciones militares que provocan lo mismo que dicen querer combatir, rediseñándose en las sombras un nuevo código penal sigiloso que internacionaliza puniciones, regula su misma ilegalidad e introduce en el propio campo civilizatorio nuevas formas de violencia disciplinadora, que incluye acciones militares selectivas que no quieren abandonar la conciencia humanista de Occidente, por lo que se consuelan creyendo que son acciones de la razón los más bárbaros atropellos contra la condición humana. Por eso, nosotros, también actuamos para rescatar un legado filosófico y moral, que aun con sus renunciamientos y deficiencias, todavía puede construir un destino colectivo basado en libertades irreductibles y consideraciones últimas de la razón política inspiradas en las raíces de autodeterminación que tiene toda vida colectiva.
La crisis que hoy se vive es una concurrencia compleja de discursos, sistemas y políticas. Es la evidencia de un fin de época de retrocesos servidos con palabras edulcoradas que velaban la realidad mientras subterráneamente el proceso avanzaba hacia el actual desastre: fin de la historia, globalización, aldea global. La idea que pudo ser generosa de una humanidad intercomunicada a través de sus mundos de vida puede quedar en manos de monopolios mediáticos que operan una forma de gobiernos sobre los pueblos, sostenida en el terror subjetivo, el miedo al futuro, el abismo de la historia que solo impondría un refugio en el oscuro placer de la sospecha, en una sociedad del espectáculo que en vez de hacer crecer las artes visuales con el recurso de las tecnologías vistas desde su lado emancipatorio, las ofrecen como circuitos de control de los símbolos de éxtasis, dándole una mísera resolución a la cuestión de la representación, el juego y la felicidad pública.
Como herida expuesta queda la característica estructural de la época y su actual desemboque: la hegemonía del capital y su despliegue revanchista contra el trabajo, manifestada en una redistribución regresiva del ingreso que facilitó la expresión extrema de la contradicción entre producción y consumo. Sin riesgo para esa hegemonía, el capital apuesta a una mayor financierización y dramáticos recortes de derechos humanos a los pobres. Una ruta a la barbarie. Sin embargo, las luces frente a las tinieblas del mundo central asoman en la periferia. La más prometedora, la más desafiante, la más transformadora es la de la nueva América latina y el Caribe, que en la situación mundial actual se constituye en lo que podríamos denominar un bloque de resistencia contra la barbarie.
El concepto de barbarie fue solicitado en múltiples ocasiones para juzgar las paradojas de la historia. Se lo usó para visualizar lo extraño o lo extranjero, aun cuando fuese portador de virtudes que no encajaban en la mochila de los vencedores. Ahora, como un envío de los tantos sacrificados por culturas políticas que cometieron el profundo error de sentirse superiores solamente por gozar del imperio de la fuerza, surge de los horizontes latinoamericanos un dictamen que viene de lejos y se escucha de múltiples maneras: la lucha contra la barbarie implica revisar historias, construir conceptos nuevos que en la maraña de horas de violencia que vive el mundo, rescate nociones arcaicas de libertad creadora con los lenguajes de una modernidad de los pueblos, que muestre que no cortar el hilo de la memoria es lo más avanzado que pueda ejercerse en materia de liberaciones políticas, intelectuales y artísticas.
Vaya paradoja de nuestros tiempos, reminiscentes como siempre de otros que se presenciaron en el pasado, y que sólo divergen de estos porque la astucia de la historia ha cambiado uno o dos nombres propios; los voceros de esa Europa que parecía ilustrada e inclusiva, cuna de todas las artes y las ciencias y de toda protección social, no trepidan en calificar de populistas a gobiernos democráticos latinoamericanos que han vuelto sus miradas a procederes más ajustados a los deseos y necesidades de sus pueblos. He aquí que si el voto en Latinoamérica y el Caribe está menos “bancarizado” y responde más aproximadamente a lo que necesitan sus indigentes y sus pobres, si crea trabajo en lugar de destruirlo, si sus empresas son más controladas por los Estados y los créditos bancarios se inclinan hacia los pequeños y medianos emprendimientos en lugar de como siempre, a oligo y monopolios, es porque los acogió el demonio. Pero el pacto con el diablo, gran fábula literaria de todos los pueblos, y que diera tanto en Europa como en Latinoamérica obras literarias ejemplares, desde Goethe hasta Guimaraes Rosa, puede interpretarse hoy como una nueva alianza entre ejércitos tecnológicos y tecnologías financieras, la que usurpando la libre decisión de los pueblos, da curso a una nueva camada de administradores de emergencia que suponen que las poblaciones agredidas canjearán su futuro entrando en las nuevas burbujas del ilusionismo en el nombre de lo que ya no puede pensarse a sí mismo: el capitalismo mundial, en todos sus aspectos.
Consideran honorable gesta atacar a numerosos gobiernos latinoamericanos, con la rara persistencia de un bombardeo continuo, porque se les ha ocurrido dar pasos hacia la autonomía de los países centrales. Estos herejes han decidido crear y fortalecer la Unasur y crear la Celac –una renovada región con expansión de derechos y nuevas formas sociales y económicas– inspirados en las mejores tradiciones independentistas y patrióticas. Las diatribas son feroces y odiantes. Más aún cuando provienen de los medios de comunicación de la propia América latina que les son afines y los partidos locales de oposición. Evo Morales en Bolivia, Correa en Ecuador, Dilma y Lula en Brasil, Néstor Kirchner y Cristina Fernández en la Argentina, Hugo Chávez en Venezuela y Mujica en Uruguay, tienen la gran oportunidad, aun en sus diferencias, para mostrar que las fuentes de la democracia que conciben como la mejor forma de organizar la sociedad implica una noción crítica frente a los que consideran que las naciones libres ya son artificios, meras superficies inventadas como efecto de los grandes negocios, tráficos clandestinos y dominio irracional de la naturaleza.
El más claro y reciente ejemplo de esta capacidad de la región es la sanción al gobierno ilegítimo que desplazó a Fernando Lugo, acrecentada con la decisión inmediata de incorporar Venezuela al Mercosur. Este hecho, que convierte a la región en la quinta potencia mundial, es la más dura derrota asestada a la diplomacia y a los servicios de inteligencia norteamericanos desde que el ALCA fuera liquidado en Mar del Plata en 2005.
Por eso es necesario preguntarse si este momento argentino y latinoamericano que se desenvuelve alrededor de los principios de la libertad, la justicia y la dignidad de los pueblos está en riesgo. ¿Es diferente este momento a otros, ya superados, donde se puso a prueba lo que se estaba logrando? Esta pregunta habita en los que han tomado la decisión de colocar sus esfuerzos alrededor de los principios legítimos que animan estos gobiernos de la transformación. No hay dubitación en nuestro apoyo, que se mantiene activo precisamente porque la pregunta por el riesgo, al hacerse, obtiene respuesta afirmativa. Si hay riesgo, que lo hay, hay redoble de la circunstancia solidaria con los gobiernos democráticos de la región. Por eso tomamos la palabra junto con nuestro pueblo, que busca, recuperando antiguas memorias y experiencias, atesorar en sus manos el destino colectivo, cuando pasa del uno aislado al múltiple, contradictorio y expresivo, diletante y combativo, crítico sin razón o con fundamento, que habita en el corazón de toda realidad. De ese pueblo somos parte. Este es el que ha decidido estar, en su mayoría, junto a nuestro gobierno, porque la historia marca su lugar.
Desde los ’70, cuando todo nuestro continente hervía en los pueblos movilizados por una historia diferente de la que labraron durante décadas la alianza entre las oligarquías locales, los grandes multimedios y los representantes de los intereses norteamericanos, la lucha dejó miles de muertos, cuya memoria destella como reclamo incesante por la justicia. En los ’90 el carnaval alegre del salvaje capitalismo festejó el triunfo de los poderosos y el de la miseria económica y moral de los pueblos. Aunque no es la historia esa mochila cargada con anécdotas y fechas, actos heroicos y traiciones, frases célebres y olvidadas, nombres de hombres que figuran con los datos del vencedor y del vencido. Hay una historia que se repite y vuelve a lo mismo. Pero hay otra, la que nos muestra lo que se repite en la historia cuando esta repetición proviene del futuro, y conservando lo más innovador, el acontecimiento del pasado, introduce una diferencia que resitúa ese acontecimiento, le da dimensión y sustancia, lo convierte en poder para realizar esas transformaciones que se pusieron en juego y fueron derrotadas.
No es una cuestión casual, aunque admite porciones importantes de anomalías en lo que nunca es el trazado lineal de una historia. Algunos, como Néstor Kirchner, pusieron en juego la capacidad de captar el momento y hacer lo necesario para la reparación del olvido que había caído sobre el pueblo, para recuperar la política como arma de transformación. No haremos el recuento de lo logrado y que se continúa, sin duda, en lo que Cristina Fernández produce en medio de las inclemencias de la hora y que es la continuidad histórica de una posición, de una decisión que transforma las luchas de los ’70 en un accionar sin tregua por la igualdad, la justicia social y económica de este tiempo, convirtiendo las heredadas utopías en el poemario laico y complejo de la acción popular. La entrada de cientos de miles de jóvenes a la política anticipa el rostro del futuro, porque sin una movilización masiva, en los momentos necesarios, queda sin soporte un proyecto que busca aún su tono, sus palabras justas, en medio de decisiones que tomadas siempre en tiempo de urgencia han cambiado la manera y la intensidad de la discusión política en el país.
Si hablamos de riesgo sin mordaza alguna, sin ningún condicionamiento a nuestro apoyo irrestricto a este proyecto popular, es porque el bloque del poder tradicional puede aparecer como vencido, pero simplemente posterga, hasta encontrar el momento adecuado para golpear sobre estas jóvenes democracias populares. En nuestro país lo intentaron con la Resolución 125, y no pudieron. Pero han logrado voltear, utilizando los recursos cínicos del republicanismo constitucional y en nombre del rescate de la propia democracia de las manos de sus supuestos pervertidores, la incipiente democracia paraguaya e instalaron, nuevamente, en Bolivia, la idea de un golpe contra el presidente Morales. Como si de una recurrente pesadilla se tratase, la instalación en Mariscal Estigarribia, Paraguay, de la base militar de los EE.UU., con 1500 marines con inmunidad diplomática y un aeropuerto donde pueden aterrizar sus gigantescos aviones, recuerdan la evidente injerencia norteamericana en tramos aciagos de una historia no tan lejana que reclama de nosotros, y de nuestros gobiernos, el estado de alerta y denuncia que garantice la continuidad de los proyectos democráticos populares.
Pero sabemos que este escenario no es todo. Hay debates que nos corresponden a nosotros, como argentinos. La potencia imperial es previa a sus representantes, a las alianzas históricas con ese sector que representa lo inmóvil de la historia y más aún, el lánguido reclamo de retroceso de lo tanto que se ha logrado en la Argentina en estos años de gobierno popular. Ese sector nunca se dará por vencido. En la defensa de sus intereses, que radica fundamentalmente en sus tasas de ganancias. Por esto, es necesario afirmar, continuar, debatir, la lógica y hasta diríamos la epistemología que haga imposible ese retroceso del país, respecto del avance formidable de estos últimos años, con la única arma posible: profundizar, corregir, proponer, movilizar.
Por otra parte, los pueblos y los gobiernos de Suramérica son navíos en la tormenta que asumen la responsabilidad de rediseñar las magnas normas para que coincidan con los procesos de transformación que suceden en varios países de la región viabilizando, en algunas de esas experiencias populares, la eventual continuidad democrática de liderazgos cuando estos aparecen como condición de esta inédita etapa regional. Ello configura un “momento constitucional”, apropiado para ligar las transformaciones en curso y el andamiaje legal. No se trata de imponer normas, sectorizar gobiernos, arbitrar en causa propia en cuestiones de grave significación institucional, sino de pensar en forma completa el decurso de una historia. Si las formas más relevantes de los cambios deben ser protegidas, un armazón novedoso de normas debe legislar a una escala constitucional admisible y nueva las relaciones entre el Estado y la sociedad, entre la producción y el consumo, entre la economía y la política, entre la república y la nación, entre los derechos particulares y los derechos sociales.
Es posible que no se resista a utilizar la fácil calificación de nombrar el fenómeno como “constituciones de última generación” por la obviedad imperiosa de aparecer como nuevas, pero conviene descubrir y destacar que lo que las distingue es tanto el proceso que las genera como las definiciones con que rediseñan a las naciones. No se trata del antiguo constitucionalismo que lanzaba sus dictámenes luego del crepúsculo, luego de que las guerras terminaran y permitieran que “el búho de Minerva alzara vuelo”, sino que ahora el propio saber constitucional es parte de las acciones políticas reales. El proceso que aquí se desea es envolvente, popular, participativo, no se reduce a la mera emisión de un voto eligiendo a los que en la situación serían los constituyentes. El mandato se cuece en un intenso debate democrático y masivo, en algún caso entremezclado con innovaciones más sensibles de las formas de representación.
Un nuevo cuerpo normativo, realizado y sostenido por un sujeto constituyente popular, debe establecer una barrera antineoliberal, en el reconocimiento de la multiculturalidad, la reconstrucción de la geometría del Estado, la inclusión de nuevas formas de propiedad, el dominio nacional-estatal de los recursos naturales, la protección del ambiente humano y natural, el reconocimiento de la salud como derecho y la responsabilidad del Estado para ofrecer respuestas integrales a la necesidad de salud de las poblaciones con eje en servicios públicos, el respeto a la heterogeneidad lingüística del territorio nacional, las relacionales colaborativas entre sociedad y Estado: en suma, el reconocimiento de áreas que requieren un gran debate imprescindible.
¿Cómo no reconocer que Argentina necesita una nueva Constitución? El proceso de transformación en curso que en nuestro país reconfigura la nación es parte del fenómeno que recorre Suramérica. Y este fenómeno, sea que atraviese momentos de bonanza como de riesgo, merece una altura constitucional diferente. Esta es nuestra convicción y nuestro compromiso. 
TIEMPO ARGENTINO