El gobierno porteño frenó la reforma a los planes de estudio
Tras la movilización de estudiantes y docentes de escuelas técnicas, con el apoyo de legisladores, el Ministerio de Educación porteño revisó las modificaciones a la currícula, que quitaba materias técnicas y agregaba humanísticas.
Por Eduardo Videla
Estudiantes, docentes y padres se movilizaron el 11 de julio y entregaron un petitorio a Bullrich.
Después de la movilización de estudiantes y docentes de escuelas técnicas, el gobierno porteño dio marcha atrás a las reformas curriculares a las carreras del área y se apresta a dictar una nueva resolución que corrige la anterior. El anuncio fue realizado por autoridades del Ministerio de Educación, después de una ronda de diálogo con directores y supervisores, promovida por legisladores porteños. El reclamo se originó como reacción al nuevo programa de estudios, que eliminaba horas de materias técnicas para incluir otras de perfil humanístico.
Las modificaciones que había implementado el Ministerio de Educación porteño estaban plasmadas en dos resoluciones: la 1281, de diciembre de 2011, y la 267, de mayo de este año. Tras la movilización de los estudiantes, respaldados por padres y docentes, el legislador Alejandro Bodart (MST) convocó a los funcionarios de Educación a una mesa de diálogo en la Legislatura, de la que participaron el director general de Educación Estatal, Maximiliano Gulmanelli; el director de Educación Técnica, Daniel Pagano, y la legisladora María Elena Naddeo (Frente Progresista Popular). El reclamo fue respaldado por una marcha masiva el 11 de julio último.
Después de una ronda de diálogo, los funcionarios presentaron el 3 de agosto último una nuevo esquema: “En vez de reducir en un 50 por ciento la cantidad de horas de Dibujo Técnico, como habían dispuesto, se reduce en una hora semanal. Como contrapartida, se agregan dos horas de Arte, en lugar de las tres que había propuesto inicialmente”, dijo Naddeo a Página/12. “Y se aceptó agregar una hora de Historia y otra de Geografía respecto del programa actual –agregó Bodart–, con lo cual algunos días van a tener más horas de clase.” Estos cambio, que se implementarían a partir de 2013, son válidos para el ciclo básico, y apuntan a que si un estudiante de segundo año de escuelas técnicas quiere pasar a un bachiller, pueda hacerlo sin necesidad de rendir muchas equivalencias. En cuanto al ciclo superior, las modificaciones quedaron suspendidas para su reformulación, en consulta con las escuelas.
Estas reformas se realizan por indicación del Consejo Federal de Educación, con la idea de homologar los títulos en todas las jurisdicciones del país. El problema de las modificaciones en el ámbito porteño es que se realizaron en forma inconsulta con docentes y directivos y que se sumaron materias humanísticas a costa de asignaturas técnicas. “En el ciclo superior, incluso, estaban en peligro las competencias de los títulos”, advirtió Naddeo.
Tras presentar las modificaciones, Gulmanelli declaró: “Esta es una instancia más de diálogo en relación con el trabajo que viene realizando el ministerio para actualizar los contenidos, que datan de 1962”.
“Esta reforma fue iniciada por Educación sin tener en cuenta a los principales actores del proceso, docentes y estudiantes. Por eso, la movilización de las escuelas fue fundamental para defender la formación en lo técnico profesional”, expresó Naddeo.
Para Bodart, “hay un primer triunfo de la lucha de la comunidad educativa técnica: el Ministerio de Educación macrista tuvo que retroceder en su reforma curricular inconsulta e incluir buena parte de las demandas planteadas”. El legislador reconoce, sin embargo, que “aún quedan algunos puntos por resolver”.
La organización de los estudiantes rindió sus frutos. A partir de cadenas de correo electrónico y redes sociales, formaron Técnicos Autoconvocados. Y al primer encuentro que se hizo en la Legislatura concurrieron más de mil estudiantes. En julio, encabezaron una marcha con docentes, padres y egresados, apoyada por algunos legisladores, desde el Ministerio de Educación de la Nación al de la Ciudad, donde entregaron un petitorio en el que reclamaban “la suspensión integral de la reforma curricular en curso y la apertura de espacios de verdadera participación democrática con representantes de la comunidad educativa”.
“Se logró un avance grande”, evaluó Bodart, aunque el debate continúa.
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