Explicaciones sobre la educación en Formosa
Por Daniel Filmus *
En su programa del domingo pasado, el periodista Jorge Lanata me pidió explicaciones. Transcribo a continuación el texto de su intervención tal como consta en la desgrabación: “... en Formosa, 4 de cada 10 mayores de 5 años nunca fue a la escuela... el número es increíble porque se mide gente de 5 años o más y lo que se verifica es si fueron a la escuela o no. Más o menos la población era de 400 mil personas. Le mandamos un saludo a Filmus, que discutía el otro día el tema de los secundarios. Filmus: explíquenos mañana, si le dan permiso, cómo puede ser que en Formosa 4 de cada 10 no vayan al colegio, mayores de 5 años. Y el 83 por ciento, 8 de cada 10 mayores de 5 años, no terminaron la primaria. Estas son estadísticas oficiales de Formosa”.
Jorge Lanata estaba haciendo referencia a un artículo que publiqué recientemente en Página/12 en el que, con datos del Censo 2010, desmentía algunas informaciones que se daban sobre el sistema educativo argentino. En el texto sostuve que, a mi entender, estos datos falsos tenían como objetivo mostrar que, si el resultado era tan desastroso, carecía de sentido tener la mayor inversión educativa de la historia (6,5 por ciento del PBI). Por lo tanto inferí que estos argumentos alentaban a aplicar las mismas políticas de ajuste en educación que estamos viendo en otras latitudes.
Le agradezco a Lanata su saludo y para evitar que confirme que quienes defendemos el proyecto nacional somos autoritarios y no damos ningún tipo de debate, y que además debemos pedir permiso todos los días para hablar, paso a explicar por qué no son veraces los datos que brindó por televisión.
En primer lugar debo decirle que, nuevamente, quien le preparó los números se equivocó. Según los datos del Censo 2010, la cantidad de mayores de 3 años que en Formosa nunca fueron a la escuela es del 5,7 por ciento de la población (no el 40 por ciento). ¿Cómo puede haber una diferencia tan grande con los datos que se dieron en el programa? Simplemente porque se analizaron erróneamente los cuadros que figuran en la página web del último censo del que, seguramente, tanto su asistente como yo sacamos la información. Esta persona quizá poco preparada, o sólo por el afán de desprestigiar al Gobierno y a la educación argentina, tomó únicamente en cuenta a quienes asistieron al sistema educativo en algún momento de su vida (es justo el 60 por ciento), pero olvidó de sumar a quienes asisten actualmente. Para ser precisos, Formosa tiene 499.641 habitantes mayores de 3 años. Asistieron a la escuela, y hoy no lo hacen más, 286.135 y actualmente concurren a la misma 184.811 estudiantes. Por lo tanto, la población que nunca fue escolarizada (en su mayoría adultos de más de 50 años) es de 28.695. Para cerciorarme de no haber tomado datos erróneos, recurrí a censos anteriores y debo decir que ellos muestran que hace muchas décadas que Formosa superó el 60 por ciento de la población que asistió a la escuela. No olvidemos que los efectos de la Ley 1420 resultaron claves para garantizar en nuestro país la escolaridad básica durante todo el siglo XX.
Pero para corroborar lo que afirmamos, vayamos al censo del año 2001 (es decir previo a la gestión de Néstor y Cristina); el censo mostraba que en ese momento el 10,5 por ciento de los habitantes de esa provincia no había asistido a la escuela. Luego de nueve años, esa cifra bajó al 5,7 por ciento.
Respecto de la otra cifra que expuso Lanata, que hacía referencia a que el 83 por ciento de la población de más de 5 años no termina la primaria, debo señalar que por más que me esforcé, no encontré de dónde su asistente pudo sacar ese dato, entre otras razones porque es inútil medir cuántos niños de entre 5 y 11 años terminan la primaria, dado que, salvo que se tratara de genios, su edad les impide hacerlo. El Censo 2010 muestra que el 22 por ciento de los formoseños de más de 15 años no había terminado la primaria, muy lejos del 83 por ciento enunciado en el programa. De cualquier manera, el dato significativo para evaluar las políticas educativas que se llevan adelante en los últimos años no debería ser cuántos terminaron la primaria hace varias décadas, sino cuántos terminan hoy. En ese caso, el Censo 2010 muestra que el 98,7 por ciento de los niños entre los 6 y 11 años están escolarizados y que, a la edad de 15/18 años, cerca del 87 por ciento ha terminado el primario y poco más del 5 por ciento lo continúa cursando. En el caso del secundario, el 46,5 por ciento de la población de 25 años lo ha finalizado. Como se puede observar, aun sin mostrar datos errados, hay mucho por mejorar en Formosa, principalmente porque en la actualidad la secundaria es obligatoria.
Hasta aquí espero haber cumplido con la explicación de los datos que me solicitara televisivamente el señor Lanata y que me sentí con la obligación de brindar. Quiero aclarar que las estadísticas expuestas hasta aquí sólo tienen como objetivo reflejar la realidad, pues no hacen necesariamente referencia a las bondades de las gestiones educativas nacionales o provinciales a partir de 2003 ya que, como he señalado en el artículo anterior, los impactos cuantitativos y más aún los cualitativos de las políticas educativas sólo se pueden percibir en el mediano y largo plazo. De cualquier manera, y si bien hay numerosas asignaturas pendientes, es enorme el esfuerzo que se ha realizado y se continúa llevando adelante en los últimos años. Las leyes de Educación técnica, Salario docente, Financiamiento educativo, de Educación nacional, de Educación sexual obligatoria, la construcción masiva de escuelas, el programa Fines, la distribución de netbooks, la AUH, etc., son algunos ejemplos que dan testimonio de que estamos en el buen camino.
Al mismo tiempo, es necesario señalar que esta explicación de ninguna manera tiene como objetivo disimular las enormes desigualdades que persisten hoy en nuestro país y que golpean principalmente a las provincias del NOA y NEA, Formosa entre ellas. Como todos sabemos, tienen origen en un modelo económico social al servicio de los sectores que concentraron históricamente la riqueza en la región pampeana y en el puerto. Muchos gobiernos nacionales y de esas provincias han contribuido a que estas desigualdades se perpetuaran. Si bien en lo educativo estas diferencias tienden a disminuir en los últimos años, todavía son muy pronunciadas. Formosa, por ejemplo, tiene el doble del analfabetismo (4,1) que la media nacional (1,9), más deserción en la escuela primaria y media y menos estudiantes en la educación superior que el conjunto del país, entre otras situaciones desfavorables. Es por ello que el gobierno de Cristina Kirchner viene proporcionando mayor ayuda financiera, pedagógica y de infraestructura a estas provincias olvidadas por décadas.
Finalmente, así como he respondido a su pedido de explicación, me permito solicitarle al periodista Jorge Lanata que, en caso de que su equipo corrobore que los datos que aquí he expuesto son correctos, haga saber a su audiencia de los errores cometidos en la información brindada en el último programa. Estamos hablando de educación, un tema estratégico para nuestro país y lo mejor sería tratarlo con seriedad. Y si cometimos algún error, es honesto y corresponde reconocerlo.
* Senador nacional.
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