sábado, 18 de agosto de 2012

Otro derrumbe y otra muerte en la ciudad


Un hombre aplastado cerca de Tribunales por una losa que cayó sobre la vereda; polémica por los controles

La víctima era un abogado, asesor del Ministerio de Justicia de la Nación. Se ubicó bajo una marquesina en Lavalle al 1500 para protegerse de la lluvia, pero la estructura de cemento le cayó encima. La fachada del edificio había sido controlada en marzo.

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La marquesina medía nueve metros de largo por dos de ancho, tenía cemento y cartelería y pesaba entre 20 y 30 toneladas.
Entrada la mañana, cuando arreciaba la tormenta, en Lavalle al 1500 hubo un estruendo, “tremendo, como una explosión”, en los alrededores de Tribunales. En ese instante, la marquesina de la Obra Social del Personal de Sociedad de Autores y Afines (Ospesa), un armazón de cemento y cartelería, acababa de desplomarse sobre la vereda, atrapando a un hombre, que murió de inmediato. Octavio Pérez Galimberti, el abogado de 33 años, asesor del Ministerio de Justicia de la Nación, se había detenido bajo ese techo para guarecerse de la lluvia. Pero eso sólo pudo saberse alrededor del mediodía, luego de horas de trabajo de los equipos de emergencia que, explicó el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, debieron remover un bloque de entre “20 y 30 toneladas”. La marquesina había sido controlada en marzo de este año. Ahora se investiga si la inspección fue bien realizada, si el bloque de cemento fue correctamente construido y si no es demasiado laxo el cumplimiento de los controles de las fachadas por parte del Gobierno de la Ciudad (ver aparte).
Hasta mediados de la tarde se creía que la persona fallecida era un hombre de “unos 50 años”, como explicó la vicejefa de Gobierno porteño, María Eugenia Vidal. Sólo con el correr de la tarde se pudo identificar a la víctima como Pérez Galimberti, procurador y abogado chubutense que desde fines de 2009 revestía como asesor legal en la Secretaría de Asuntos Registrales del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Hasta la noche de ayer, se ignoraba el motivo por el cual se desplomó la cartelería. Al mediodía, desde la zona de la tragedia, la vicejefa Vidal había explicado que “además de una marquesina se cayó una losa, por lo cual hay una causa judicial abierta”. De todos modos, aunque prometió que habría “una investigación”, explicó que a esas horas la prioridad de los funcionarios porteños era “terminar con el proceso de remoción de escombros”. Vidal también señaló que el consorcio del edificio sobre cuya fachada se hallaba instalada la marquesina había presentado un informe en marzo, en el que indicaba que “la estructura estaba en condiciones”. “Hay un juez, un fiscal actuando en la causa. No sabemos si fue la lluvia o una falla en la construcción, todo esto sería irresponsable adelantarlo ahora”, agregó, al tiempo que aseguró que desde el gobierno porteño colaborará “en todo lo que haga a la investigación”.
La causa quedó a cargo del titular del Juzgado de Instrucción Nº 6 de la Ciudad, Fernando Kla-ppenbach, y el fiscal Marcelo Retes. Hasta la noche de ayer, no había información sobre las hipótesis en curso.
La marquesina medía nueve metros de largo por dos de ancho, tenía cemento y cartelería y pesaba entre 20 y 30 toneladas, indicó también en los alrededores del lugar de la tragedia, el secretario de Seguridad nacional, Sergio Berni.
Una transeúnte llamada Mariana presenció el momento del desprendimiento y la caída de la estructura. Según explicó, cuando la marquesina se desplomó oyó “un ruido, una explosión”. “Vi una tela celeste, pensé que era una lona de una marquesina que se me venía encima y empecé a correr.” A esa hora, alrededor de las 9 de la mañana, recordó, no era mucha la gente transitando la vereda, porque “todo el mundo se estaba resguardando por la lluvia”. Ella había preferido no refugiarse bajo el cartel “porque había una librería cerca y me puse a mirar libros mientras llovía”. Instantes después, “el estruendo fue tremendo”. “Quedé impresionada porque yo podría haber estado ahí”, señaló la mujer.
Para poder retirar la losa y los restos de cartelería, a fin de determinar si había, efectivamente, una víctima a la cual pudiera auxiliarse, debieron intervenir personal de la Guardia de Emergencia, bomberos, la Policía Federal, la Policía Metropolitana y el SAME. El trabajo requirió, además, que se interrumpiera el tránsito sobre Lavalle entre Montevideo y Paraná. Recuperado el cuerpo de la víctima mortal, el titular del SAME, Alberto Crescenti, estimó que se trataba de “un hombre de aproximadamente 50 años, cuyo deceso fue en el acto”. El médico aclaró que “no se atendió a ningún herido”.
El secretario Berni, por su parte, evaluó como “muy profesional y coordinada” la tarea de remoción de escombros y rescate del cuerpo. Berni también señaló que “preventivamente se clausuró el edificio”.
Octavio Pérez Galimberti, la víctima mortal, “era un profesional reconocido, una persona muy querida y conocida en el ministerio” (de Justicia y Derechos Humanos), declaró a la prensa el secretario Berni. El procurador y abogado, de 33 años, era egresado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, y máster en derecho administrativo, cursado en la Universidad Austral. Entre 2005 y 2007 ejerció la profesión ante el fuero contencioso-administrativo de la provincia de Buenos Aires; mientras que los dos años siguientes se desempeñó en el Instituto de Políticas Públicas bonaerense. Desde principios de noviembre de 2009, revestía como asesor legal del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, en la Secretaría de Asuntos Registrales, a cargo del Oscar Martini.
Pérez Galimberti pertenece a una familia tradicional de la ciudad de La Plata, vinculada con el ejercicio de la abogacía y la Justicia. Su padre es Alfredo Pérez Galimberti, defensor general adjunto de la Provincia de Chubut. Su pasión era correr maratones.

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