jueves, 24 de enero de 2013

Daniel Filmus: ‘Presentaremos de nuevo la ley de residuos electrónicos’



El senador nacional y ex ministro de 

Educación aprovecha la pausa del 

verano para reflexionar acerca de la

situación actual de la ciudad y los 

desafíos que enfrenta el kirchnerismo 

para convertirse en una alternativa 

frente al PRO.


Daniel Filmus

El senador va por su quinto año de mandato. Dos veces candidato a jefe de Gobierno, fanático de San Lorenzo, Filmus dice estar preocupado por la ausencia de un “debate sobre el modelo de ciudad”. Ex ministro de Educación del gobierno de Néstor Kirchner –desde donde impulsó la Ley de Financiamiento Educativo, que llevó la inversión en esa área al 6,47% del PBI–, sociólogo especialista en temas de educativos, alternó su participación política con la investigación académica y el ejercicio de la docencia. 
¿Balance 2012? 
Creo que el año pasado fue uno en los que más se avanzó a nivel país. Se ha cumplido con la plataforma electoral de 2011, que era profundizar el proyecto. En el campo de la economía, la reforma del Banco Central, la regulación de capitales, la recuperación de YPF. Al mismo tiempo, la Presidenta tomó medidas importantes, como la de obligar a bancos y seguros a prestarles plata a las Pymes. En materia de derechos, la modificación del estatuto de los trabajadores rurales, la ley de identidad de género, la de muerte digna, la ampliación del voto a los 16 años, la creación del Instituto de la Música y el aumento del 31% a los jubilados. Estas medidas permitieron sortear un año difícil, en el que claramente mermó la tasa de crecimiento, pero en el que estuvimos atentos a los indicadores sociales: no aumentó la desocupación, no aumentó la pobreza. La idea de profundizar implica estrategias más sofisticadas para mejorar la distribución del ingreso y lograr un país industrializado. 
¿Se va de vacaciones?
Sí, me voy como todos los años a Valeria del Mar, con una satisfacción especial como legislador. Nosotros venimos de dos años en los que el Grupo A tuvo la mayoría y donde no pudieron ponerse de acuerdo más que una o dos veces, como cuando votaron una ley imposible como el 82% para los jubilados y se repartieron las comisiones. Pero nunca más tuvieron una propuesta en común. 
¿A la ciudad la ve mejor o peor que hace un año?
La ciudad está en una crisis muy profunda y necesita transformaciones de envergadura que el macrismo no realizó: ha aumentado sus ingresos notablemente, se cobran impuestos en una dimensión que no se conocía, se ha endeudado cuando siempre fue superavitaria (hoy es deficitaria y además está endeudada). Uno puede entender que se tome deuda para hacer grandes obras, para hacer transformaciones en transporte o mejorar la recolección de basura. Pero no se ha hecho nada de esto, no se discute el modelo urbano ni hubo ninguna transformación en las áreas fundamentales. Por ejemplo, yo no veo el cambio en materia de transporte. Cuestiones que uno podría considerar positivas, como las bicisendas y el metrobús, no han modificado nada.
¿El PRO profundiza su modelo?
Sí. Parte de la mirada del PRO es el Estado ausente y esto se evidencia más en aquellas cosas que atañen a los sectores más humildes: salud, educación y vivienda. La ciudad puede –porque es el Estado que más recauda– construir más escuelas, pero también puede tener una Ley de Educación que no cuesta plata. Van siete años de la ley nacional, pero no se adecuó aún, nunca se aprobó una ley integral de educación y se viene con parches desde la dictadura. 
¿Cuál es la discusión de fondo?
El debate con las perspectivas neoliberales, que creen que el mercado resuelve estos temas. Nosotros imaginamos un Estado activo en las áreas donde el mercado no distribuye con igualdad. Macri piensa que el Estado está sólo para atender una educación pobre, una salud pobre, y que todo eso se resuelve con una propuesta pobre. Además él imagina que los usuarios de la salud y la educación públicas porteñas vienen de la provincia de Buenos Aires, entonces para qué invertir en algo que no se traduce en votos. Esta mirada electoral y mercantilista de lo social responde a una perspectiva del Estado ausente. El PRO no apoyó la recuperación de YPF, ni la estatización de las AFJP, ninguno de los temas de fondo que aumentan el rol del Estado. Eso mismo pasa en la ciudad. Aquí muchos sectores pueden vivir sin la presencia del Estado o reclaman esa presencia estatal sólo para resolver la inseguridad. Pero no imaginan que necesitamos una ciudad en la que, si todos vivimos bien, ellos también. Si resolvemos el tema de la basura, es mejor para todos. Si resolvemos la cuestión del tránsito, también. Pero si además resolvemos los problemas de la educación, va a haber menos violencia; si resolvemos el tema de la salud, va a haber menos indigentes. Hay que explicarles a los porteños que hacer una ciudad igualitaria es bueno para los que la están pasando mal, pero también es bueno para los que están bien. En las ciudades donde hay más igualdad, hay menos marginación y menos violencia.
¿Se discute el modelo de ciudad? 
No. Es el eje para una discusión a mediano-largo plazo: en un siglo se pasó de que el 80% viviera en zonas rurales a que el 90% viva en ciudades. Por ejemplo, la ciudad no se puede discutir sin tener en cuenta el Conurbano, con los millones que ingresan por día y comparten problemas como el Riachuelo, la seguridad, el sistema de transportes. En la UMET (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo) nos comprometimos a pensar los temas relacionados con la cuestión metropolitana. Crear un espacio que discuta los temas referidos a la integración.
¿Qué opina del acuerdo entre el macrismo y el kirchnerismo en la Legislatura?
El resultado de los proyectos nacionales que se aprobaron fue positivo, sin duda. No sólo por la construcción de viviendas, sino por la integración al tejido urbano de tierras que hoy tenían un uso marginal. Creo que hay que ser muy participativo en la etapa que viene. Por ejemplo, hay que explicar en Caballito que ese espacio público que va a quedar, el espacio verde, no será para las nuevas torres sino para todo el barrio. Es verdad que va a haber más metros cuadrados construidos, pero si hay un muy buen proyecto (tanto en Caballito, Palermo, Liniers), pero no están los planos definitivos sino sólo la rezonificación. También es importante la construcción de viviendas en la zona sur.
Los vecinos de Caballito piden más espacios verdes.
Sí, yo hablo mucho con los vecinos de ese barrio. El quid de la cuestión es el uso: no se modificó la zonificación para los espacios en esas comunas. Se dejó planteado que un 30% estará destinado a construcción y el resto para espacio público, es decir, que más de la mitad tienen que ser espacios verdes. La ecuación puede beneficiar al barrio. Ahora, hay que hacer proyectos participativos. 
¿Qué falta para darle pelea definitiva al PRO?
Debatir un modelo de ciudad. Si nosotros lográramos poner en la agenda, en contra de lo que plantean los medios, que la gente quiere y puede vivir mejor en la ciudad… El gobierno nacional ha mejorado muchísimo el país y muchas de esas mejoras han impactado en la Ciudad. Hay cuestiones de gestión local, nosotros necesitamos concebirnos como una expresión local de una fuerza nacional, el PRO es una fuerza local que no tiene expresión nacional, es un partido vecinal. Nosotros tenemos la oportunidad de representar las dos cosas. El mejor aporte que le podemos hacer a la Nación es tener una ciudad que camine a la par de las transformaciones nacionales. La ciudad es autónoma, pero es la capital de todos los argentinos. Es un territorio muy difícil, donde los medios tienen un impacto enorme, que marcan agenda y ejercen una cobertura de magnitud del gobierno de Macri. Es casi imposible discutir los temas que le importan a la ciudad. 
¿Qué opina de la política de subtes?
Macri comenzó por no hacerse cargo del subte, después de haber fimado el acta acuerdo. Sólo aceptó hacerlo después de la ley y con la opinión pública castigándolo. Ahora acepta tomar el subte entendiéndolo más como un negocio que como un servicio público. Tiene una mirada economicista y empresarial respecto de algo que es imprescindible para vivir cotidianamente, sobre todo por quienes van a trabajar. Después de esta primera etapa, la segunda es una extorsión que pone tarifas que son imposibles para la población y se niega a reunirse con dos jurisdicciones que son vitales como la Nación y la provincia. No logró aprobar la ley y tuvo que negociar la oposición. Tuvo que dar marcha atrás con el derecho a huelga y los superpoderes. A pesar de tener el financiamiento propio, aumento de patentes y las partidas necesarias que él mismo planteó, sólo piensa en el aumento del boleto. El del 127% produjo una merma del 20 por ciento de los usuarios. Si aumenta de nuevo, muchos no van a poder pagar la tarifa, y esto va a repercutir en los demás servicios de transporte. Vamos a convocar a que la población se exprese en la audiencia pública del 1 de marzo y juntar firmas para frenar el aumento del boleto. Macri no debe aumentar arbitrariamente ni de manera unilateral, sino que debe discutirlo en el marco del diálogo entre las tres jurisdicciones, como lo convocó el ministro Randazzo. En el caso de la línea A, sólo se trata de poner en funcionamiento los vagones comprados por el Estado nacional y tener la oportunidad para inaugurar, sin importarle perjudicar a los usuarios. 
¿En el plano legislativo le quedó algo en el tintero?
Tenemos varios proyectos que están en discusión, uno perdió estado parlamentario, pero lo presentaremos de nuevo: la ley de residuos electrónicos. Otra es la ley de envases. Hay que avanzar en la ley de educación superior. No se pudo avanzar en una ley muy importante, como la de fertilización asistida, pero vamos a insistir. Nos quedó pendiente el traspaso a la Justicia de la Ciudad del fuero Civil y Comercial, para que temas  como una medianera o un divorcio no vayan a la justicia nacional. También hay que seguir discutiendo el traspaso de las fuerzas de seguridad.
¿En qué estado está la causa por la campaña sucia de Jaime Durán Barba?
Siguen procesados los tres imputados. La causa pasó a la justicia porteña, pero está demorada. Para mí no hay mucho más por discutir: Telecom dijo de dónde salieron las llamadas, se allanó ese lugar, encontraron las grabaciones en las computadoras (esas y muchas más de otros países), se comprobó que el cartel de la puerta decía “Durán Barba & Asoc”, se comprobó el acuerdo de confidencialidad entre las empresas implicadas, se encontraron los recibos por los cuales la ciudad pagó los trabajos… no sé qué más hace falta. Si hay una infracción a la ley electoral, es esta: inducir al engaño en el voto. La verdad, no salgo de mi asombro sobre los vericuetos que tiene la Justicia. La pena es mínima, pero servirá para que estas cosas no se repitan.
El año que viene cumple su mandato como senador, ¿renovará su banca?
No tomamos decisiones individuales, sino que tiene que ver con un proyecto colectivo que llevamos adelante desde 2003. En ese contexto, surgirá cuál es el mejor espacio en el cual yo podría estar. Lo que no está en discusión es que desde el lugar que me toque estaré dando lo mejor. Yo estoy muy orgulloso de haber sido el ministro de Educación de Néstor y muy contento de desempeñarme como senador. 
Fuente: Redacción Z

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