martes, 28 de octubre de 2014

FILMUS EN INGLATERRA

Perforación británica en Malvinas corre el riesgo de desastre ecológico, dice Argentina

Secretario Malvinas Daniel Filmus advierte que la extracción de petróleo y gas de lecho marino sin el consentimiento de Argentina es peligroso
Los miembros de la comunidad mapuche de Argentina bloquean una carretera de acceso a la formación de esquisto Vaca Muerta.
Los miembros de la comunidad mapuche de Argentina bloquean una carretera de acceso a la parte de la formación de esquisto Vaca Muerta. Fotografía: Handout / Reuters
Secretario Malvinas de Argentina, ha advertido que la perforación unilateral británica de petróleo y gas en las Malvinas podría desencadenar una catástrofe ambiental en la escala de la catástrofe del Golfo de México .
Hablando en Londres, Daniel Filmus, el primer titular del cargo que fue creado en enero , dijo que los intentos de las empresas británicas para extraer hidrocarburos desde el fondo del mar sin el consentimiento de Argentina fueron muy peligroso.
Varias pequeñas empresas del Reino Unido están explorando las aguas alrededor de las islas, que se cree que contienen miles de millones de dólares de los ingresos del petróleo y el gas. Filmus advirtió que sin "apoyo continental" de Argentina estos proyectos técnicamente difíciles arriesgaron un derrame grande de petróleo a través del Atlántico Sur prístina.
Buenos Aires ha prohibido los buques que transportan la bandera británica de visitar sus puertos o llevar a cabo "operaciones logísticas".Otros países sudamericanos como Brasil, Paraguay y Uruguay han seguido el ejemplo.
"El riesgo ambiental de la exploración de petróleo en la región es enorme. No sólo para los isleños, sino para el conjunto de América Latina e incluso del mundo. Significa el potencial de socavar la biodiversidad ", dijo Filmus. "No se puede explorar sin el apoyo adecuado desde el continente. El riesgo de otro accidente como el Golfo de México es enorme. "El gobierno de Argentina ha demandado a las empresas implicadas por sus" acciones criminales ", dijo.
Filmus agregó que continuaría presionando a Gran Bretaña a devolver las islas por medios pacíficos y el diálogo. Dijo que Argentina respetaría el derecho de los isleños a seguir siendo británicos, pero quería "el ejercicio de la soberanía".
"La historia de la humanidad es la historia del fin del colonialismo", dijo."Estoy seguro de que los que viven en las islas tendrán una vida mejor [con Argentina]."
Filmus es un estrecho aliado de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que ha reavivado el reclamo de Argentina por las Malvinas (conocidas en Argentina como las Malvinas). Filmus dijo que no trató de conocer a alguien desde el gobierno británico durante su viaje de un día a Londres el lunes, después de un desaire a principios del ex secretario de Relaciones Exteriores, William Hague. El enviado lanzó un libro, Diálogo, - que expone el argumento de la Argentina en una serie de ensayos y artículos.
Argentina ha dicho que va a sabotear lo que se refiere a la exploración de petróleo como ilegal alrededor de las islas. El año pasado, el Parlamento votó a favor de imponer penas de cárcel de hasta 15 años en los ejecutivos cuyas empresas perforar en busca de petróleo, así como las multas punitivas de hasta $ 1.5bn . Se ha dicho que las empresas también se inhabilitó de trabajo lucrativo en Vaca Muerta, un yacimiento de petróleo de esquisto gigante en la región de la Patagonia Argentina.
Las grandes petroleras como Chevron y BP hasta ahora han evitado la controversia. Pero las empresas más pequeñas, con sede en Reino Unido, como Premier Oil están explorando el fondo marino, incluyendo la Cuenca Malvinas Norte, se cree que contiene 400 millones de barriles de petróleo recuperable.
Filmus dijo reclamo de Argentina por las Malvinas volvió a 1833, cuando Gran Bretaña se apoderó ilegalmente en el territorio. El derecho internacional, otras naciones de América del Sur, y la unión de resoluciones de la ONU todos obligados a Gran Bretaña a negociar sobre el futuro de las islas, dijo. "Lamentamos que el Reino Unido dejó de diálogo. La única manera de resolver un conflicto es a través de negociaciones. "Gran Bretaña negoció en secreto sobre el futuro de las islas entre 1966 y 1982 con sucesivas dictaduras argentinas, pero ahora se niega a discutir el tema con una democrática y guerra dejando de lado la Argentina, dijo.
El enviado, por su parte, dijo que Buenos Aires no tenía la intención de prohibir el presentador de la BBC Top Gear Jeremy Clarkson, quiencondujo alrededor de la Argentina en un Porsche con el registro H982 FLK , una aparente referencia a la Guerra de las Malvinas 1982. La semana pasada el embajador de Argentina ante el Reino Unido, Alicia Castro, presentó una denuncia formal a la BBC.
"No creo que queremos dedicar un segundo para Clarkson", dijo Filmus.
THE GUARDIAN

domingo, 7 de septiembre de 2014

OSCAR UGARTECHE, EXPERTO EN FINANZAS MUNDIALES, SOBRE LA PELEA CON LOS BUITRES


“Tendrías que estar chiflado para emitir hoy un bono en Nueva York”

A pocos días del debate en la ONU sobre una convención especial para la deuda, uno de los mayores especialistas latinoamericanos en el sistema financiero mundial sostiene que Singer también dañó al propio sistema y a Nueva York como sede de emisión.

Por Martín Granovsky

/fotos/20140907/notas/na05fo01.jpg
Economista, el peruano Oscar Ugarteche investiga en la Universidad Nacional Autónoma de México y preside ALAI, Agencia Latinoamericana de Información. De paso por Buenos Aires, fue uno de los expositores en el encuentro de análisis sobre los buitres organizado por Clacso, Giges y Latindadd.
–¿Contra quién es la pelea con los fondos buitre?
–El marco es mundial. La Argentina es la metáfora del conflicto entre cierto sector del capital financiero internacional y los Estados soberanos. Y la muestra de que la arquitectura financiera internacional tal como está ya no sirve.
–¿Los buitres son una banda marginal del sistema financiero o pertenecen al corazón de ese sistema y parecen marginales por su estilo?
–Las formas agresivas del capital financiero se expresan mejor en este tipo de fondos, que podemos llamar fondos de cobertura. NML Elliott, en particular, es solo uno más en el sector de punta del capital financiero internacional. Es su sector más dinámico, con intervención en commodities, en monedas, en aseguramiento de créditos, en seguros de default... Estos fondos actúan de un modo menos elegante que los demás. Compran los papeles de la deuda cuando el país en cuestión ya arregló su deuda. Y compran un monto muy pequeño, pero la rentabilidad calculada es de un 1600 por ciento. No está mal ese margen para un negocio, ¿no?
–Aunque sean diez años.
–Aunque sean diez años, sí. El punto es que esa rentabilidad se extrae con coerción, más que cobrada. El caso más dramático fue el del Congo. Un país inmensamente pobre al que estos miserables le practicaron hasta trabajos de inteligencia como mínimo privados y no sé si también mixtos, público-privados, chantajes, cambios de legislación, cargamontones...
–Traducido del peruano al argentino sería patoterismo.
–Si exageran con esa forma, deslegitimarán el dólar como moneda de crédito, las cortes de Nueva York como sitios de resolución de conflictos de crédito y los mecanismos de refinanciación de deuda. O sea que no le dispararon a la Argentina sino a la médula de cómo opera el complejo financiero internacional. Es muy serio. No solo trataron de dañar al país sino que lograron dañar las propias tripas.
–¿Por qué lo hicieron? ¿Son suicidas?
–En la falta de escrúpulos olvidaron un detalle: si tú le cobras al último deudor y el juez falla que la cobranza a favor del último acreedor puede ser diferente que la del primero, sentará un precedente peligroso. La violación del principio de pari passu es precisamente eso: “Al primero le pago cinco y al último cien”. ¿Por qué los demás no te van a pedir el cien? Si un fondo buitre gana un juicio así, en el momento de ganar invalidará todos los mecanismos de reestructuración de la deuda de los últimos doscientos años.
–¿Los fondos buitre ignoran esos doscientos años por qué motivo?
–Es una parte no calculada de su acción. No creo que a Elliott le interese deslegitimar el dólar como la moneda de crédito internacional y a Nueva York como el centro jurídico para operaciones financieras. Pero ya lo hizo. De ahora en más, cualquier gobierno pensará tres veces dónde emitirá el bono. Si eres sudamericano, tendrías que estar chiflado para emitir en Nueva York. Emitirás en Londres, en San Pablo, en Buenos Aires... Donde sea.
–Sin embargo, un país puede llegar a la conclusión de que no le conviene emitir deuda en Nueva York pero podría suceder que la correlación de fuerzas le impida tomar una decisión conveniente.
–Ahí juega la ideología. Pero hablando de política real y de finanzas reales, el que toma prestado tratará de reducir su riego lo más posible. Es fundamental disminuir el riesgo de que operen estos agentes.
–Decías antes que los fondos buitre se meten cuando ya hay un principio de solución de la deuda y no antes.
–Así pasó con Perú, con el Congo, con Panamá, con Ecuador y con Brasil. Compraron cuando los Estados habían entrado en el Plan Brady.
–El Brady también contemplaba una quita.
–También era parte de los doscientos años de historia. Un banco agente compra todos los papeles sueltos en el mercado, se los entrega al Estado y canjea unos bonos por otros. En el caso del Perú, cuando el banco elegido, el Swiss Bank, le entrega al Estado el paquete de la deuda, quedaron fuera cuatro instrumentos que sumaban veinte millones de dólares. Los compraron a precio vil, al cinco por ciento de su valor. Una pregunta es ¿cómo supieron que esos cuatro instrumentos existían? Otra pregunta es: ¿por qué no entregó el Swiss Bank esos cuatro papeles que obligarían al pago junto con los otros 3984 que sí entregó? La tercera duda es sobre los tiempos. Perú todavía estaba en el período de quince días que va del cierre del swap a su finalización. Sin embargo, no se presentaron en esos quince días. El resultado es que luego esos cuatro papeles fueron llevados a la Justicia y comenzó un juicio contra el Perú por el monto íntegro del valor nominal de los papeles más todos los intereses acumulados desde 1983. El juicio terminó quince años después, en 1998. Habían pagado diez millones de dólares. Cobraron 166 millones. Magnífica rentabilidad. La manera en que lograron cobrar fue luego de embargar las cuentas peruanas de los bancos. Usaron el sistema Swift. Como era un monto pagable, el Estado peruano pagó, aunque tuvo que hacerlo tras operaciones de coerción. Los abogados designados por el Perú hicieron todo lo posible por argumentar que el fondo había comprado los papeles con la finalidad de enjuiciar al Perú para cobrar. En su defensa, ellos dijeron que habían comprado para cobrar y no para enjuiciar. Ridículo: no se puede cobrar sin juicio. Pero bueno... Así desvirtuaron el principio Champerty. Surgió de la jurisprudencia neoyorquina y dice que una deuda comprada con la finalidad de enjuiciar al cliente para cobrar de mala manera no debe ser respetada. En algunos casos de países africanos la Justicia aplicó ese principio y en otros casos no. Dependía de los montos en juego. Paul Singer logró que la Justicia dejara de lado el principio Champerty.
–La etapa decisiva del juicio fue contra el gobierno de Alberto Fujimori convertido ya en dictadura. Argentina es una democracia que renegoció la mayoría de su deuda ¿Los fondos distinguen políticamente sus blancos?
–Su objeto es hacer dinero. Si el juicio escala puede entrar la política, porque entonces buscan penalizar a alguien argumentando que hizo algo que a ellos no les gusta. Como Singer pone los abogados, los inversionistas aportan cada uno de los amicus curiae ante la Justicia para que declaren a favor de los buitres. Allí también actúan funcionarios del Departamento de Estado. ¿Por qué? ¿Por dinero propio o por mandato del Departamento de Estado? Y si actúan por mandato, ¿cuál es el mensaje? Tal vez sería que el deudor no se olvide de las cortes neoyorquinas en la solución de problemas de deuda. No olvide que el dólar es la moneda de contratación. No olvide que si no se porta bien pasan estas cosas. Mi impresión es que con el Perú el mensaje era éste: “Recuerden que su deuda estuvo impaga durante 16 años. Es un período muy largo y no lo aceptaremos”. En el caso argentino el metadiscurso es aún más complicado.
–¿Cuál sería?
–“No nos gusta lo que ustedes están haciendo.” En la prensa internacional sale una parte de la realidad, como la inflación, pero no qué hacen los buitres. Un artículo miserable de The Economist dijo que la Argentina tenía problemas de deuda. Mentira. Lo que tiene la Argentina es un juicio llevado de mala manera.
–¿Cuál es el destinatario del metamensaje?
–El universo. Ecuador salió corriendo muy rápido y pagó toda la deuda suelta con los buitres. Liquidó el tema antes de que reventara.
–¿Hizo bien o hizo mal?
–No lo sé. Sé que tomó el mensaje y resolvió el tema cuando pudo. Era poco dinero. Pero el mensaje también estaba dirigido a España, a Italia, a Grecia, a Portugal, a Irlanda: No se les ocurra seguir el camino argentino de reducción importante de saldos. La Argentina de hecho termina jugando en la cancha europea. El de Ecuador fue un caso de realpolitik. Decidieron no perder tiempo ante un costo tan insignificante. No tenían los ecuatorianos el problema de la Argentina, de que el 92,4 por ciento de los bonistas reclamara por un arreglo.
–El Congreso peruano investigó ya hace más de diez años la cuestión de los bonistas y a Singer.
–Tuvo contactos con el banco agente del Perú que hacía las operaciones para el canje del Plan Brady, con abogados peruanos de influencia en el Estado y, pensamos, aunque nunca lo logramos demostrar, con inversionistas peruanos. Singer se conecta con el Departamento de Estado, el del Tesoro, la gran banca y la prensa. Y naturalmente con el Fondo Monetario. La gran prensa termina haciendo campañas de desinformación y así alimentan a los jueces. Si el juez lee seguido que el grueso de la deuda quedó impaga, algo terminará reteniendo.
–¿Para qué le sirve a Singer su influencia en el Congreso ganada por medio de las donaciones de campaña?
–En primer lugar, para conseguir legislación útil a sus propios intereses. Como quienes controlan el Congreso son los republicanos, les ponen la plata a los republicanos. Si fuera al revés les pondrían el dinero a los demócratas.
–¿Qué relación tiene esto con la arquitectura financiera internacional?
–Trabajé ocho años en un libro que acaba de salir en la UNAM. Logré aprender que los cambios se producen cuando los niveles de riesgo ya no los resuelven las instituciones existentes y entonces hay que crear nuevas instituciones. El juicio contra la Argentina hizo visible que no funcionan ni para una parte de los banqueros. Para George Soros, por ejemplo. Y el juicio se produce al mismo tiempo que surgen fenómenos como la creación del banco de los Brics y su fondo de estabilización. ¿Habrá un clearing que sustituya o complemente el sistema Swift? ¿Nuevos mercados donde emitir los bonos? ¿Otra jurisprudencia? ¿Otros sitios para la solución de las controversias? ¿Una nueva apelación a la Doctrina Drago?
–Pero la Doctrina Drago de 1902 hablaba contra la posibilidad de cobrar las deudas mediante la presión bélica y la guerra.
–Por eso hablé de una nueva apelación.
–Todas las preguntas dan la sensación de preguntas retóricas. ¿Debo suponer que la respuesta a cada una es afirmativa?
–Claro, mi respuesta es sí. Sí podemos hacer un gran cambio en la arquitectura para reflejar mejor la estructura de poder global.
martin.granovsky@gmail.com
.pagina12

viernes, 11 de julio de 2014

Elisa Carrió

Madama

Por Mara Brawer *

“Me hubiera gustado ser la madama de un burdel”, lanzó la diputada nacional Elisa Carrió, con esa pretensión bizarra que viene exhibiendo como una marca de su imagen, intentando ser al mismo tiempo graciosa y descontracturada ante un auditorio de jóvenes del PRO reunidos en Puerto Madero que le habían preguntado qué hubiera querido ser en la vida antes de ser lo que es.
Frente a su respuesta, yo pregunto –sin salir de la consternación– qué es lo que lleva a esta mujer que decidió dedicar su vida a trabajar en política a decir con naturalidad que su sueño trunco es ser madama, proxeneta, cafiscia, un oficio ilegal que consiste en obtener beneficios económicos de la prostitución a costa del uso del cuerpo de otras mujeres. Cómo puede decir, aunque sea en clave de “broma”, que alguna vez se identificó con una actividad basada en la violencia, el engaño, la intimidación o el aprovechamiento de una situación de vulnerabilidad como es la del comercio sexual. Si hubiese confesado que deseaba haber ejercido la prostitución sería un deseo personal, pero querer ser quien lucra y tiene poder sobre el cuerpo de los demás es otra cosa.
Y como no puedo creer que lo haya dicho, me sigo preguntando en qué punto se articulan esa fantasía frustrada de madama y esta actual función de diputada, de dirigente política. Y me respondo que sí, que la verdad es que aunque lo encubre con una pose hilarante, con un doble gesto de deliberada desfachatez y de cinismo exagerado, lo de Carrió es una metáfora. Una figura retórica que ella formula sobre la política como burdel y sobre los políticos como regentes; que cobra sentido si revisamos toda la actuación de la dirigente de FAUnen.
Desde la Celestina, una de las primeras “alcahuetas” de novela, hasta Laurentina Montserrat, la madama que inmortalizó el tango, o la imborrable Manuela de la humilde “casa de citas” de “El lugar sin límites”, de José Donoso, la literatura nos muestra que en las reglas del oficio son imprescindibles los contubernios con el poder, los sobornos, las extorsiones. Madamas que gozan de la protección y el dinero de los poderosos, que toman champagne con el dueño de los campos mientras entregan el cuerpo de quienes son más débiles.
¿Esas son las madamas a las que quería parecerse Lilita? ¿Las que prometen cuidados a los que más lo necesitan y terminan traicionándolos? Como hemos visto que ella opera, cuando a sus dirigentes los destrata, descartándolos si crecen y se vuelven amenazantes para su protagonismo.
En la jornada frente a los jóvenes a PRO, también tuvo espacio para una declaración destituyente: “Si fuera vicepresidenta, al presidente lo voltearía en un día” dijo Carrió, justamente quien dice ser tan devota de la institucionalidad y “madre” de la República –aunque mejor ni pensar en las fotos que se toma con una muñeca llamada “Republiquita– .
En apenas dos frases, la lógica de la prostitución y de la traición quedaron de manifiesto. Y en ellas, un esquema perverso que pone en movimiento una maquinaria de degradación de la política. De sus palabras podemos concluir que quien soñó en su adolescencia con intermediar entre un puñado de chicas vulnerables y el poder de los dueños del dinero, hoy seguramente sigue soñando con regentear un país debilitado, necesitado y dependiente. Y con entregarlo a los poderes económicos, aquellos que se hacen fuertes cuando la política es marginada y que, con la lógica de los buitres, se satisfacen primero y descartan a su víctima después.
* Diputada nacional - Frente para la Victoria.

martes, 3 de junio de 2014

"bullying - lanata

 Brawer  repudió las expresiones de Lanata porque "responden a una lógica fascista"

La diputada nacional por el FPV criticó las expresiones del periodista, quien promovió un escrache contra tres camaristas y sus hijos, y aseguró que con ese discurso realizó "una apología de la intolerancia".
Brawer, autora del proyecto que derivó en ley contra el "bullying" o acoso en la escuelas, destacó que "lo que resulta  paradojal, por no decir hipócrita o aún algo peor, es que los mismos medios que dedican horas alertando sobre la violencia en las escuelas, luego la promuevan bajo un muy endeble disfraz de ejercicio de ciudadanía".

La legisladora precisó, además, que "debemos repudiar desde todas las instancias democráticas posibles a este señor que conduce programas de radio y televisión".

"Con una lógica fascista le pidió a sus oyentes que reaccionen con violencia hacia tres jueces, y luego hacia la familia de esos jueces", sostuvo Brawer.

Indicó que quedarse callados "frente al llamado a la violencia es muy grave porque implica que aceptamos como normal la apología de la intolerancia y que admitimos el agravio como parte del discurso periodístico".

Brawer, respecto de la justificación de Lanata de que había tenido un brote sicótico, detalló que "quienes hemos trabajado en el ámbito de la salud mental sabemos muy bien que hasta la locura también tiene ideología".

Jorge Lanata convocó la semana pasada, desde su programa en Radio Mitre, a escrachar a los jueces de la Cámara Federal que llevan adelante la causa Ciccone.

El conductor dijo que expondrí­a a los hijos de los magistrados para que los compañeros del colegio los interroguen por las acciones de sus padres.

"Que los compañeros de los hijos de Farah, Freiler y Ballestero digan: `che, ¿tu papá hizo eso?`. A ellos les parece
terrible eso, pero que pase eso, aunque sea que pase eso", agregó.


telam

lunes, 5 de mayo de 2014

Adelanto del libro de Miriam Lewin y Olga Wornat sobre los crímenes sexuales en los centros clandestinos de detención


Putas y guerrilleras

Militantes en su juventud y periodistas después, las autoras relatan –en el libro Putas y guerrilleras, que distribuye Planeta en estos días– las torturas, abusos y violaciones que sufrieron cientos de mujeres en los centros clandestinos en la década del ’70. En algunos casos fueron también relaciones tortuosas nacidas bajo tormentos con sus victimarios. Aquí, como anticipo, un extracto de la introducción de Miriam Lewin.

Por Miriam Lewin
/fotos/20140505/notas/na10fo01.jpg

Mártires y prostitutas

Era un 24 de marzo, aniversario del golpe, y me habían invitado a Almorzando con Mirtha Legrand. Aceptar estar ahí significaba para mí renunciar a ir a la ESMA, ahora a un acto multitudinario, el día de su conversión en espacio para la memoria. Decidí ir al programa de la ex diva del cine argentino devenida entrevistadora, sobre todo porque iban también Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, y Mariana Pérez, cuyos padres, desaparecidos, habían militado conmigo. Mariana había buscado incansablemente a su hermano Rodolfo, nacido en la Escuela. Yo había estado presente en el parto. Había visto a ese bebé sobre el pecho de su madre, sabía que había sido arrebatado después y había declarado en tribunales sobre el tema. La mesa la completaban dos jueces del Juicio a las Juntas y un periodista. Seguramente el programa iba a ser visto desde sus casas por mucha gente que aún no sabía o no reconocía la verdadera dimensión de lo que había pasado en los dominios del grupo de tareas 3.3.2. Otros miles de personas se reunirían a la misma hora en Avenida del Libertador, frente al campo de concentración, donde el presidente Néstor Kirchner iba a compartir el escenario con Juan Cabandié, otro recién nacido a quien yo había visto en noviembre de 1977 en un pasillo del campo, en brazos de su mamá, una chica de dieciséis años, después asesinada.
Llegué temprano. Un productor veterano, que conocía sólo de vista, me atajó en la entrada. Me llevó a un costado y, consternado, me advirtió que “la vieja” tenía planeado hacerme algunas preguntas inconvenientes y que quería que yo estuviera prevenida.
¿Qué preguntas inconvenientes? –indagué, con la seguridad de que no iba a ir más allá de lo que alguna vez me habían preguntado los defensores de los militares en algún proceso al que había ido como testigo. Por lo general, me atribuían –para descalificarme– hechos armados, atentados o secuestros en los que no había participado.
El productor tosió, nervioso.
–No sé, me imagino que algo tendrá que ver con la colaboración, con la delación. Te lo adelanto para que no te sientas incómoda.
–No te preocupes, estoy acostumbrada. Te lo agradezco mucho.
Tenía en claro para qué estaba ahí y las intrigas no me importaban. El día de la recuperación del espacio del campo de concentración para la sociedad civil yo le iba a hablar a una parte de ella que tal vez nunca había prestado atención al tema. Tal vez si lo decía sentada a la mesa de Mirtha todos comprenderían. Me vinieron a buscar y me arrearon al estudio.
Detrás de unos paneles me colocaron el micrófono, casi invisible, un cable que trepaba por debajo de mis ropas hasta el escote y un receptor colgando de la cintura. En pocos minutos estaba en el centro de la escena, rodeada por cristales, jarrones con flores, brocatos, caireles, alfombras y cortinados. Ya había concluido el rito acostumbrado de la descripción del vestuario, zapatos y joyas de la conductora, y las risitas y aplausos del enjambre de asistentes y empleados que la acompañaba detrás de cámaras.
Era una jornada especial. No hubo almuerzo servido por mucamas de uniforme. Tampoco se distribuyó el regalo acostumbrado para cada invitado, un reloj pulsera. “No es un día para festejar”, dijo Mirtha, y todos asintieron, admirando su sensibilidad.
No sé cómo ocurrió. No me acuerdo si ella tenía la pregunta anotada en un papel “ayudamemoria”. Tampoco recuerdo si en ese momento estábamos solas, todo lo solas que se puede estar frente a una audiencia de cientos de miles de personas... Pero después de hacerme una observación sobre lo bien que me quedaba mi nuevo color de pelo, me disparó: “¿Es verdad que vos salías con el Tigre Acosta?”. Hubo un silencio sólido, un contener la respiración de todos los que estaban en el estudio.
–¿Cómo que “salía”?
–Bueno... –reculó–. Si es verdad que salían a cenar, eso es lo que dice la gente...
Inhalé profundamente, como reuniendo fuerzas. Podría haberme levantado y salido del estudio, podría haberme ofendido. Seguramente, la escena habría sido reproducida decenas de veces en los programas de chismes del espectáculo. “Periodista de Puntodoc le hace un desplante a Mirtha cuando le pregunta si tuvo un amorío (nadie diría ‘fue abusada sexualmente’, por supuesto) con el jefe del grupo de tareas de la ESMA.” Pero no lo hice. Le respondí.
–Es verdad, nosotras mismas lo relatamos en el libro Ese Infierno que escribimos sobre lo que vivimos en el campo. Nos sacaban a cenar. No salíamos por nuestros propios medios. No teníamos derecho a negarnos. Eramos prisioneras. Nos venían a buscar los guardias en plena noche y nos llevaban. A una compañera, Cristina Aldini, el Tigre Acosta la llevó a bailar a Mau Mau después del asesinato de su marido. Que a una mujer la lleven a bailar a un lugar de moda los asesinos de su compañero me pregunto si no es una forma refinada de tortura. A Cristina un oficial de la ESMA le llevó la alianza de su esposo, Alejo Mallea, a su cucheta en Capucha, adonde estaba engrillada, para demostrarle que lo habían asesinado. Le preguntó si ella quería ver el cadáver. Cristina al principio dudó, pero después aceptó porque pensó que, de lo contrario, siempre se iba a quedar con la incertidumbre. Cuando lo vio, tenía dos tiros en la cara. Uno era el de gracia, entre ceja y ceja. Lo habían ejecutado.
Mirtha se sintió en falta. Miró detrás de cámaras, como buscando apoyo.
–Bueno, yo tengo que preguntar...
Nadie contestó.
–¿O está mal que pregunte? –dijo, al borde del lloriqueo, ensayando un mohín angelical.
Cuando todo terminó, me acompañó a la puerta una productora.
–No sé cómo pedirte disculpas –me dijo, resoplando y sacudiendo la cabeza. Me dio la impresión de que a ella también le había dolido. Era una mujer de mi edad. Parecía abatida, indignada, avergonzada. Tal vez tenía algún pariente o amigo desaparecido, pensé.
Ese “salías” de Mirtha encerraba un significado concreto. Tenía razón en sorprenderse por la reprobación de su claque. Probablemente Mirtha encarnaba el pensamiento de miles de personas, esas que hubieran querido preguntar como ella, así, elípticamente, si me había salvado por acostarme con el jefe del grupo de tareas. Porque alguna explicación tenía que tener que yo hubiera pasado de encapuchada en el campo de concentración a invitada a la mesa de la diva. Y su pregunta implicaba una condena, una sentencia que en ese momento no supe desarticular dando vuelta el argumento, provocándola como ella me provocaba, desde su pretendida ingenuidad informada. Diciendo, por ejemplo: “No, no me acosté con el Tigre Acosta, pero si lo hubiera hecho para salvar mi vida, ¿qué? ¿Quién podría juzgarme? ¿Quiénes pueden asegurar qué es lo que habrían hecho si hubieran estado en mis zapatos?”.
Ninguna de nosotras tenía posibilidad de resistirse, estábamos bajo amenaza constante de muerte en un campo de concentración. Estábamos desaparecidas, sin derechos, inermes, arrasada nuestra subjetividad. Su dominio sobre nosotras era absoluto. No podíamos tomar ninguna decisión, eso era absolutamente inimaginable. De ellos dependía que comiéramos, que durmiéramos, que respiráramos. Ellos eran nuestros dueños absolutos. No quedaba resquicio alguno para nuestro libre albedrío. ¿Pero si hubiera existido? Si la mirada lasciva de ellos sobre nuestros cuerpos hubiera sido usada por nosotras como un arma en su contra, un resquicio de fortaleza en nuestra extrema indefensión, ¿hubiera sido correcto condenarnos socialmente?
Como mujeres, la utilización de nuestros cuerpos o el deseo que despertamos en el otro como instrumento de manipulación o de salvación es condenable. No pasa lo mismo con los hombres.
(...)
Las mujeres sobrevivientes sufrimos doblemente el estigma.
La hipótesis general era que, si estábamos vivas, éramos delatoras y, además, prostitutas. La única posibilidad de que las sobrevivientes hubiéramos conseguido salir de un campo de concentración era a través de la entrega de datos en la tortura y, aún más, por medio de una transacción que se consideraba todavía más infame y que involucraba nuestro cuerpo.
Nos habíamos acostado con los represores. Y no éramos víctimas, sino que había existido una alta cuota de voluntad propia: nos habíamos entregado de buen grado a la lascivia de nuestros captores cuando habíamos podido elegir no hacerlo. Habíamos traicionado doblemente nuestro mandato como mujeres: el de la sociedad en general y el de la organización en la que militábamos. No se nos veía como víctimas, sino como dueñas de un libre albedrío en verdad improbable.
Resulta imposible explicar por qué quienes nos juzgaban sin haber vivido las condiciones que se sufrían en un centro clandestino de detención suponían que las mujeres teníamos el poder de resistirnos a la violencia sexual, a los avances de los represores y podíamos preservar “el altar” de nuestros cuerpos impoluto.
Las mujeres teníamos un tesoro que guardar, una pureza que resguardar, un mandato que obedecer. Nos habían convencido de que así era.
Yo no escapaba a ese mandato. Por eso, lo abrumador del rechazo que me provocaba la conducta de la mujer de mi responsable. Nunca se me ocurrió que podía usar la atracción que provocaba en su captor para conseguir el precioso tesoro del contacto telefónico con su hijita, para aliviar su dolor de madre separada de su cachorra. Tampoco que no había tenido el poder de resistirse a los avances sexuales de su secuestrador, desaparecida y privada de todos sus derechos, en manos de un grupo de ilegales que disponía de su vida y de su cuerpo. Del mismo modo que no había podido preservarse de las laceraciones de la picana. Para mí, para la Petisa, para todos, esa muchacha era la encarnación de lo peor, de lo más repulsivo. Sentíamos más miedo de convertirnos en eso que de inmolarnos. Queríamos ser mártires y no prostitutas.
No me era posible terminar este libro, que ideé con mi amiga y compañera Olga, sin incluir un pasaje de mi propia historia que me atribuló durante años. No podía, no hubiera sido honesto, exponer las experiencias de otras mujeres y callar la mía. Es en realidad parte de una novela autobiográfica que empecé a escribir hace un tiempo, precisamente para clarificar dentro de mi mente lo que había atravesado. Por eso, al final de Putas y guerrilleras, relato lo vivido en La Casa de la CIA.
pagina12

sábado, 26 de abril de 2014

Claire Mouradian, profesora de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales en París

“El genocidio es un problema actual”

Hoy se cumplen 99 años del exterminio del pueblo armenio a manos de las autoridades otomanas, que comenzó en 1915 y que terminó con la vida de un millón y medio de personas. La experta explica por qué algunos países no lo reconocen. 

( Página12,   24-04-2014)


/fotos/20140424/notas/na24fo01.jpg
“El no reconocimiento del genocidio armenio está relacionado con intereses económicos.”
Existen grupos de extrema derecha en Turquía que quisieran exterminar a los armenios que quedan. Así lo aseguró Claire Mouradian, profesora de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales en París y experta en el genocidio armenio. “Todavía quedan grupos que dicen abiertamente que el trabajo no fue terminado. El genocidio no es sólo un problema del pasado, es un problema actual. Hay países, como Estados Unidos, que no quieren confrontar con Turquía”, sostuvo. Como cada 24 de abril, hoy se conmemora en todo el mundo un nuevo aniversario del exterminio del pueblo armenio a manos de las autoridades otomanas, que comenzó en 1915 y que terminó con la vida de un millón y medio de personas. “El no reconocimiento del genocidio armenio está relacionado con intereses económicos y estratégicos. Turquía es miembro de la OTAN, es un actor clave en la región”, explicó Mouradian sobre el hecho de que pocos países reconozcan el plan sistemático de aniquilación física y cultural de los armenios entre 1915 y 1923.
Estados como Argentina, Chile, Rusia y Canadá reconocen el genocidio armenio. Sin embargo, otros como Alemania, Estados Unidos, España e Israel no han tenido hasta la fecha un pronunciamiento concreto. El caso más llamativo es el del Estado judío, creado tras el Holocausto. “Hay israelíes que están luchando por el reconocimiento del genocidio armenio. De hecho, los primeros en prestar atención al genocidio armenio fueron los judíos, dentro y fuera del imperio otomano. Pero el Estado de Israel no lo reconoce, porque su posición en Medio Oriente es complicada y existen intereses comunes con Turquía. Esto no significa que los israelíes, o algunos israelíes no lo reconozcan. No todo es blanco y negro. Lo mismo pasa en Turquía”, destacó Mouradian. “No condeno a las generaciones jóvenes, porque en los libros escolares está escrito lo que el Estado quiere que aprendan. Pero muchos saben lo que pasó. Quedan iglesias armenias. En épocas del imperio, había casi dos millones y medio de armenios. Estaban en las principales ciudades del imperio. Ahora hay más información, más debate”, agregó.
Mouradian, que participó este mes del Congreso Internacional sobre Genocidio Armenio organizado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero, señaló que Turquía debe asumir su responsabilidad ante lo ocurrido. “Los turcos les quitaron todo a los armenios y deberían devolverles todo. Casas, bienes, iglesias, cuentas bancarias. En el tratado de Sèvres de 1920, cuando se hizo una repartición del imperio otomano y se crearon nuevos estados, se condenaron los crímenes de guerra y se elaboró una lista de reparación. Era una lista precisa. Los herederos del imperio otomano no quieren hacerse cargo de esas deudas”, aseveró, y dijo que Turquía no quiere aceptar este legado por una cuestión económica y de imagen. “Aceptarlo implica reconocer cómo fue construida Turquía. Les hicieron creer a los turcos que están allí desde siempre y que los armenios nunca existieron. Eso es negacionismo puro”, añadió.
El genocidio armenio, en plena guerra mundial, respondió a un intento por reconfigurar un imperio en decadencia, según Mouradian. “Hubieron distintos intentos de salvar al imperio otomano, que estaba el declive. El primer intento era darles iguales derechos a quienes vivían en el imperio. Hubo algunos cambios en la Constitución para reconocer los mismos derechos a musulmanes y no musulmanes. Finalmente no prosperó y el imperio seguía desintegrándose. Se decidió aplicar la islamización y a eso le siguió la creación de una nueva nación: Turquía. Había armenios, búlgaros, kurdos, albaneses y árabes. Se trataba de una creación artificial. Entonces decidieron turquizar a los no musulmanes”, contó. Los armenios eran considerados el componente más peligroso dentro del imperio porque –según la experta– eran cristianos y tenía contacto con los rusos a través de sus fronteras, principal enemigo de los turcos. Además, debido a masacres previas, se habían constituido movimientos armados y vivían en comunidades muy compactas.
“Los armenios ocupaban un buen lugar en la estructura económica del imperio, por lo que representaban un obstáculo para la turquización de la economía. Pero eran el primer eslabón. Los griegos, los caucásicos y los judíos también fueron un objetivo para los turcos. Hicieron una ingeniería territorial y demográfica”, prosiguió Mouradian. Talaat, el ministro del Interior del imperio, fue el que planificó el genocidio, el que vigiló pueblo por pueblo la actividad en la península de Anatolia y organizó el desplazamiento de los distintos grupos. “La idea era desplazarlos para que no constituyeran un grupo homogéneo y poder asimilarlos, convertirlos en turcos. Al final de la Primera Guerra Mundial, la mitad de la población de Anatolia había cambiado”, apuntó la experta francesa de origen armenio.
Una de las consecuencias del genocidio fue la gran diáspora armenia. “La mitad de la población armenia desapareció. Pero la consecuencia más notable fue la creación de una gran diáspora. Por eso hay armenios en Argentina, en Brasil, en Estados Unidos, en Francia. Es un problema para los turcos, porque adonde vayan siempre hay armenios. Un efecto bumerang”, bromeó Mouradian. Más allá de que los perpetradores del genocidio estén muertos, la investigadora consideró que el exterminio es aún un tema caro para los turcos. “Es difícil admitir que tus ancestros son asesinos, que tu casa fue usurpada, que tu pasado no fue tan glorioso”, reconoció.
Entrevista: Patricio Porta
REP   nos ilustra en pagina12

miércoles, 2 de abril de 2014

Por Bernardo Kliksberg *

Una confrontación silenciosa


/fotos/20140402/notas/na40fo01.jpg
Doscientas mil personas son actualmente los dueños, según un banco suizo, de casi la mitad del producto bruto mundial; el 50 por ciento, 3500 millones de personas, tienen sólo el uno por ciento. Mientras el uno por ciento más rico ganó en 2013 1746 millones de dólares promedio cada uno, los pobres recibieron menos de 1000. Tienen insuficiencias alimentarias, viven en tugurios lóbregos, carecen de agua potable, no tienen instalaciones sanitarias; los niños tienen que trabajar desde muy pequeños y la gran mayoría deserta de la escuela.
Las desigualdades resultan de determinadas políticas. Hay políticas que las aumentan y otras que las reducen. Los ciudadanos de América latina lo saben muy bien. Durante las dictaduras militares y los ’80 y ’90, en donde primaron los modelos económicos ortodoxos, vieron cómo aumentaban y hacían crecer la pobreza.
Se ha intentado legitimar el aumento de las desigualdades mediante paradigmas para los cuales son “inevitables para el progreso” o “sólo una etapa transitoria mientras se produzca el derrame”, y “atacarlas generaría el caos”.
No importa que la realidad haya desmentido dichos paradigmas, ha habido un “negacionismo sistemático” de las evidencias en contrario.
Los latinoamericanos vivieron sus efectos y por eso reclamaron en todo el continente, por diversas vías, economías que dieran respuestas colectivas y redujeran efectivamente la pobreza y las desigualdades. Se pusieron en marcha y, si bien falta mucho, las cifras cambiaron. La pobreza bajó de más del 40 por ciento al 28 para toda la región, mucho menos en algunos países. En ellos –como entre otros Argentina, Brasil, Uruguay– millones de personas salieron de la pobreza y se ampliaron las clases medias.
No “llovió inclusión”, sino que hubo reformas sociales profundas apoyadas por la mayoría de la ciudadanía, que significaron ingresar en otro paradigma diferente del pregonado por el uno por ciento más rico.
Por debajo de los grandes debates sobre políticas, hay hoy una confrontación silenciosa de paradigmas.
Así, entre otros aspectos, para el paradigma dominante en los ’90, que seguía puntillosamente el llamado consenso de Washington sobre cómo debía conducirse una economía, la pobreza era en definitiva parte de la historia. “Pobres hubo y habrá siempre”, decían algunos de sus líderes, a pesar de que no debería haberlos en una América latina que, además de un subsuelo inmensamente dotado de materias primas estratégicas, tenía la tercera parte de la superficie disponible para el cultivo sustentable y la mayor proporción de recursos hídricos renovables del mundo. Para la ortodoxia es inadmisible que haya crecido el gasto público en la región en la ultima década, más allá de que ello significó acercarse a lo que representa en los países más de-sarrollados y a que la mayor parte del crecimiento fue en inversión social, central para reducir la desigualdad.
El paradigma que propugna políticas de recorte profundo del gasto público enfatiza a voz en cuello cuánto va a significar ello en ahorro de recursos y reducción de déficit que “tranquilizará a los acreedores”, pero no es nada transparente respecto de los costos que ello representa para la vida diaria de la gente.
Estudios sobre Italia, España y Grecia encontraron que el aumento del desempleo al que contribuyó la receta de retracción del gasto público incidió en un aumento de la tasa de suicidios en los tres países.
Las obras incluidas en la Colección Cuestionando Paradigmas, que Página/12 publicará a partir del domingo, están dedicadas a confrontar paradigmas que se presentan con frecuencia como la “verdad infalible” frente a la cual toda pretensión de crítica sería anacrónica y técnicamente inaceptable.
No les interesa discutir evidencias, están mucho más confortables en la mera discusión sobre dogmas.
Tratan de que el debate permanezca siempre en los términos que lo plantean como “esto es una elección entre la libertad, el libre mercado o el populismo”, “la pobreza se combate con crecimiento, no con programas sociales”, “los programas sociales son asistencialismo”.
Se ven en dificultades serias cuando se les cambia el marco del debate. “La elección es entre economía para unos pocos o economía inclusiva”, “debe promoverse el crecimiento, pero no basta para eliminar la pobreza”, “los programas sociales participativos, y con buena gerencia social, empoderan a las comunidades pobres”.
Pero, sobre todo, tratan de eludir toda discusión ética seria sobre los resultados finales de lo que se está proponiendo. La ética “fastidia” a la economía ortodoxa. Trae mucho “ruido”, con su énfasis en los “muertos y heridos” que deja a diario en el camino. Para que no moleste se presenta a la economía como una cuestión “puramente técnica”.
Las políticas públicas cambiaron en muchos países de América latina, pero los cambios culturales son mas difíciles de hacer y más lentos. Los paradigmas ortodoxos siguen muy vigentes, desconociendo la crisis mundial de 2008/9 que mostró sus insuficiencias estructurales, negando sus causas, relativizando los niveles de desigualdad y pobreza y diseminando a diario estereotipos, prejuicios, mitos y falacias sobre los pobres y las políticas de cambio.
Parte de la lucha por construir países para todos pasa por “dejar al rey desnudo”, confrontando con hechos concretos las lógicas subyacentes en las doctrinas “infalibles” en que se ha tratado de inculcar en los ciudadanos en las últimas décadas.
La colección que empieza este domingo se dedica a hacer esa tarea de crítica desmistificadora, al mismo tiempo que a presentar, como siempre lo he hecho en toda mi trayectoria, experiencias y propuestas alternativas.
En la primera obra se introduce la presencia de Los parias de la Tierra; en la segunda se muestra Una lectura diferente de la economía; en la tercera, Discutiendo lógicas, se reexploran temas claves; en la cuarta, Otra economía es posible, se indaga sobre su perfil y, en la última, se trabaja sobre Herramientas para construir una economía con rostro humano.
Es posible salir del “túnel de la desigualdad y la pobreza” en que está atrapado gran parte del género humano. No es un destino irremisible de la historia. Pero para avanzar hacia una libertad real, en donde libres de pobreza los seres humanos puedan desarrollar sus capacidades a plenitud, es imprescindible librar la lucha por el conocimiento de la realidad. Ese conocimiento fue casi condenado a la “clandestinidad” por el paradigma ortodoxo. Es necesario recuperarlo.
* Gran Maestro de la UBA. Presidente de la Red Latinoamericana de Universidades por el Emprendedurismo Social. Este artículo está basado en la Introducción a la Colección Bernardo Kliksberg, Cuestionando Paradigmas, que Página/12 publicará a partir del próximo domingo.
pagina12

domingo, 23 de marzo de 2014

PAULA MARONI, DE HIJOS Y REPRESENTANTE DEL EJECUTIVO EN LA DIRECCION DEL ESPACIO PARA LA MEMORIA


“Ganarle a la muerte no es sencillo”

Fue el mayor campo de concentración, tortura y ejecuciones de la dictadura, con 17 hectáreas y 32 edificios que desde hace casi diez años se reconvierten en un lugar para la verdad y la justicia. La tarea, las prioridades, las dificultades.

Por Ailín Bullentini
/fotos/20140323/notas/na07fo01.jpg
Hace casi diez años, ese enorme predio que se erige sobre la Avenida Del Libertador dejó de ser la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) para convertirse en “la Ex ESMA”. Pocas veces un prefijo se vio en el desafío de sostener semejante carga simbólica, la que engloba el paso de ser el mayor centro clandestino de detención y exterminio de la dictadura, a ser Espacio para la Memoria, la Verdad y la Justicia. Como resumió Paula Maroni, de HIJOS, es “un lugar que históricamente fue una herramienta utilizada en contra del pueblo y se puso a disposición del pueblo argentino”. Maroni es hija de Juan Patricio, desa-parecido desde mayo de 1977, nieta de la Madre de Plaza de Mayo Enriqueta Maroni y representante del Ejecutivo en la dirección del espacio. El trabajo allí “nunca fue sencillo”, aseguró.
A casi una década de aquella conversión simbólica, Maroni repasó las etapas del camino concreto que la baja a tierra a diario. Desde la negación de los organismos de derechos humanos a siquiera pisar ese lugar de terror que les habían arrebatado a los suyos, a la emoción sin control que los empujó adentro. Y del presidente que pidió perdón en nombre del Estado, al desafío de convertir 17 hectáreas de muerte en un gigante potenciador de memoria.
“Es la forma que yo elegí para procesar mi historia”, resolvió sencilla Maroni ante el cómo es ser familiar de desaparecido en el mismísimo hoyo de-saparecedor. De a pasitos, fue problematizando: “Debió haber sido la manera que menos me dolía entender que no es algo que me pasó a mí sino que fue parte de un proyecto. Colectivizar la lucha y mientras eso sucede, aportar y dejar una huella en la sociedad”. La clave que la relaja y la empuja, acaso compartida por tantos otros, tiene que ver con el poder ser constructivo en el epicentro del plan destructivo que comenzó hace 38 años. “Tengo mucho orgullo de esto. Pienso en mis hijos y en la historia que les puedo contar a ellos sobre su familia y el país, y le encuentro una vuelta que está buena. Porque si no hubiera existido la lucha, hubiese sido ‘y entonces el abuelo desapareció’. Fin, ahí se cortaba un relato. Hoy es diferente. Tengo la oportunidad de decirles ‘y entonces tu abuelo y sus compañeros desaparecieron, pero detrás de esto vinieron las Madres, las Abuelas y nosotros e hicimos todo esto, logramos todo esto otro’”.
–¿Qué significa que la Ex ESMA sea hoy un espacio de derechos humanos?
–Ganarle a la muerte no es sencillo, llenar este espacio de vida, 17 hectáreas, 32 edificios, no es sencillo. Después de diez años, con mucho esfuerzo, amor y compromiso, que este espacio esté abierto y con un camino ya avanzado de apertura que profundizamos cada día más, indica que esto es un proyecto de país. Es un lugar al servicio de un proyecto de país, y en ese sentido, sumamente importante para toda la sociedad. Los organismos de derechos humanos en este espacio fueron y son esenciales; fueron los primeros que se animaron a entrar, a plantar bandera y a decir que acá debían suceder cosas. Pero ellos (nosotros, porque me incluyo), como parte de la idea de no apropiarse de este espacio, sino de abrirlo instalando actividades para todos. La tecnicatura de música popular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; la de periodismo deportivo que funciona en la Casa de la Militancia de la Agrupación HIJOS, las actividades gratuitas del Centro Cultural Haroldo Conti. Cada uno de los que están acá propone algo abierto al público y de nivel, ésa es la mejor manera de saldar el desafío: que la gente se vaya animando a entrar.
–¿Por qué aún cuesta tanto?
–La manera en que la gente se va apropiando de este lugar acompaña la línea histórica del país. Desde que se abrió este espacio, siempre tuvo mucho público la visita al ex Casino de Oficiales, lo que fue el núcleo duro del centro de tortura y exterminio. El público busca transitar esa experiencia particular: lo que fue el centro clandestino de detención. Este año pasaron por ahí 150 mil personas. Cuesta más que la gente llegue en busca de una actividad cultural o educativa. Que haga la resignificación del espacio. Aunque todos los días se gana un poquito, es una batalla que no está saldada. Para eso, consideramos fundamental entender qué pasa con los tres mil hombres y mujeres que llegan a diario a la Ex Esma para trabajar en todas las instituciones que hay acá y que no están directamente relacionados con los organismos. Son parte de la sociedad, tienen familias y amigos y replican lo que sucede aquí. Los integrantes de las cooperativas de Argentina trabaja que están restaurando los edificios, trabajadores y trabajadoras de diverso origen que aportan mucha riqueza a la nueva esencia de este espacio, son un aspecto más que hace a este lugar muy particular. Siempre fue un lugar particular la ESMA: en la dictadura fue particular y en la recuperación de los espacios también lo es.
–¿Siempre estuvo presente la resignificación?
–Hace diez años, en el local de HIJOS debatíamos si entrábamos o no a la ESMA: “¡No entramos y no vamos a entrar porque eso todavía es un centro clandestino de detención porque no hay juicio y castigo!”, asegurábamos. El día que Néstor (Kirchner) estuvo acá y abrió las puertas, nos abalanzamos. Después de haber tenido diez horas de debate... Una vez que se abre la puerta a la emoción y lo que te sucede es tan poderoso... Las Madres tampoco iban a entrar. Y sin embargo lo hicimos. Y dejamos flores, y lloramos, y lo sentimos. Y escuchamos un presidente que nos pedía perdón en nombre del Estado, otra cosa que tampoco imaginamos. Debates existieron y van a existir siempre. Muy pocos han podido anticipar lo que estamos viviendo. Cuando ya tenés dos mil personas trabajando en este espacio, mil cooperativistas y la vida, el día a día te salda el para dónde. No todo se puede planificar, estructurar. Los debates se saldan en la práctica.
–Qué te sorprende más de todo lo que sucede hoy en el Espacio para la Memoria que funciona en la Ex Esma...
–Hay muchas cosas que están sucediendo y que no hubiera sido posible siquiera charlar porque no las habríamos ni imaginado. Pero la presencia de las cooperativas de trabajo aquí es increíble. Es algo que Martín (Fresneda, el secretario de Derechos Humanos de la Nación) le propuso a Alicia (Kirchner, ministra de Desarrollo Social), que fue una de las primeras que nos tendieron su mano. Hubiera sido imposible plantearlo en un debate siquiera. Aquí el programa Argentina Trabaja funciona de manera ejemplar. Son mil trabajadores y trabajadores dedicados a poner en valor todos los edificios del predio mientras aprende a realizar cada trabajo: revoca mientras aprende a revocar, coloca un cemento alisado mientras aprende a hacerlo. Al mismo tiempo, participan de talleres de derechos humanos. Todos saben dónde están trabajando, porque es la manera de darle sentido. Tiene mucha mística, por más de que no sea la manera más rápida de poner a punto el espacio. Tiene mucho sentido reconstruir la Ex ESMA así. Fue recuperada para el pueblo y está siendo reconstruida por el pueblo argentino.
–¿Cuáles fueron los desafíos más grandes de mantener vivo el debate entre los diferentes integrantes del Ente?
–Acá se debate todo mucho. Siempre atado a la práctica, porque ése es el límite, pero la manera de coexistir es debatiendo todos los días cómo hacer para que cada cosa que suceda acá tenga sentido y no sea porque sí. Cada cosa que se hace acá es un rompecabezas lleno de sentidos en el cual somos muy cuidadosos. Cada paso que se da tiene un fundamento. El pasado fin de semana dio un recital Miguel Angel Estrella. Pero no fue un recital nomás: tocó Miguel Angel (pianista tucumano, secuestrado en Uruguay víctima del Plan Cóndor, militante reconocido por los derechos humanos) en el sector del predio en donde está ubicada la instalación de la Carta Abierta de Rodolfo (Walsh), realizada por León (Ferrari)... Todo está entretejido de sentido. La historia después dirá en qué nos equivocamos. Lo que siempre tendremos es un argumento para darle, en el que creímos fervientemente.
–¿Cuánto afectó ese funcionamiento interno el intercambio mediático que se dio a partir de la difusión del asado con miembros del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos?
–Nos dolió sobre todo el mal uso de ese debate. Nos dolió ver a TN levantando esa noticia, ver a los compañeros en los medios de comunicación que trabajan para el poder concentrado económico de Clarín, de La Nación al servicio de hacerse agua la boca con este debate, que tiene que ser respetuoso, que se puede dar en otros ámbitos para que tenga sentido y poder sacarle el jugo a discusiones que son válidas, por más que uno no acuerde. Eso nos dio mucha lástima. Más allá, el asado, a esta altura, ya se convirtió en un concepto. Estamos convencidos de que hay tantas cosas para hacer acá que aquéllas cuyas discusiones aún no están saldadas preferimos no hacerlas. Podemos no hacer un asado si aún hay quienes se ven ofendidos. Incluso si para quien vive todos los días en la Ex ESMA, el que te la rema en dulce de leche porque labura 12 horas por día acá porque cree, porque milita todos los días ahí, hacer un asado no significa faltarle el respeto a nadie. Insisto, uno respeta en la práctica, en las convicciones, y en la lucha que uno lleva adelante. No creemos que haya una biblia sobre qué está bien, qué está mal o cómo conmemorar a nuestros muertos, tan nuestros como lo son de aquellos que piensan distinto. Preferimos no entrar en ese terreno, respetamos. Los sobrevivientes son algo muy importante para nosotros porque son los que están llevando adelante los juicios de lesa humanidad, porque son el testimonio, el dato que nosotros no tenemos.
pagina12

sábado, 22 de marzo de 2014

24 de marzo

El feriado

Por Sandra Russo

/fotos/20140322/notas/na40fo01.jpg
Alrededor del feriado del 24 de marzo hubo polémica desde el principio. Ahora, una diputada radical ha presentado un proyecto para derogar la ley 26.085, que lo estableció el 15 de marzo de 2006. El argumento es el mismo que entonces esgrimió casi toda la oposición. Consiste en pretender reconvertir al 24 de marzo en un día hábil, para “evitar su banalización con el miniturismo”. Este año, que cae azarosamente en lunes, puede ser jugada esa carta que ya fue pisada por la explícita inamovilidad del feriado que acompañó su votación. De hecho, hace ocho años, esa votación que en Diputados se zanjó con 123 votos a favor, 36 en contra y 11 abstenciones, fue precedida por una polémica idéntica, en la que los organismos de derechos humanos que respaldaron la iniciativa lo hicieron sólo después de que el proyecto de ley del Ejecutivo consignara que ese feriado no se correría nunca de fecha precisamente para que funcione de ahí en más, siempre, como un recordatorio. Dicen quienes hoy lo impugnan que lo que hay que promover es la reflexión y la memoria cívica. Habrá que esperar hasta el lunes, pero la reflexión, la memoria, los debates, las proyecciones, las charlas y los talleres, sumados a las movilizaciones, indicarán este 24 de marzo, como todos, que es entendido así por millones de argentinos.
El primer 24 de marzo feriado cayó en viernes, de modo que aquel azar también fue utilizado entonces como argumento falaz. Ese día de 2006, en el Colegio Militar, el presidente Kirchner pronunció un discurso que vale la pena recordar, porque en su recorrido uno se encuentra no sólo con la lectura del pasado reciente que avaló que fuera feriado, sino sobre todo con la perspectiva histórica y política que, acompañando esa iniciativa, terminó con el Punto Final y respaldó el inicio de los juicios por delitos de lesa humanidad, gracias a los cuales lo que hoy ya es cosa juzgada (es decir, previamente investigada, procesada y condenada) refrenda aquella lectura: ya nadie puede sostener que en la Argentina no hubo un genocidio; sostener eso es ir contra una verdad no sólo histórica, sino también jurídica.
Aquel viernes de 2006, en el Colegio Militar estaban sentadas en primera fila las Madres y las Abuelas, a las que el presidente saludó. Todavía aquélla era una escena extraña, desconcertante, las Madres y las Abuelas mezcladas en el verde oliva. Y aunque todavía los juicios eran incipientes, Kirchner habló sobre lo que ya se sabía, eso con lo que esta democracia convivía, y que había salido a la luz en el Juicio a las Juntas impulsado durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Dijo: “En el Juicio a las Juntas, en la causa 13.984 caratulada como ‘Jorge Rafael Videla y otros’, quedó suficientemente probado que a partir de ese día se instrumentó un plan sistemático de imposición del terror y la eliminación física de miles de ciudadanos sometidos a secuestros, torturas, detenciones clandestinas y toda clase de vejámenes. En este mismo Colegio Militar fueron secuestrados cadetes que luchaban por la vida y la democracia. Por eso nunca más el terrorismo de Estado, hasta acá llegó”.
Recordó que pocos días antes, el 15, el Congreso había declarado el 24 de marzo como uno de los feriados nacionales inamovibles, y reafirmó que cada año, el espíritu del feriado sería el de una jornada “de duelo y homenaje a las víctimas, y también para una reflexión crítica sobre la gran tragedia argentina que se abrió un día como hoy en 1976, con el golpe militar que fue el camino y el instrumento del terrorismo de Estado, la más cruenta de las experiencias antidemocráticas que nuestra Patria ha padecido”.
En ese discurso cuyo auditorio físico eran en su mayoría los miembros de las Fuerzas Armadas –fue transmitido en cadena nacional–, Kirchner avanzó mucho más en su caracterización de los golpes militares del siglo XX. Habían sido protagonizados por militares, pero no habían sido militares sus instigadores ni sus más grandes beneficiarios. Habló de los “poderosos intereses económicos” sin posibilidad de representación política que siempre se movieron atrás de los golpes militares. Releer esa caracterización pronunciada en 2006 hace inevitable la asociación con el presente argentino y regional. “Nunca toleraron el principio rector de la soberanía popular. Había algunos que hasta decían que Videla era un general democrático, y que ésa era la transición que necesitábamos. Esa soberanía popular es la base irrenunciable de la institucionalidad republicana democrática”, dijo.
Ese “conglomerado económico, cultural, social y político” que se agazapó durante décadas atrás del poder militar, y que hoy late ya bastante desencriptado bajo la denominación de “círculo rojo”, generó las condiciones para la eliminación sistemática de los opositores políticos al modelo de país que imponía. Pero el terror no tenía por objetivo sólo a las víctimas directas. “Se buscó una sociedad fraccionada, inmóvil, obediente, por eso trataron de quebrarla y vaciarla de todo aquello que la inquietaba, anulando su vitalidad y su dinámica. Sólo así podían imponer un proyecto político y económico que reemplazara al proceso de industrialización sustitutivo de importaciones por un nuevo modelo de valorización financiera y ajuste estructural, con disminución del rol del Estado, endeudamiento externo con fuga de capitales y, sobre todo, con un disciplinamiento social que permitiera establecer un orden que el sistema democrático no les garantizaba”. A aquel modelo, en ese discurso, Néstor Kirchner le puso nombre: “Ese modelo económico y social tuvo un cerebro, tuvo un nombre, que los argentinos no debemos borrar de nuestra memoria: se llama José Alfredo Martínez de Hoz”.
Lo que dijo Kirchner en 2006 lo había dejado claro, en sus antípodas pero con conocimiento de causa, el banquero David Rockefeller, en una entrevista publicada en la revista Gente en abril de 1978. Dijo: “Siento respeto y admiración por Martínez de Hoz. Pocos como él tuvieron la valentía de informar a Estados Unidos que el problema de la Argentina anterior a su gestión radicaba en la promoción de una excesiva intervención estatal en la economía”. Solamente hay que trazar algunas líneas paralelas.
pagina12