martes, 24 de julio de 2012

"Apartándome, el macrismo consiguió vía libre para demoler sin control"



Mónica Capano acaba de ser removida por el PRO de su puesto de titular de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural, organismo clave para la aprobación de las demoliciones de viejos inmuebles porteños.

En la última sesión de la Legislatura porteña previa al receso invernal, el PRO logró votar sobre tablas sin debate en comisión (y con el sorprendente apoyo de dos diputados socialistas), la remoción del principal escollo que tuvo estos años en su política a favor de la construcción indiscriminada y los intereses de las grandes inmobiliarias: la licenciada Mónica Capano, que dirigía desde 2010 la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad, una de las entidades que integra el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales. 
El CAAP responde al Ministerio de Desarrollo Urbano y examina todos los pedidos de obra o demolición de un edificio anterior a 1941. Si lo cataloga como patrimonio, lo debe aprobar la Legislatura, de lo contrario empiezan automáticamente las excavadoras. Al CAAP lo componen cuatro instituciones fijas: el Ministerio de Cultura, la Comisión ya citada, dos comisiones de la Legislatura (dirigidas por macristas); y cuatro invitadas con voz y voto. En la última sesión del martes 10 de julio por primera vez en la historia no aprobaron ninguna protección.
La Comisión presidida por Capano (cercana al Frente para la Victoria), representaba el único espacio dentro del CAAP que era ajeno a la ideología patrimonial del Ejecutivo local, el único que protestaba ante las topadoras con argumentos históricos, sociales y culturales. 
Una vez asumida en su cargo, la licenciada decidió darle una impronta activa a la organización, que hasta ese momento funcionaba de forma testimonial, y la defensa en casos como La Imprenta y la casa de Federico Klemm reflejaron su idea inédita de intervenir a favor de los vecinos y las organizaciones patrimoniales. Para ellas el final ya está sellado, y el macrismo, con apoyo de bloques de izquierda, ahora "consiguió tener vía libre para demoler", sin oposición alguna. Son millones que están en juego, pero sobre todo, se trata de la identidad cultural y arquitectónica de la Ciudad. En diálogo con Tiempo Argentino, Capano afirmó: "Me voy muy tranquila, hicimos un trabajo muy bueno, ojalá el tema haya prendido en la sociedad civil, es lo importante, la continuidad de una lucha y que no hayan sido dos años tirados por la borda porque el problema es que ninguna autoridad sabe de patrimonio, todos hablan de una ciudad de la década del '60 que se pensaba en altura, entonces todo para ellos es desperdicio urbanístico, no ven la pieza desde su valor patrimonial."

–¿Le sorprendió su remoción?
–Me sorprendió sobre todo la forma, como a todo el mundo. Cuando vimos que el proyecto entró el miércoles, íbamos a poner uno alternativo, porque creíamos que venía el receso y después discusión de comisión. Pero no, lo hicieron todo en un día. Ahora hay revuelo muy grande, sobre todo dentro de Proyecto Sur, porque no adhirió todo el bloque, sólo Julio Raffo y Fabio Basteiro (que en realidad pertenece a Buenos Aires Para Todos). El resto fue en contra. Después me llamaron todos para pedirme disculpas, porque dijeron que no sabían lo que estaban haciendo. Yo milito desde los 16 años, acá pasó que hubo un enorme desconocimiento y deben haber arreglado.
–¿Por qué la removieron?
–Claramente fue un pedido de arriba, lo dijo el propio De Andreis (Fernando, diputado PRO), que venía del ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain. Mientras estuve  logramos ganar algunas votaciones en el CAAP, pero últimamente veníamos perdiendo porque siempre Cultura votó en contra del patrimonio, lo que es una aberración. Contra eso es imposible ganar nada. Pero se ve que aun así no les alcanzaba, y no querían ningún testigo, nadie que tuviera información de adentro. Lo que hicieron fue cerrar el CAAP.
–¿Conoce a su remplazante? 
–Fue candidato a comunero suplente del PRO, y es director de proyectos culturales del Banco Ciudad, por lo que no va a ser alguien crítico, eso descontalo. Es lamentable porque ahora no hay nadie que cuide nada. Hace un año informó que desde 2008 sólo se habían revisado 7640 edificios previos a 1941 (el 5%), de los cuáles 2037 se catalogaron preventivamente. Se desestimaron 5520 (el 72%) y 83 no pudieron evaluarse porque fueron demolidos ilegalmente. Ahora el número es peor porque empezó la figura de "reconsideración", a la que me opuse. Muchos catalogados fueron reconsiderados y demolidos. El principal inconveniente es que no hay vocación de ver la ciudad en su conjunto, por eso esto es un certificado de defunción.
–¿Hay sanción para los que demuelen algo protegido?
–Ninguna, a pesar que lo exige la ley. Una de las modalidades que aparece es que antes de entrar a ver una pieza, los propios dueños meten gente y se llevan todo lo que tenga valor, como en Belgrano y Jujuy. Sacan el piso, escaleras de mármol, balaustradas. Lo hace él mismo para que no tenga valor, no podamos catalogarlo por ser una ruina, y así vender el lugar. Y hay varios temas: las expropiaciones desmedidas que van a hacer por la línea H del subte. Ya le dijeron a la gente que van a construir torres y shoppings arriba de las estaciones, sobre todo en el norte, Pueyrredón y Santa Fe. Nosotros como ciudadanos pagamos la expropiación y ellos hacen el negocio.
–¿Usted cobraba por tu desempeño?
–Siempre estuve ad honorem, pero hay gente que quedó que están cobrando, espero que no les bajen el contrato. Son unos ocho, entre planta y contratados. Hacían desde la parte administrativa hasta las investigaciones, todo el trabajo que CAAP no hacía.
–¿Cómo es el funcionamiento del CAAP?
–Se sientan los martes y ven fotos que tiene el registro de Ciudad, a veces son de 2008 y otras de 1997, o sea, están viendo los valores patrimoniales de una cosa que es irreal. Nos pasaban el listado el jueves a última hora, cuando por ley deben hacerlo 35 días antes. Así que era trabajar a destajo con mi equipo, arquitectos, especialistas en arte, museólogos, dividiéndonos los barrios. Eran entre 30 y 50 lugares. Hoy no sé quién lo va a hacer, aunque no creo que les haga falta. 


TIEMPO ARGENTINO

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