lunes, 16 de julio de 2012

"El adulto es el que dice que no entiende de música clásica"



 Tres espectáculos para niños, actualmente en cartel, vienen a demostrar que el ballet, la música clásica y la ópera no son ni aburridos, ni sólo para entendidos. Grandes autores, adaptados para el disfrute de grandes y chicos.

Por: 
Diego Gez
 Las vacaciones de invierno, que arrancan hoy en la Ciudad de Buenos Aires, son un placer para los chicos y un espacio diferente para los más grandes. En ese lapso de 14 días, donde la premisa de salir y divertirse por parte de los niños se vuelve un imperativo, las opciones son muchas y las sorpresas también. Por eso, y buscando esquivar lo esperable del género, tres espectáculos en estas vacaciones de invierno se animan a la quijotada del desafío estructural con la música, el canto y la danza como parte de un tríptico diferente para toda la familia.
Por un lado, El Cascanueces y las princesas encantadas, una adaptación para niños del Cascanueces de Tchaikovsky, diseñada por Juan Lavagna y protagonizada por los primeros bailarines de los teatros Colón y Argentino de La Plata, representa una apuesta que utiliza a la fantasía, la magia y la ingenuidad típicas de la niñez, pero que a la vez suma contemporaneidad con géneros como el break dance y el hip-hop.
En La vuelta al mundo en un violín, otra de las obras que apuesta por salirse de los convencionalismos, se hace foco en compositores clásicos como Mozart, Vivaldi y Schubert, entre otros. Dirigida integralmente por Sergio Feferovich, la idea de realizar un viaje fantástico con la música clásica se vuelve un eje donde brillan 18 músicos en escena.
Pero también se puede encontrar a la ópera en el contexto de estos espectáculos. Dirigida por Silvana D’Onofrio, Bastián y Bastiana es la adaptación de la ópera de Mozart, la pieza de género más reconocida del genial Amadeus que compuso a los 12 años, donde resaltan el amor, la belleza y la amistad como valores a rescatar. Tiempo Argentino reunió a los responsables de estos espectáculos para debatir sobre las características de estas puestas.
 
–Trabajar en la adaptación de una obra siempre es riesgoso. ¿Cómo manejaron esa instancia para el público infantil?
Juan Lavagna: –A nosotros, El Cascanueces nos pareció correcto con lo que buscábamos; y contamos con una apoyatura musical muy fuerte que la teníamos en Tchaikovsky. Nuestra meta era no menospreciar al chico, brindándole un espectáculo que tuviera características distintas, en el sentido que fuera adaptado para ellos pero resaltando la parte lúdica, onírica, jugando con la fantasía e incorporando el hip hop y el break dance. Ahí surgió el concepto, pero a la vez nos apropiamos de otros cuentos, por eso la obra se llama El Cascanueces y las princesas encantadas. Nuestra idea pasaba por no requerir muñecos, ni títeres. Buscábamos que los chicos tuviesen interacción con el escenario y se viesen reflejados con todo lo que arriba pasa.
Sergio Feferovich: –La adaptación, en nuestro caso, no surge tanto de la música misma. La orquesta toca piezas originales, aunque en ocasiones son fragmentos para permitir aludir al viaje por el mundo. Por eso el espectáculo se llama La vuelta al mundo en un violín, y por eso viajamos por el mundo como pretexto. La adaptación pasa por un guión que nos permite hilar los diferentes países por los cuales vamos atravesando.
Silvana D´Onofrio: –Disfruto mucho con todo esto, haciendo las traducciones y jugando con los acentos de las palabras para que coincidan con los acentos musicales. Es parte del juego musical.
–¿En qué elementos trabajaron más para lograr el resultado final de las obras?
SD: –En nuestro ideario, Bastián y Bastiana son ingenuos, pero no son unos tontos. Ese es un hilo muy delgado que requiere mucho trabajo escénico y también hacer que la música cuente a estos personajes de esta manera y no de otra.
 JL: –Como desafío nos propusimos el hecho de que la obra sea chispeante, no muy larga, para contar siempre con la atención del chico.
–Eso siempre es lo más difícil…
JL: –Exactamente. Trabajamos con 18 bailarines egresados del Teatro Colón, pero tres o cuatro de ellos tienen que hacer varios personajes, con un tiempo aceitado para que esos cambios se produzcan. Nos alegra que la crítica haya apreciado todo eso.
SF: –El teatro no es una ciencia exacta, así que todo debe testearse.
– ¿Cómo recibieron los chicos al espectáculo? ¿Y los grandes?
SD: –En la primera función los chicos se acercaban a los cantantes al final de la función para pedirles que se saquen fotos con ellos. Eso es maravilloso. 
SF: –Parte del placer de los chicos es ver cómo los grandes disfrutan. Nos pasó que matrimonios vienen con chicos, pero que después regresan sin ellos a otra función (risas). Me parece que el éxito de la convocatoria no se debe a una sola causa. Una de ellas es el amplio espectro de público que puede disfrutar a La vuelta al mundo en un violín.
–El valor de las tres obras radica también en que no tienen los clichés de las obras para niños…
JL: –Es que también partimos desde eso porque queríamos algo diferente a lo visto en el teatro infantil. Queríamos fijarnos en mantener la cosa clásica porque el chico no le tiene miedo a ese mundo, sino más bien el adulto. El chico rompe las barreras y enseguida establece una relación. El adulto es el que dice, "ah, yo no entiendo de música clásica".
SF: –Al chico, si le gusta la obra, se sienta y aplaude sin miedos. Es todo más puro.
SD: –A mí me gusta que los chicos se interesen por la ópera. La estética es esa, pero con un vestuario, letras, canto en castellano y con la escenografía como uno de los elementos atractivos de la obra, pero siempre con la estética de la ópera.
–Se lo hayan planteado o no, el ser didácticos es otro de los momentos importantes de las propuestas…
SF: –Tengo varios años de servicios en escuelas, así que está implícito en lo que hago. Dirijo orquestas y coros, así que siempre lo pedagógico está innato. Pero el que se propone ser didáctico generalmente aburre, por eso creo que la didáctica más valiosa es la que surge de hacer música, ballet u ópera con alegría y conciencia, donde lo pedagógico se mete sin que uno se dé cuenta.
JL: Es exacto lo que dice Sergio. Nosotros nos proponemos ser didácticos y no aburridos.
–¿Cuál es el análisis que hacen de los otros espectáculos para niños?
SD: –Al ser mamá consumo esos espectáculos. Me parece bueno que los chicos tengan la oportunidad de ver todo. Así muchas veces salimos de una propuesta que no les gustó. Para mí se debe mostrarles todo para que el chico pueda contar con un espíritu crítico. Con el tiempo ellos irán construyendo su acervo cultural.
SF: –No está mal si un nene viene y te dice que no le gusta algún tipo de música. Lo feo es que absorba un preconcepto cultural que sostenga que la música clásica, el ballet y la ópera son aburridos. La base es romper presupuestos para que el chico pueda elegir con libertad y hacerlo intelectualmente más independiente. «
 
 
un regalo muy especial y un sueño con los personajes de los cuentos
 
El Cascanueves y las princesas encantadas. El espectáculo trae al teatro la impronta del baile en versión para niños protagonizada por Julieta Paul, Federico Fernández y Leonardo Reale. 
Historia: transcurre una noche de Navidad en la que Clara, la protagonista, recibe como regalo un muñeco Cascanueces y sueña que vive grandes aventuras junto a él; ambos son atacados por el ejército del Rey de los Ratones, atraviesan el Reino de las Nieves y viajan al País de las Golosinas. A esta versión, se suman personajes de los cuentos preferidos de todos los tiempos, como El gato con botas, Cenicienta, La bella durmiente, Blancanieves y Aladino, entre muchos otros.
Género: Danza
Cuándo: 1, 8, 15 y 22 de julio, a las 11 y 15 horas.
Lugar: Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131, Capital Federal. Tel.: 4864-3200
Precio: Localidades desde $ 60.
 
todos pueden ser directores
 
La vuelta al mundo en un violín. La obra incorpora una orquesta de 18 músicos en escena y acerca a los más chicos la posibilidad de disfrutar de la  música clásica de compositores como Mozart, Schubert y Vivaldi, entre varios otros músicos de raíz formal.
Historia: Bajo la batuta del Maestro Sergio Feferovich, la orquesta de cuerdas “La vuelta al mundo”, formada por músicos argentinos, brinda un concierto con características particulares que permiten disfrutar de la música “académica” a niños y adultos. Los chicos escuchan y participan activamente durante la función, ya sea con movimientos, aplaudiendo al compás de una obra especialmente rítmica o subiendo al escenario como “directores invitados”.
Género: Música clásica.
Cuándo: Domingos a las 11:30 hs. 
Lugar: Teatro de la Comedia. Rodríguez Peña 1062.
Precio: Localidades desde $ 80.
 
dos pastores luchan por su amor en la obra con el sello del gran mozart
 
Bastián y Bastiana. Es la más reconocida de las obras firmadas por Wolfgang Amadeus Mozart  que suma una particularidad: la compuso a los 12 años de edad. La compañía Música en escena presenta una versión para niños, hablada y cantada en castellano. Bastián y Bastiana son dos pastores adolescentes, que se aman pero están separados. Ambos sin saberlo y con el fin de recuperar el amor, recurren al Gran Colás, un caballero, mago y hechicero que recorre el mundo tratando de ayudar a los que lo necesitan. La amistad, el amor y la belleza de espíritu son valores destacados por Mozart en esta ópera. Momentos cómicos, tiernos y románticos que disfrutan todos los espectadores. 
Género: Ópera
Cuándo: 21, 22, 28 y 29 de julio a las 15 hs.
Lugar: Auditorio San Rafael, Ramallo 2606. 
Precio único: $ 80
 
TIEMPO ARGENTINO

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