lunes, 26 de noviembre de 2012


Un desayuno con Daniel Filmus


“Hay que ser fieles a lo que la gente votó”


Por Fernando Cibeira
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Vamos mejorando poco a poco, como San Lorenzo”, dice Daniel Filmus al entrar al café, comparando la actualidad del Gobierno con la de su club. En verdad, luego de la protesta de las centrales gremiales opositoras y el fallo del juez Griesa, no parece haber motivos para imaginar avances oficiales. Respecto de la protesta, Filmus considera que la oposición busca “restarle legitimidad al Gobierno”, intentando obligarlo a cambiar su agenda de gestión. “A pesar de que no hay que dejar de reconocer que la situación es difícil, hay que ser fieles a lo que la gente votó”, agrega. Frente a esto, advierte, el peligro es que el kirchnerismo se aísle. “Ante la ofensiva de los medios y de sectores dominantes, veo un riesgo de aislarnos, de lanzar consignas que por ahí entendemos sólo nosotros”, analiza.
Este café en Colegiales supo funcionar como oficina bis de Filmus durante su última campaña electoral. Ahora, cuenta, hace un tiempo que no viene. Hay gente pero en mesas de a uno o de a dos, varios con su notebook. Se percibe un lugar tranquilo. Vive cerca y llega caminando por avenida Elcano, celular al oído. Tiene un rato hasta la primera reunión del día. Filmus recaló en la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado luego de que la discusión por la 125 marcara la definitiva ruptura del Gobierno con Carlos Reutemann –o viceversa–, el anterior ocupante del cargo. Así, Filmus pasó de los temas de educación a los de política internacional. El cuenta que ya tenía experiencia en el rubro de sus años como miembro del consejo de la Unesco y por su trabajo en Flacso. Por lo demás, asegura que está contento de ocuparse de esos asuntos en esta época. “A partir de 2003 este gobierno marcó un giro enorme, porque pasamos de las relaciones carnales a una política volcada a la región”, remarca.
Claro que esa nueva dirección tiene también sus costos, si no que lo diga el juez Griesa. Al momento del encuentro, las repercusiones por su fallo son el tema del día. “Hay un intento serio para que no sean posibles más renegociaciones de la deuda como la que hizo Argentina. Es un avasallamiento de nuestra soberanía”, responde Filmus. Comenta que viajó invitado a Estados Unidos para las recientes elecciones presidenciales y que pudo comprobar in situ el lobby permanente que realizan los fondos buitre en el Parlamento norteamericano para sumar adhesiones a sus reclamos.
La sentencia favorable a los buitres que el Gobierno seguramente apelará hoy vino a cerrar una semana que arrancó con el paro con cortes convocado por las centrales de Hugo Moyano y Pablo Micheli, que a su vez pareció la secuela gremial del cacerolazo del 8N. “El Gobierno enfrentó con mucha madurez las protestas. El objetivo es que la agenda no la marque la oposición, porque ellos buscan que el Gobierno pierda legitimidad”, asegura. Esa legitimidad, esgrime, la perdería en caso de desviarse de la línea original de eso que se conoce como el modelo K. Sostiene que en los más de once meses que van del segundo mandato de Cristina Kirchner se ha votado “un fárrago de medidas en esa dirección” –menciona la reforma a la carta del Banco Central, contra la extranjerización de las tierras, la que habilita el voto a los 16 años, la media sanción a la regulación del mercado de capitales– y que las protestas buscan que se abandone este camino. Con todo, reconoce que algunos de los reclamos que motivaron el cacerolazo y el paro son atendibles pero que, aun en ese caso, el Gobierno es el que está en mejores condiciones de hacerlo.
El kirchnerismo prepara el 9 de diciembre una movilización popular conjugando el famoso 7D, el primer año del segundo mandato de CFK y el Día de los Derechos Humanos. Filmus afirma que nadie puede negar que la capacidad movilizadora del kirchnerismo se mantiene intacta, pero igual tiene algún temor. “El riesgo es que el kirchnerismo se aísle. Que Unidos y Organizados, que es la herramienta que Cristina creó, que incluye a la Corriente Nacional de la Militancia que nosotros integramos, se aísle y no trabaje con los otros sectores, como el sindicalismo, los gobernadores y el peronismo”, explica, que ha olfateado algo de eso en las últimas reuniones políticas de las que participó. El hándicap del oficialismo, argumenta, sigue siendo lo que está enfrente. En ese sentido, dice que le cuesta mucho imaginar un proyecto común como el que vienen anunciando el FAP, la UCR y la Coalición Cívica en la ciudad de Buenos Aires. “Son grupos con pensamientos contradictorios. Basta ver lo que votaron en los temas importantes en el Congreso, siempre tuvieron posiciones diferentes”, desliza.
Todo un asunto el de la ciudad. Filmus entiende que el kirchnerismo está consolidado como principal fuerza de oposición a Mauricio Macri, con una prédica para que en el distrito porteño exista también “un Estado más presente”, como a nivel nacional. El año que viene a Filmus se le termina su mandato como senador. Luego de dos intentos para la jefatura de Gobierno porteño y la senaduría, ¿será candidato de nuevo en 2013? “Falta mucho. Veremos quiénes están en mejores condiciones para ocupar los lugares a elegir en el Senado, en Diputados y en la Legislatura local. Desde el lugar que nos toque haremos el máximo esfuerzo por acompañar”, responde, esquivando una definición.
Filmus atiende su Blackberry, que cada tanto tiembla sobre la mesa, y mira de reojo el reloj. Había avisado que tenía una reunión. Antes, de rigor, alguna impresión sobre la votación en la Legislatura que aprobó la vuelta de San Lorenzo a Boedo. “Es un sentimiento común recuperar la identidad del barrio. La injusticia que se había cometido con San Lorenzo hizo que nos sintiéramos como exiliados, uno quiere jugar en su casa”, explica. Mitad hincha, mitad político, avisa: “Pero el proyecto de estadio tiene que ser un proyecto integral que atienda las necesidades del barrio, esto también es una oportunidad para Boedo”.

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