lunes, 29 de julio de 2013

Análisis de los ingresos y gastos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires


Claves de la gestión presupuestaria PRO


La política económica del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, se define por la subejecución presupuestaria, el constante endeudamiento, el incremento de impuestos regresivos y una disminución de los tributos patrimoniales.

Por Sebastián Premici
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El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, junto a su ministro de Hacienda, Néstor Grindetti.
La política económica del gobierno porteño se define por la subejecución presupuestaria, el constante endeudamiento, el incremento de impuestos regresivos y una disminución de tributos patrimoniales. Entre 2008 y 2012, subejecutó recursos por 3734 millones de pesos, de los cuales el 50 por ciento estaban destinados a la inversión en educación, salud y vivienda. En el primer trimestre, también puede verse una subejecución en las mismas áreas, aunque al mismo tiempo aumentaron las partidas para obras públicas, como el metrobús. Los presupuestos deficitarios y subejecutados se complementan con un constante incremento de la deuda pública que financia gastos corrientes. El endeudamiento de la Ciudad aumentó en los últimos cinco años un 410 por ciento, al pasar de 1731 millones de pesos a 8843 millones. La dolarización de esa deuda alcanzó el 95 por ciento. Los datos se desprenden de un informe realizado por los economistas Diego Estrada y Aixa Ratta, del equipo de investigación Economía del Bicentenario, y de los informes presentados en la Legislatura por Juan Cabandié (FpV), Juan Form (Nuevo Encuentro), Aníbal Ibarra (Frente Progresista Popular) y Rocío Sánchez Andía (Coalición Cívica).

Subejecución

Mauricio Macri presenta todos los años un presupuesto deficitario. Eso le permitió al jefe de Gobierno porteño subejecutar partidas y al mismo tiempo tomar deuda y aumentar impuestos. En junio de este año, el Gobierno aumentó las partidas de su presupuesto en 7137 millones de pesos. El 38 por ciento del dinero ampliado tiene como destino el ministerio de Espacio Público, mientras que Salud y Educación recibieron sólo el 9,4 y 4,3 por ciento respectivamente.
Los gobiernos tienen la capacidad de reasignar y ampliar recursos presupuestarios. La clave es ver la orientación de esos fondos. Al mismo tiempo en que hubo un aumento considerable de partidas para proyectos con alta visibilidad, existen áreas sensibles con un alto porcentaje de subejecución. Las partidas para vivienda, que representan el 2,9 por ciento del presupuesto, fueron ejecutadas durante el primer trimestre en un 10,5 por ciento, y las de agua potable y alcantarillado, que representan un 0,3 por ciento, fueron devengadas en un 13,9 por ciento.
En el proyecto económico del macrismo también se subejecutan las partidas destinadas a las inversiones en infraestructura escolar y obras públicas. Los recursos para este año destinados a la Dirección de Infraestructura y equipamiento ascienden a 281,42 millones de pesos, y su nivel de ejecución durante el primer trimestre es del 4,8 por ciento. Algo similar ocurre con la Dirección General de Administración de Mantenimiento, con un monto presupuestado de 138,89 millones de pesos y un nivel de ejecución del 11,8 por ciento en los primeros tres meses del año. “La distribución de los recursos refuerza una tendencia en la que los gastos sociales pierden participación, mientras que los programas de obras de mayor visibilidad no prioritarios, son las que tienen más peso”, sostuvieron los legisladores Alejandro Amor, Cabandié, Form e Ibarra en el dictamen que rechazó la última ampliación presupuestaria del PRO.
En el período 2008-2012 la ejecución promedio para las obras de infraestructura osciló en torno al 82 por ciento. Esos recursos no ejecutados representaron 3734 millones de pesos. Incluso, las obras destinadas a la salud, educación y vivienda sufrieron de una ejecución menor, con un promedio del 71,58 por ciento en estos cinco años. El 50 por ciento de esos fondos no ejecutados, es decir 1892 millones de pesos, correspondían a partidas de vivienda, educación y salud.

Endeudamiento

Al asumir su primer mandato, Macri contaba con una deuda nominada en dólares del 38 por ciento, mientras que actualmente llega al 95 por ciento. Muchas veces se lo escuchó al jefe de Gobierno porteño quejarse porque la Administración nacional, supuestamente, no lo dejaba endeudarse para financiar obras estratégicas. Sin embargo, Macri sí pudo endeudarse. En cinco años aumentó su deuda en un 410 por ciento. Por otro lado, el 57 por ciento de la nueva deuda es tomada para afrontar obligaciones de corto plazo. El tema de fondo es que los recursos conseguidos por la vía del endeudamiento no son destinados a las obras reclamadas por Macri.
En un texto que envió el macrismo a la Legislatura para justificar una ampliación presupuestaria figura una diminución de la inversión financiera de 1125 millones de pesos. Según un informe de Rocío Sánchez Andía (Coalición Cívica), en base a la información oficial de la secretaría de Hacienda porteña, de ese total 419 millones de pesos corresponden a un saldo disponible de la emisión de títulos autorizada por la ley 4315, cuyo objetivo era financiar obras viales. Otros 416 millones de pesos sobrantes corresponden a la emisión autorizada por las leyes 4315 y 4431 destinadas a financiar deuda. “La poca información brindada por el Ejecutivo nos permite observar que estamos incorporando casi la totalidad de las emisiones del año pasado con asignación de afectación específica (obras viales y cancelación de deuda) a este nuevo proyecto de presupuesto, sin tener en claro cuál será el destino. Esta ampliación deja al descubierto cómo el gobierno sistemáticamente toma deuda con afectación específica para luego modificar el destino original”, sostuvo la legisladora en su dictamen de rechazo a la ampliación.

Aumento de impuestos

La recaudación en la ciudad de Buenos Aires se multiplicó 2,6 veces en los últimos cinco años, al pasar de 11.238 a 29.450 millones de pesos. La mayor parte de este incremento no fue por el accionar de los “sabuesos” porteños sino por un aumento de impuestos regresivos. “Los impuestos progresivos en la Ciudad pasaron del 19,3 al 14 por ciento entre 2008 y 2012. De haberse mantenido el mismo nivel de representación de los impuestos sobre los sectores de mayores recursos, esto hubiera implicado ingresos adicionales en 2013 por 2141 millones de pesos. Por otro lado, los incrementos de los impuestos transaccionales pasaron del 69,7 por ciento del total al 75,8 por ciento, siempre en detrimento de los impuestos patrimoniales”, puede leerse en el informe “Media década perdida”, elaborado por los economistas Estrada y Ratta.
También creció la recaudación del impuesto a los Ingresos Brutos que pasó del 66,1 al 68,7 por ciento entre 2008 y 2012. Este es un impuesto que se cobra sobre las ventas y transacciones que realizan las empresas y como la mayoría de las compañías están radicadas en la ciudad de Buenos Aires, la Ciudad recibe recursos por las actividades productivas que se realizan en distintas partes del país. En la última readecuación presupuestaria del PRO, quedó en evidencia la subestimación del resultado económico general de la Argentina. Macri amplió su presupuesto en función de una mayor recaudación. Sobre el total de los nuevos recursos disponibles, Ingresos Brutos representa el 75 por ciento. Los nuevos 4272,2 millones de pesos recaudados por este concepto fueron obtenidos por el crecimiento económico general del país.

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Carta abierta a Daniel Filmus Por Susana Natividad Rinaldi


















Estimado Daniel:
 Después de tantas cartas abiertas, aprovechadas para hablar de todo lo que no se hace, lo que se hace mal, qué lindo es poder escribir una para hablar, no sólo de lo que viene, sino de este proyecto que hace tanto tiempo nos tiene unidos.

Qué gran noticia tenerte una vez más peleando por esta Ciudad, porque sé que esto significa tener a un hombre preocupado e informado tanto por todo lo que falta en nuestra querida Buenos Aires, como por la ausencia de reconocimiento de todo lo que se ha hecho desde el gobierno nacional y que tanto intentan ocultar algunos.

Los porteños que creemos en una ciudad para todos y todas y –sobre todo– los que nos sentimos profundamente orgullosos de ser argentinos, no tenemos ninguna duda de lo que está en juego. Nada más ni nada menos que dos modelos de Estado y de democracia. Por un lado, un modelo donde el Estado sólo se hace presente para reprimir, espiar a los opositores; una democracia para vetar leyes y para evitar que el pueblo de la Ciudad tenga el protagonismo y el papel que debería tener desde cada comuna. Por otro lado, un modelo de país con inclusión, con un Estado presente para las grandes mayorías, con más derechos y más libertades.

Esta diferencia de modelo que proponemos será rebatida por diferencias de formas: de política, de proyectos de país, tratarán de no hablar, ya lo sabemos. Vos conocés mejor que nadie, por ejemplo, las maniobras programadas por Duran Barba para atacar a tu familia, mientras hablan de buenos modales, como apropiándoselos para un sector exclusivo de la sociedad porteña.

Nuestro desafío es demostrar que lo que se decide en agosto y en octubre es si queremos un Congreso que ayude a tomar las decisiones que hacen falta para seguir creciendo a pesar de la crisis mundial, o si queremos uno que ponga palos en la rueda para generar el desgobierno.

Por todo ello, ratifico mi compromiso de trabajar junto a vos, Daniel, y junto a compañeros de la talla de Juan, Liliana, Carlos y toda la lista, en el marco de una campaña decisiva para el futuro de nuestra Ciuda
d y nuestro país.

viernes, 26 de julio de 2013

Estimados/as compañeros/as:


La Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (ORRALC) de Santiago de Chile acaba de publicación un interesante libro titulado “Alfabetización y Educación. Lecciones desde la práctica innovadora en América Latina y el Caribe”. Con el objetivo de hacer un seguimiento de CONFINTEA VI, el OREALC solicitó a los países de la Región que enviaran información sobre buenas políticas y prácticas en alfabetización. En este libro se recogen las trece experiencias que se recibieron. Además, como introducción a las mismas, la primera parte del libro presenta una revisión conceptual del concepto de alfabetización, en la segunda parte se proporciona una visión general de las políticas y prácticas de alfabetización en América Latina y el Caribe y, finalmente, se exponen algunas reflexiones y sugerencias.
El texto completo está accesible en la siguiente URL:


http://unesdoc.unesco.org/images/0021/002191/219157s.pdf

jueves, 25 de julio de 2013

Liliana Mazure, segunda candidata a diputada del Frente para la Victoria en la Ciudad


“El macrismo hace marketing”

La titular del Incaa marcó las diferencias entre las políticas culturales porteñas y las nacionales y habló de sus proyectos.

Por Julián Bruschtein
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“Tratamos de resolver los problemas charlando y negociando, no como Macri que cayó en el Borda con las topadoras y la policía y avanzó reprimiendo y sacando a la gente con violencia para demoler un edificio que era patrimonio de la Ciudad”, aseguró la presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, Liliana Mazure, al diferenciar los métodos utilizados en el caso del Polo Audiovisual y el Hospital Borda. Ya metida en la campaña electoral como candidata a diputada por el Frente para la Victoria la cineasta, una de las representantes de la cultura en la lista del kirchnerismo que tiene además exponentes de sus diez años de gobierno como nietos recuperados, intelectuales, representantes de trabajadores y jóvenes militantes, explica la diferenciación del gobierno PRO y muestra, en diálogo con Página/12, hacia dónde irán sus propuestas en el Congreso.
–¿Qué opina de las políticas culturales del Gobierno de la Ciudad?–Cuando hablamos de cultura podemos hablar desde lo que es el espectáculo y lo que engloba a todas las expresiones culturales de una ciudad, de un pueblo, de un país o de una región. En este sentido, en el sociológico de la cultura, la ciudad y las políticas del Gobierno de la Ciudad fallan por todos lados. Lo más fácil de visualizar son las expresiones culturales que se han descuidado enormemente. Hoy los centros culturales en el sur de la ciudad casi no existen o funcionan muy pobremente. Por ejemplo, de las salas de cine de la ciudad que fueron cerradas no se ha recuperado ninguna mientras que en distintas ciudades del país existe una política continua para concretarlo. Hay más de 150 salas recuperadas por sus gobernadores o sus intendentes. Acá en la ciudad tenemos ocho comunas que están trabajando por sus salas desde hace tres o cuatro años y no logran avanzar ni un poco por las dificultades que les impone el gobierno porteño. Sin ir más lejos el Teatro San Martín está autodestruyéndose porque nadie le ha dado mantenimiento. Lo que hace el macrismo son políticas de marketing para simular que le importa, y que concibe a la cultura como la producción de espectáculos desde el mercado.
–¿Cuál es la consecuencia de la aplicación de ese tipo de políticas?–El mundo del espectáculo librado a las reglas del mercado sólo se desarrolla en los lugares que cobran una muy buena entrada. Por supuesto que uno está de acuerdo con que los artistas ganen dinero, pero eso no vincula al ciudadano que no se ve representado en la oferta cultural. Hablábamos de las salas de cine barriales: hay dos que fueron recuperadas por gobiernos anteriores. Una es la Sala 25 de Mayo en Villa Urquiza que es un ejemplo de la idea de cultura del macrismo. Cada tanto se hace un espectáculo para un determinado público al que se le cobra una entrada muy cara, cuando debería transformarse en un lugar para los vecinos sin importar su condición económica o social. La identidad y la cultura de la ciudad hoy no están vinculadas: las comunas nunca funcionaron y son el lugar por donde se tienen que canalizar las expresiones de los vecinos. Nunca se les bajó el presupuesto para que funcionaran y esto va en contra de la idea de un Estado descentralizado en el que los vecinos participen.
–¿En qué etapa se encuentra el proyecto del Polo Audiovisual?–El Polo se planificó y la ciudad de Buenos Aires y la industria audiovisual lo necesitan. Sería un salto cualitativo extraordinario para la toda la región. Ahora el lugar tuvo problemas allí (en la isla Demarchi, en la zona del puerto) todavía hay gente y lo que estamos haciendo es conversar con la gente, tratar de resolver los problemas charlando y negociando. Exactamente lo contrario de lo que ha hecho Macri que cayó en el Borda con las topadoras y la policía y avanzó reprimiendo y sacando a la gente con violencia para demoler un edificio que era patrimonio de la ciudad. El Polo es un objetivo a lograr, pero se tomará el tiempo que sea necesario para solucionar este conflicto.
–¿Qué proyectos tiene en carpeta para llevar al Congreso?–Estamos trabajando en el proyecto de ley de promoción industrial con las cámaras de productores de televisión, de cine y publicidad. También con los actores se está elaborando una norma que tenga que ver con la protección de su trabajo y la jubilación, etc. Pero fundamentalmente estamos poniendo el ojo en las nuevas tecnologías que van modificando las formas que conocemos de desarrollar la industria porque por ejemplo con las nuevas tecnologías los derechos de autor van a durar cada vez menos. Este proyecto nacional y popular ha utilizado las nuevas tecnologías al servicio del conjunto y no al servicio del mercado. Vamos ha por todo lo que sea legislación sobre este punto que existe muy poco en el mundo.
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Opinión


Los hidrocarburos y la soberanía nacional


El antiguo presidente de la FIDE (Fundación de Investigaciones para el Desarrollo), donde se nutrieron varias generaciones de economistas, incluida la actual presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, y actual miembro del directorio de YPF, inscribe el acuerdo entre esa empresa y Chevron en el contexto histórico, resalta la “inconsistencia argumental” de sus críticos y pone en el centro del escenario la búsqueda de la desestabilización política del Gobierno.

Por Héctor Valle *
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“Chevron está cometiendo un error en Argentina”, dictaminó, bastante enojado, el editorialista del blog CNN Money (http//finance, fortune,cnn,com/2013/07/19/Chevronargentinaypf). Por ese medio nos enteramos así que Chevron, a juicio de la CNN, habría traicionado un pacto de caballeros que, de palabra, regiría entre las grandes petroleras internacionales y por el cual ninguna encararía ningún emprendimiento con el gobierno argentino mientras no se resolviera el litigio con Repsol. Es más, según las reglas de ese acuerdo, el mundo del negocio petrolero se divide entre “nosotros” (las grandes firmas multinacionales del ramo) y “ellos” (las naciones donde se encuentran localizados los recursos y sus respectivas compañías estatales, como YPF). La regla fundamental de ese pacto sería que si algún integrante del primer grupo es desplazado –total o parcialmente– por la intervención estatal, el resto hará causa común con el mismo y no encarará negociación alguna con el gobierno del país huésped, donde se localizan los recursos.
Probablemente haber tenido el conocimiento previo de que existía tal acuerdo de palabra convenció a los principales referentes de la oposición vernácula, los medios que habitualmente los guían y sus economistas de cabecera, para afirmar enfáticamente que nuestro país jamás tendría éxito en su intento por asociar YPF con una petrolera multinacional. “Se jugaban una fija”, y perdieron. Ahora, como quien da vuelta un viejo disco long play, se han colgado de un poco creíble discurso nacionalista, acusando al Gobierno de “rifar la soberanía”. La verdad, ese súbito ataque de nacionalismo suena a poco creíble, entre otras cosas por ser ellos quienes lo emiten, pero centralmente debido a su inconsistencia argumental y su clara intencionalidad de poner palos en las ruedas, cualquiera sea el medio.
Pero más allá de los discursos de ocasión, la verdad objetiva es que no existe soberanía política sin desarrollo económico con equidad y éste sólo es sustentable si se apoya en un nivel alto de autoabastecimiento energético. Y en la Argentina ello quiere decir poner en valor, ya, sus recursos de hidrocarburos. Para hacerlo se precisan inversiones multimillonarias y know how tecnológico. La condición necesaria es atraer al capital extranjero, la condición suficiente pasa por establecer el rumbo a través de la política nacional donde hoy YPF juega un papel de liderazgo. Así el establecimiento de un régimen de incentivos, al cual puedan acceder las firmas que se comprometen a invertir más de 1000 millones de dólares por proyecto, permite la concurrencia de capital y la tecnología que buscan en YPF el socio ideal: experiencia, compromiso y vocación productiva.
Esto quiere decir que, aceptado el proyecto, se conforma una relación asociativa con YPF donde ambas partes, con la conducción estratégica de esta última, ejecutan el emprendimiento; comparten por mitades la inversión, los riesgos y beneficios, previo acuerdo acerca de los tiempos, y las condiciones a cumplir, para llegar a exportar el 20 por ciento de lo producido y disponer de esos dólares. Lo mismo cabe en relación con las decisiones conjuntas que con cada ejercicio se tomen a la hora de aplicar utilidades y dividendos. Es un ejercicio inútil buscarle la quinta pata al gato. No existen las cláusulas secretas ni los acuerdos de trastienda. Sólo se trata de poner en valor un recurso vital para el desarrollo de las fuerzas productivas en la Argentina, superando tanto la dependencia del factor externo como la insuficiencia del ahorro interno disponible.
Los sectores más encarnizados de la oposición, mediática y política, han lanzado andanadas de críticas, cuyo objetivo principal en realidad pasa por apostar a la desestabilización del Gobierno más que por una genuina preocupación respecto de la cuestión energética. Se acude, en el ejercicio del “todo vale” opositor, a la crítica de los planes para lograr la independencia en materia de hidrocarburos, como un ariete –la excusa ideal– para desestabilizar políticamente al Gobierno.
No es el primer recodo de nuestra historia donde quienes conducen la gestión oficial deben sortear los torbellinos de la calumnia y las mentiras de aquellos embarcados en una permanente movida para desestabilizar al Gobierno. Para ello tanto vale la cuestión petrolera como la inseguridad o la inflación, todo sirve. Hagamos memoria: cuando el segundo gobierno del general Perón, superada la crisis de 1952, pone en marcha la etapa más compleja de la sustitución de importaciones, intensiva en capital, dispuesto a desarrollar las industrias básicas, uno de sus componentes tácticos más importantes pasaba por establecer pactos con el capital extranjero. Entre otras iniciativas se destaca la de alcanzar el autoabastecimiento petrolero, facilitando a tal fin el ingreso de la Standard Oil de California.
El ataque de la oposición a este intento de dar un salto adelante con uno de los rubros básicos en la matriz productiva era previsible, toda vez que, de tener éxito el proyecto del presidente Perón, la economía nacional se encontraría menos expuesta a las fluctuaciones en su capacidad de compras externas. El país contaría, sumando a éste otros proyectos en la industria pesada, con una base material más integrada, moderna y tecnológicamente más compleja. Sus resultados hubieran permitido no sólo superar la dependencia externa, sino integrarse fructíferamente en el ciclo largo de expansión que transitó la economía mundial durante los veinte años siguientes, hasta la crisis petrolera de 1973. Atacar ese proyecto era por entonces una punta de lanza que, en términos de un nacionalismo falto de autenticidad, sostuvo una oposición para la que cualquier medio era bueno –desde el ejercicio de la permanente calumnia hasta los bombardeos a Plaza Mayo– para lograr desalojar al general Perón de la presidencia.
Pocos años después, durante el gobierno de Arturo Frondizi y facilitado por la gravedad que alcanzaba la restricción externa, donde las compras de petróleo ya insumían en 25 por ciento de nuestras importaciones totales, se dispuso de las condiciones para lanzar la batalla del petróleo, convocando al capital extranjero que debía venderle a YPF todo el petróleo que extrajera. La maduración del proyecto fue rápida, cabe mencionarlo, gracias a la determinación del gobierno y por las inversiones previas realizadas por YPF en materia de exploración y detección de recursos que estaban disponibles para ser explotados. Ello permitió lograr que en dos años se alcanzara el autoabastecimiento de petróleo. Paralelamente, la expansión de YPF superó todo antecedente histórico.
Como se recordará, las condiciones políticas de la época eran muy difíciles con la espada de Damocles del golpe militar siempre latente, sumado a una oposición particularmente agresiva, liderada por el Partido Radical, y que no daba tregua. Confluyeron en una alianza de circunstancias donde se amalgamaban el golpismo del sector colorado en el Partido Militar y las críticas, despiadadas, muchas veces soeces y sin el menor rigor técnico, plagadas de calumnias, emitidas por una oposición dispuesta a desestabilizar al gobierno a como diera lugar.
La historia posterior al derrocamiento del gobierno desarrollista es conocida. Un año después, con el radicalismo en el gobierno –Arturo Illia resultó electo gracias a la proscripción de la fuerza mayoritaria, el peronismo–, se derogaron los contratos petroleros, sin que la comisión investigadora, que increíblemente fue creada a posteriori, en el Congreso nacional, pudiera establecer fehacientemente la existencia de irregularidad alguna en los mismos. Pero el daño ya estaba hecho. Su consecuencia fue el pago durante varios años de elevadas indemnizaciones a las contratistas. Y ya un par de años después, la caída en la tasa inversión bruta interna para el conjunto de la economía y la reaparición de la brecha externa hicieron que la Argentina fuera perdiendo un terreno que nunca recuperaría respecto de la expansión del Brasil.
No pueden ignorarse las similitudes existentes entre la agresividad discursiva, la práctica de las denuncias al voleo, la recaída en la agresión personal y las acusaciones sin pruebas a los responsables de los acuerdos con las petroleras extranjeras en las dos experiencias que hemos reseñado, con las conductas que siguen en la actualidad quienes atacan a Cristina Kirchner. Si hasta el Partido Radical vuelve a caer en la misma tentación desestabilizadora, como en 1955 y en 1962. Todo ello estuvo y está a la vista, con el adicional, ahora, de que los medios de comunicación más concentrados disponen de un poder de fuego del cual en las ocasiones anteriores carecían.
Las lecciones de la historia siempre son útiles para interpretar el presente y saber dónde se encolumnan quienes efectivamente están dispuestos a defender la soberanía nacional desde el pragmatismo, pero sin resignar sus convicciones ideológicas y aún dispuestos a soportar las calumnias y las infamias que debieron tolerar quienes en el pasado pretendieron garantizar la puesta en valor de nuestros recursos energéticos como requisito ineludible para que la soberanía nacional no sea un mero slogan testimonial sino una realidad tangible.
Podrán tenerse distintos puntos de vista acerca de las experiencias del pasado, cada quien está en su derecho de coincidir, discrepar o permanecer indiferente respecto de los datos duros de la realidad argentina, pero otra cosa es caer en la demagogia o la calumnia como sistema, reiterando la misma metodología corrosiva que emplearon, tanto contra el Perón de la segunda presidencia como contra los Frondizi-Frigerio de la batalla del petróleo. Así como el golpe de 1955 o aquel error político de 1963 nos mostró la historia como drama, en la actualidad el desafinado coro de las críticas sin sustento que emite la oposición nos muestra a la historia como la representación de una comedia. Los villanos son los mismos, pero ahora el escenario ha cambiado sustancialmente.
Argentina es hoy una Nación que acumula más de una década de crecimiento sostenido y está dispuesta a asociarse –desde la posición de fuerza soberana que le otorga esa expansión económica sumado a la legitimidad política de sus gobernantes– con quien acepte discutir las condiciones para poner en valor una de las reservas de gas más importantes del mundo y colocarlas al servicio del desarrollo nacional. Y ahí mueren los discursos.
* Miembro del directorio de YPF.
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PARA RECOMENDAR


LIBROS DIGITALES.

En este blog se puede acceder a una importante bibliografía.

http://librosdigitalescs.blogspot.com.ar/search

martes, 23 de julio de 2013

Ernesto Laclau presentó su revista junto a Filmus, Heller y Forster


Apuntes del modelo emancipatorio

El filósofo presentó los dos últimos números de Debates y Combates ante una sala colmada. Los tres candidatos elogiaron la propuesta.

Por Ailín Bullentini
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La sala Raúl González Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación, colmada de público, fue el escenario que el filósofo Ernesto Laclau eligió para presentar oficialmente las últimas dos ediciones de Debates y Combates, un proyecto que fundó el año pasado bajo el formato de revista, pero que, en realidad, es una especie de foro de discusión escrito en el que se reflexiona e intenta “reflejar las tendencias del pensamiento contemporáneo y las prácticas latinoamericanas que provocan y sostienen los movimientos políticos emancipatorios de Latinoamérica”, según definió ayer al final de la tarde. Tres de los principales candidatos del Frente para la Victoria para las elecciones legislativas de octubre por la ciudad de Buenos Aires, el senador Daniel Filmus, el diputado Carlos Heller y el también filósofo Ricardo Forster, lo acompañaron en la presentación, junto a algunos de los colaboradores de la publicación.
Frente a un público variado del que formaron parte el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el director del CCC y diputado nacional por el kirchnerista Frente Nuevo Encuentro Juan Carlos Junio, Laclau destacó a Paula Biglieri –quien no formó parte de la presentación– en la codirección del proyecto y mencionó que la quinta edición de la revista, que más que revista cada uno de sus números parece un libro en sí mismo, está en camino y se dedicará a analizar las elecciones legislativas nacionales. Pero, además, detalló los componentes de su proyecto para, a partir de allí, definir su intención política: la de funcionar como reflejo de los procesos de gobierno que suceden en Latinoamérica. “El logro de los movimientos emancipatorios latinoamericanos es el de haber conseguido un equilibro entre la autonomía y la hegemonía”, concluyó luego de remarcar que en cada uno de sus números Debates y Combates ofrece una primera parte de desarrollos teóricos y una segunda dedicada a “un país o problema determinado”.
Así, la esfera de la teoría y la esfera de la práctica permiten fundamentar, edición a edición, cómo Ecuador, Brasil, Bolivia, Venezuela o México, por nombrar tan sólo algunos, logran equilibrar “políticas que aglutinen en torno de un eje cultural a los diferentes colectivos en los que se fueron diversificando las sociedades para evitar que se atomicen sin caer en el autoritarismo”.
Filmus, que apuesta a renovar su banca en el Senado nacional, fue el último de un panel numeroso –junto a Laclau y los tres candidatos se ubicaron la secretaria de redacción de Debates y Combates, Gloria Perelló; la socióloga Gisella Catanzaro, redactora del proyecto, y Guillermo Torremare, quien coordinó la charla–, habló del ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva en el marco de su última visita a Argentina, para el lanzamiento de la Universidad de los Trabajadores, al comenzar su exposición. “Está viajando por todos los países para exigirles a los intelectuales producción teórica que dé sustento a la transformación política que se está viviendo en Latinoamérica. En la práctica estamos mucho más adelantados que en la teoría, decía Lula, y tiene razón”, inauguró el senador.
Por tal razón, celebró la circulación de la publicación impulsada por Laclau, distribuida por el Fondo de Cultura Económica y que cuenta con el apoyo de la Fundación de Abuelas por la Paz y la Universidad de San Martín. “Es fundamental un elemento como Debates y Combates porque si no hay debate no hay transformación y si no hay creación no hay debate”, sostuvo.
Debates y Combates también fue festejada por los otros dos candidatos que integraron la mesa de presentación. Heller, quien apuesta a renovar su banca en la Cámara baja –es compañero de bloque de Junio–, definió a la revista como “una de las mil flores que pidió Néstor (Kirchner, el ex presidente) que florezcan porque nace con el esfuerzo de aportar teorías y la aplicación de las mismas al servicio de los combates”. “Nada está definitivamente ganado”, recordó por último el presidente del Banco Credicoop, quien concluyó: “Eso nos tiene que servir a nosotros, para sostener debates y combatir ideas”.
El filósofo y miembro de Carta Abierta, quien pelea por su debut en la arena legislativa fue, por su parte, más general. “Siempre es bueno celebrar la salida de una revista sobre todo en tiempos de indigencia cultural”, disparó. Luego, remarcó que Debates y Combates afronta un “desafío contrahegemónico” al igual que los países de Latinoamérica. “Mientras las políticas neoliberales todavía dominan al mundo, en nuestros países estamos dando un debate y un combate brutal contra eso”, destacó.
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miércoles, 3 de julio de 2013

comunicado


laura bonaparte

Homenaje a Laura Bonaparte


Quiero rendir homenaje a Laura Bonaparte, quien falleció el ultimo 23 de junio a los 88 años

Laura Bonaparte, fundadora de Madres de Plaza de Mayo, militante, psicoanalista, feminista, luchadora incansable por los derechos humanos.

Nació en Entre Ríos, hija de un juez socialista que le abrió la puerta a su primera militancia: alfabetizó desde su adolescencia a personas privadas de su libertad en la cárcel de Paraná. Desde ese momento, siguió militando toda su vida.

Luchó en organizaciones políticas, en organizaciones feministas, abrió camino en el campo de la salud mental. Militaba por la conciencia social, pero también por el empoderamiento de las mujeres peleando en una sociedad patriarcal.

Y mientras militaba construyó una familia; crió a sus hijos en un contexto de reto a los poderes constituidos. Militó en política antes de que lo hicieran sus hijos. Ella era madre de sus hijos, pero era también madre del compromiso de sus hijos por una sociedad mejor.

Luego vino el horror; su familia fue diezmada. Tres de sus cuatro hijos, Aída Leonor o Noni, Irene o Irenita y Víctor; su ex marido y padre de sus hijos, Santiago Bruschtein; el compañero de Noni, Adrián Saigón; el marido de Irene, Mario Ginsberg, y la compañera de Víctor, Jacinta Levi, fueron víctimas del terrorismo de Estado.

Todos esos nombres y sus fotos se colgaba del pecho.

Siete rostros que la acompañaron en su lucha para siempre.

Laura sostuvo sus luchas. Sostuvo siempre el deseo de felicidad, Sabía que la lucha era la posibilidad de una alegría que podía compartir y allí estaba siempre, con su fresca sonrisa, junto a diferentes colectivos, apoyando sus causas. Por eso siguió atendiendo pacientes, bailando, festejando la aparición de una agrupación como Hijos.

Durante su exilio en México, trabajó como observadora de Amnistía Internacional en campos de refugiados en El Salvador y en la frontera con Guatemala.

Con el mismo compromiso y solidaridad internacional, viajó a Bosnia para solidarizarse con las mujeres musulmanas cuyas familias habían sido víctimas de la política de exterminio étnico de serbios y croatas.

Ella siempre supo que su lucha no era sólo por los desaparecidos en la Argentina, sino una lucha por todos los oprimidos y contra todas las opresiones.

Fue activa integrante de la Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo y una promotora temprana de la campaña internacional para que se declarara delito de lesa humanidad a la desaparición forzada de personas, lo que determinó su imprescriptibilidad y abrió así la única posibilidad real de justicia que nos quedaba cuando todavía regían las leyes de impunidad.

Con la misma decisión, valentía y compromiso con la memoria, presentó el recurso de amparo que finalmente  impidió que se rematara el predio de la ex ESMA.

Psicóloga y psicoanalista, reflexiva y osada, se atrevió a pensar el rol no político de las Madres al preguntarse qué quedaba de la identidad de una madre cuando sus hijos desaparecían.

Porque Laura decía:
Recuperar nuestra capacidad de pensar en medio de tanta brutalidad quiere decir recuperar nuestra dignidad.

Refugió en su casa gente perseguida cuando avanzó la noche de la represión. Apoyó la lucha por los derechos de la diversidad sexual.

Luchó por los derechos sexuales y reproductivos, presentando con la Comisión por el Derecho al Aborto (y por mesa de entradas del Congreso), el primer proyecto de ley de aborto legal en 1988.

Podemos recordar a Laura en muchas y disímiles situaciones. Pero en cada recuerdo aparece el lugar de cuestionamiento, de irrupción, de innovación. Pionera en todo. Corajuda sin duda.

La recordamos haciendo huelga de hambre en México cuando la dictatura declaró muertos a los desaparecidos.

La recordamos bailando, riendo, repartiendo preservativos en el Congreso, convirtiendo la realidad en un cuento en un programa de radio, sirviendo comida a sus amigos o corriendo de la policía; encadenada junto a compañeras trans o marchando como Madre alrededor de la Pirámide de Mayo

Todo esto y seguramente mucho más fue Laura Bonaparte. Y por eso con este homenaje queremos rendir tributo a sus luchas.

Laura, te despedimos con profunda tristeza, pero te honramos con la alegría y con la entereza que siembran en la vida personas como vos.

Hasta siempre, compañera Laura Bonaparte.

Mara Brawer
03/07/2013


martes, 2 de julio de 2013

diez años de gobierno

El porqué de una década ganada

Por Mónica Peralta Ramos *

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“Pero sus estridentes ladridos /
sólo son señal de que cabalgamos.”

Goethe, 1808
A diez años de gobierno K, la oposición define este período como una década desaprovechada, frustrada,”no positiva” y perdida. Las críticas al período K son múltiples y diversas. Entre otras cosas, se lo acusa de autoritarismo, de avasallamiento de la “Justicia independiente” y de los medios de comunicación, de fomentar los antagonismos, de aumentar la pobreza y el desempleo, de corrupción, de conculcar las libertades individuales. A nuestro entender, estas críticas giran en el vacío impuesto por una visión de la realidad que oculta las causas estructurales de los problemas actuales. En este sentido, mas allá de lo efectivamente logrado o de los errores y limitaciones de las políticas implementadas, lo más importante de la década K ha sido su contribución a arrojar luz sobre las raíces de la estructura de poder actual, una estructura que impide la unidad nacional y canibaliza al país sumiéndolo en el estancamiento económico, la fragmentación social y la ilegitimidad institucional.
Las sociedades no son simples agregados de individuos. Son estructuras de relaciones sociales entre las que se destacan las relaciones de poder. Estas son relaciones de control y de exclusión que se dan en todos los ámbitos de la vida social. Estas relaciones de poder dan lugar a distintos tipos de conflictos. Toda sociedad es, pues, una trama articulada de conflictos sociales, de cuya resolución depende la estabilidad política y el bienestar del conjunto de la población. En las sociedades modernas, las relaciones de poder económico –de control o exclusión del excedente económico– generan el conflicto principal, aquel que determina en última instancia la posibilidad de desarrollo económico con unidad e identidad nacional. Los conflictos son, pues, inherentes a la vida de las naciones. Su forma de resolución determina el predominio de la civilización sobre la barbarie, de la solidaridad sobre el canibalismo social. La historia demuestra que la preeminencia de la coerción en la resolución de los conflictos lleva, tarde o temprano, a la desintegración social. Por el contrario, la conciliación de intereses diversos en búsqueda de un interés común que supere las mezquindades individuales y tenga como norte la solidaridad social, es un paso adelante en la consolidación de una cultura civilizada y hace posible el crecimiento económico con estabilidad política y bienestar para el conjunto de la población.
Desde nuestros orígenes como nación independiente hemos estado inmersos en el continuo fragor de un enfrentamiento, entre los que tienen más y los que tienen menos, por la apropiación del excedente. A partir de 1930 este conflicto se agudizó. La recesión en los países centrales y la crisis del comercio internacional hicieron posible un mayor crecimiento industrial. La posibilidad de industrializar al país trasladando hacia la industria –a través de subsidios de todo tipo– parte del excedente producido por el sector agropecuario estuvo a la orden del día. Desde entonces, las transferencias de ingresos de un sector social a otro sacudieron a la propia elite dominante y convirtieron al Estado en un verdadero botín de guerra. Estos enfrentamientos se dieron en un contexto político caracterizado por la incapacidad de los que tienen más –y son los menos– de conciliar sus intereses con los de otros sectores sociales y de plasmarlos en un proyecto político capaz de aglutinar al conjunto de la sociedad. Esto explica que los sectores económicamente más poderosos sólo pudiesen acceder al control del Estado con el fraude electoral o las proscripciones. La otra cara de esta moneda fue la existencia de un movimiento popular –el peronismo– que pudo ganar elecciones articulando un proyecto político que nucleaba a diversos sectores sociales. Esta situación llevó a los sectores económicamente más poderosos a un constante ejercicio de la presión corporativa a fin de realizar sus intereses específicos. Cuando esto no fue suficiente, se recurrió al golpe militar. Se configuró así una paradoja que explica nuestro estancamiento económico e inestabilidad política: la asincronía entre el poder económico y el poder político. Esto dio origen a la endémica crisis de legitimidad de las instituciones y a la crisis de representación de los partidos políticos. El terrorismo de Estado fue la expresión más acabada del fracaso de la coerción política y abrió una nueva era donde otros mecanismos coercitivos no ligados al uso de las armas irían a dominar la escena política.
En efecto, en los últimos 30 años el poder de veto de los sectores económicamente más poderosos se ejerció creando y recreando espacios y mecanismos económicos que operan en abierta trasgresión de las normas vigentes, eludiendo así el control del Estado sobre las transferencias de ingresos y provocando una sangría de recursos a nivel cambiario, financiero, e impositivo. En este contexto, la inflación y las corridas cambiarias se convirtieron en los principales mecanismos de desestabilización política y provocaron la caída de gobiernos elegidos democráticamente. Ello fue posible porque en los últimos 30 años se produjo un gran avance de la concentración en la economía. Hoy día, unos pocos grupos económicos nacionales y extranjeros controlan los puntos claves de las cadenas de valor en la producción, comercialización, acopio y distribución de bienes. Este control les permite ser formadores de precios, desabastecer y provocar una inflación incontrolable. Les permite además, especular y provocar corridas cambiarias, acumular divisas, dolarizar activos y fugar capitales. Ningún gobierno anterior a la década K ha podido sobrevivir a este embate.
La devaluación de principios del 2002 provocó una enorme transferencia de ingresos desde los sectores populares hacia los que más tienen y permitió mantener bajo control a la inflación durante los primeros años del gobierno de NK. Las enormes ganancias obtenidas y la fuga de capitales fueron, tal vez, el precio de esta paz efímera. Pero a poco de andar comenzaron los problemas en torno de la apropiación del excedente económico y su destino final. El conflicto con el campo por el aumento de las retenciones a las exportaciones agropecuarias marcó el inicio de una nueva etapa caracterizada por una mayor claridad en los objetivos perseguidos por el Gobierno y en la adopción de una serie de medidas destinadas a fortalecer el mercado interno transfiriendo ingresos hacia la industria y hacia los sectores populares. Paralelamente, comenzaron la espiral inflacionaria y las corridas cambiarias. Estos fenómenos habrían de agudizarse a partir de la reelección de CFK. A diferencia de lo ocurrido con otros gobiernos democráticos, CFK ha enfrentado las corridas cambiarias explicitando sus fines y tomando medidas específicas para tratar de impedirlas. Asimismo, este gobierno ha intentado limitar el control monopólico y oligopólico en algunos sectores de la economía y en la producción y difusión de información. Esto ha despertado una fuerte reacción desestabilizadora que se acrecienta en vísperas de las próximas elecciones.
Lo que está en juego hoy día es la visibilidad de las raíces del poder económico y la posibilidad de utilizar los resortes del Estado para imponer cambios en la estructura de poder, cambios que en sí mismos no son una revolución pero constituyen un salto cualitativo en el desarrollo de nuestro país al pretender una mayor inclusión social y una democracia participativa. El conflicto principal es el que opone a aquellos que reivindican el poder de los monopolios y su derecho “inmanente” a reproducir este control sobre toda la vida de una nación (económica, política y cultural) y aquellos que intentan cuestionar este poder impulsando un desarrollo que incluya a toda la sociedad y “empodere” a los ciudadanos. La inflación, las corridas cambiarias y el fogoneo constante de un relato que demoniza a CFK y a todas las políticas implementadas marcan la temperatura de este conflicto. Este relato de los medios más concentrados intenta ocultar los intereses que mueven a la oposición. Intenta además volver invisible la estructura de poder monopólico. Así, la ley de medios que pretende desarticular el poder monopólico en la producción y distribución de información aparece como un atentado a la libertad de expresión; la reforma judicial que pretende terminar con el control corporativo sobre el Poder Judicial y democratizarlo se presenta como el avasallamiento de una “Justicia independiente”, una Justicia a la que estos mismos medios concentrados se han cansado de considerar “Korrupta”; las políticas sociales se presentan como puro clientelismo y así, sucesivamente.
En los últimos tiempos CFK ha dado un paso de fundamental importancia al convocar a la población y especialmente a la juventud a “mirar para cuidar” los precios de los bienes de consumo. Esto ha llevado al relato de oposición a comparar la situación actual con la República de Weimar y el acceso de Hitler al poder. Este disparate muestra la inescrupulosidad con que se manipula a la opinión pública. Muestra, además, que la participación de la población en el control de las políticas aplicadas es la mejor respuesta a los “golpes de mercado”. Esta política de “mirar para cuidar” debería de aplicarse a toda la cadena de valor de los distintos bienes producidos a fin de que los diversos sectores –productores, trabajadores, pequeñas, medianas y grandes empresas, comerciantes, proveedores etc.– que la constituyen puedan participar en el control de la inflación. Esta convocatoria a “mirar para cuidar” toda la cadena de valor volverá más efectivo el control de precios y permitirá sumar a sectores sociales que deben y pueden ser integrados al proyecto de inclusión social y democracia participativa.
Esta es, entonces, una década ganada porque ha permitido empezar a visualizar las causas estructurales de nuestro estancamiento económico e inestabilidad política. Queda, sin embargo, mucho por hacer. Entre otras cosas, es de fundamental importancia revisar la política de subsidios y monitorear sus resultados a fin de impulsar una industrialización que multiplique una inclusión social sustentable. Hoy día la integración compleja de los conglomerados trasnacionales domina al mundo dando lugar a la desintegración de la cadena productiva a nivel mundial y al control de segmentos cruciales de estas cadenas de valor por parte del capital trasnacional. Entre otros fenómenos, esto ha fomentado una nueva división internacional del trabajo que impone serios límites a la capacidad de los Estados de elaborar y aplicar políticas de desarrollo en sus territorios nacionales. Otra consecuencia ha sido una creciente dependencia tecnológica con el consiguiente impacto negativo sobre la balanza comercial y de pagos y sobre la capacidad de generar empleo en los sectores productivos. Esta dependencia tecnológica afecta en nuestro país tanto al campo como a la industria y perpetúa los conflictos históricos entre sectores empresarios, y entre éstos y los que menos tienen. Es pues imperioso hacer sintonía fina sobre el tipo de estructura productiva que hoy tenemos y sobre los subsidios que el Estado vuelca sobre ésta a fin de introducir los cambios que se necesitan para concretar un desarrollo económico que asegure a mediano y largo plazo la inclusión social y la democracia participativa.
* Socióloga, autora de La economía política argentina. Poder y clases sociales.
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lunes, 1 de julio de 2013

daniel filmus


"Con el PRO discutimos dos modelos de Estado"

 

 Daniel Filmus, primer candidato a senador del Frente para la Victoria en la Ciudad de Buenos Aires, sale de una reunión e ingresa a otra. El ex ministro de Educación suspendió ese vértigo electoral, al menos por un momento, para sentarse en el sofá de su oficina y atender a Tiempo Argentino. Filmus tiene una vasta experiencia como candidato kirchnerista en la ciudad: lo fue en dos ocasiones en las elecciones a jefe de gobierno (2007 y 2011) e hizo lo propio en los comicios de medio término de 2007. En octubre de aquel año, obtuvo el escaño que busca repetir. 

 Daniel Filmus, primer candidato a senador del Frente para la Victoria en la Ciudad de Buenos Aires, sale de una reunión e ingresa a otra. El ex ministro de Educación suspendió ese vértigo electoral, al menos por un momento, para sentarse en el sofá de su oficina y atender a Tiempo Argentino.
Filmus tiene una vasta experiencia como candidato kirchnerista en la ciudad: lo fue en dos ocasiones en las elecciones a jefe de gobierno (2007 y 2011) e hizo lo propio en los comicios de medio término de 2007. En octubre de aquel año, obtuvo el escaño que busca repetir. "En este tiempo voté un conjunto de leyes que son importantísimas para la recuperación del papel del Estado y para reafirmar una senda que tiene que ver con el crecimiento, la distribución del ingreso y la ampliación del horizonte de derechos", afirmó el legislador, para quien "la posibilidad de ser candidato implica reafirmar esta senda y dar una pelea para que el proyecto del gobierno nacional continúe". 
 
–¿Qué se pone en jugo en esta elección legislativa?
–Va a haber un debate muy fuerte respecto del papel que deberá tener el Parlamento entre 2013 y 2015. El ejemplo más claro del Congreso que quiere la oposición ocurrió el miércoles pasado cuando estábamos por decidir la designación de la embajadora en la OEA (Nilda Garré). Aquel día íbamos a tratar muchas leyes importantes, como la que protege a los chicos que tienen TGD, entre otras. Todo se tiró por la borda porque en un momento la oposición encontró que nos faltaban dos legisladores para tener el quórum. Se levantaron y se fueron. Lo que están diciendo con eso es que va a haber nuevamente, como hubo entre 2009 y 2011, un Congreso que obstruirá todas las propuestas que Cristina va a querer llevar adelante, en el marco de una crisis internacional muy profunda que exige un gobierno que tome decisiones todos los días. Estamos decidiendo si vamos a poner un Congreso que ayude a tomar las decisiones que hacen falta para enfrentar la crisis o vamos a poner un congreso que ponga palos en la rueda para generar las condiciones que sirvan de plafón para que otra fuerza pueda ganar en el 2015. Se juega si el país sigue avanzando o la oposición logra reconfigurar un Grupo A con mayoría para paralizar el Parlamento.
–¿Cree que podría estar en juego, en algún punto, la institucionalidad, al proyectar un Parlamento obstruido?
–No, la institucionalidad en el país está muy firme. Lo que genera son condiciones muy fuertes para deteriorar la economía, lo que afecta las condiciones de vida de la gente.
–¿Qué espera en las PASO, donde el Frente para la Victoria presenta una lista única? ¿A qué aspira?
–Estamos en condiciones de disputar ser la primera fuerza de la Ciudad y estamos realmente convencidos de que lo vamos a lograr. Las PASO tienen una característica particular: hay algunas fuerzas que no tienen nada que ver entre sí que en esta situación puntual se han agrupado para una presentación conjunta.
–¿Se refiere al frente UNEN?
–Es muy extraño ver en la misma agrupación al ministro que propuso la 125 y a quien encabezó la resistencia a esa medida, me refiero a Martín Lousteau y Elisa Carrió. Uno ve allí a quienes proponen el endeudamiento del país con el FMI y quienes proponen no pagar la deuda externa. A quienes acompañaron el voto del matrimonio igualitario y los que encabezaron la lucha contra esa ley. Ante esa contradicción es muy difícil que exista una propuesta. Por eso pensamos que el objetivo fundamental es ponerle palos en la rueda al andar del gobierno. El propio Pino Solanas ha dicho que esa unión tiene fecha de vencimiento y va a ser el mismo día de las elecciones de octubre.
–¿Y qué opina de quien sería, según las últimas encuestas, su principal adversaria: la candidata a senadora por el PRO, Gabriela Michetti?
–Con el macrismo discutimos dos modelos de Estado y de democracia. Ahí sí hay una lista homogénea y que conceptualmente está en las antípodas de lo que pensamos. En la presentación de sus candidatos, Mauricio Macri planteó que estas elecciones van a definir qué tipo de democracia queremos los porteños. No queremos un tipo de democracia que vete 120 leyes; que reprima como en el Hospital Borda ni que espíe a los opositores. Esta diferencia entre un Estado ausente o uno presente, entre un Estado para unos pocos o uno para todos, se ve en las leyes que se votaron en el Parlamento. El último ejemplo fue la posición de Macri y del PRO ante la ley de fertilización asistida. Votaron en contra como lo hicieron con el matrimonio igualitario. Han votado siempre en contra de cualquier medida que significara la democratización y ampliación de los derechos en la Argentina.
–Usted fue dos veces candidato a jefe de gobierno porteño. ¿Qué diferencia hay entre aquellos escenarios y el actual?
–Históricamente, en la Ciudad hay una diferencia enorme cuando hay que votar en un contexto nacional o uno local. Cuando fui candidato a senador nacional nosotros le ganamos a Carlos Melconian que era el candidato del PRO, que hacía poco había ganado la jefatura de la Ciudad. Inclusive, en la última elección, Federico Pinedo, que era candidato a diputado, entró tercero. Creo que la gente opta a nivel nacional para que continúe un proyecto, para que el país no entre en crisis y para que haya mayores niveles de crecimiento y justicia social. En el caso de la Ciudad, vota un modelo de gestión que prescinde del Estado porque puede resolver sus temas de educación, de salud y de vivienda por sus propios medios. Está claro que el 35% que votó a Cristina (en la Capital Federal en las últimas elecciones) tiene más proyección a votar un modelo nacional como el que encabezamos nosotros. De cualquier manera, hay otra importante porción de la sociedad cuya posición dependerá de cómo se dividan las otras fuerzas políticas.
–¿Cree que eso se puede polarizar en octubre por la dinámica de las PASO?
–Es muy difícil saber qué va a pasar después de las PASO, tenemos poca experiencia en la materia. Estamos seguros que hay dos proyectos muy definidos: el que encara el PRO y el nuestro, y en el medio hay un conjunto de fuerzas que se agrupan para oponerse a lo que hace el gobierno nacional.
–Por sus diferentes experiencias como candidato del FPV en la Capital Federal, ¿cree que tiene un piso establecido en el electorado porteño?
–A partir de 2007, nos estabilizamos como segunda fuerza, principal fuerza de la oposición. Y eso viene marcando un piso que oscila entre el 24, 28, 35 y el 40 por ciento.
–¿Y cree que tiene un techo también?
–Todas las fuerzas tienen un techo. Pero hay una parte importante de la población que, a pesar de la influencia de los medios de comunicación que es poderosa en la Ciudad, está de acuerdo con lo que nosotros hicimos y en que sigamos en la misma dirección. Cuando uno repasa el conjunto de las medidas del gobierno nacional y las transformaciones que se han hecho en estos años, el acompañamiento es muy grande. El pueblo sabe que somos los que vamos a defender a los más humildes, la igualdad social, la unidad latinoamericana, la industrialización y el trabajo argentino. Hay que usar estos meses de la campaña para convocar a quienes defienden esta mirada. «
 
la candidatura de massa y el cortoplacismo
 
–Una particularidad de esta elección, por ser un nuevo actor, es Sergio Massa, candidato a diputado nacional. ¿Cómo analiza su aparición y posicionamiento?
–Todavía no sabemos qué piensa Massa. Yo conozco a un Massa que era miembro del gabinete de este gobierno, que fue director de la ANSES. ¿Cómo es que ahora conforma una lista con muchos opositores cuando hasta ayer estaba con el gobierno? No le hemos escuchado propuestas. Sería bueno que se defina: está de acuerdo con lo que hizo el gobierno o no. La idea de poder sobrevolar la situación y que todos lo vean bien va a ser cortoplacista. Apenas comience el debate electoral va a tener que tomar definiciones y colocarse en un lugar. Si realmente estuviera de acuerdo con las políticas del gobierno, estaría en nuestras listas. Son listas amplias, generosas. Si hay algo que en política no se puede hacer, es no tomar decisiones o querer conformar coaliciones entre sectores que no tienen nada que ver entre sí.
TIEMPO ARGENTINO