lunes, 29 de julio de 2013

Análisis de los ingresos y gastos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires


Claves de la gestión presupuestaria PRO


La política económica del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, se define por la subejecución presupuestaria, el constante endeudamiento, el incremento de impuestos regresivos y una disminución de los tributos patrimoniales.

Por Sebastián Premici
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El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, junto a su ministro de Hacienda, Néstor Grindetti.
La política económica del gobierno porteño se define por la subejecución presupuestaria, el constante endeudamiento, el incremento de impuestos regresivos y una disminución de tributos patrimoniales. Entre 2008 y 2012, subejecutó recursos por 3734 millones de pesos, de los cuales el 50 por ciento estaban destinados a la inversión en educación, salud y vivienda. En el primer trimestre, también puede verse una subejecución en las mismas áreas, aunque al mismo tiempo aumentaron las partidas para obras públicas, como el metrobús. Los presupuestos deficitarios y subejecutados se complementan con un constante incremento de la deuda pública que financia gastos corrientes. El endeudamiento de la Ciudad aumentó en los últimos cinco años un 410 por ciento, al pasar de 1731 millones de pesos a 8843 millones. La dolarización de esa deuda alcanzó el 95 por ciento. Los datos se desprenden de un informe realizado por los economistas Diego Estrada y Aixa Ratta, del equipo de investigación Economía del Bicentenario, y de los informes presentados en la Legislatura por Juan Cabandié (FpV), Juan Form (Nuevo Encuentro), Aníbal Ibarra (Frente Progresista Popular) y Rocío Sánchez Andía (Coalición Cívica).

Subejecución

Mauricio Macri presenta todos los años un presupuesto deficitario. Eso le permitió al jefe de Gobierno porteño subejecutar partidas y al mismo tiempo tomar deuda y aumentar impuestos. En junio de este año, el Gobierno aumentó las partidas de su presupuesto en 7137 millones de pesos. El 38 por ciento del dinero ampliado tiene como destino el ministerio de Espacio Público, mientras que Salud y Educación recibieron sólo el 9,4 y 4,3 por ciento respectivamente.
Los gobiernos tienen la capacidad de reasignar y ampliar recursos presupuestarios. La clave es ver la orientación de esos fondos. Al mismo tiempo en que hubo un aumento considerable de partidas para proyectos con alta visibilidad, existen áreas sensibles con un alto porcentaje de subejecución. Las partidas para vivienda, que representan el 2,9 por ciento del presupuesto, fueron ejecutadas durante el primer trimestre en un 10,5 por ciento, y las de agua potable y alcantarillado, que representan un 0,3 por ciento, fueron devengadas en un 13,9 por ciento.
En el proyecto económico del macrismo también se subejecutan las partidas destinadas a las inversiones en infraestructura escolar y obras públicas. Los recursos para este año destinados a la Dirección de Infraestructura y equipamiento ascienden a 281,42 millones de pesos, y su nivel de ejecución durante el primer trimestre es del 4,8 por ciento. Algo similar ocurre con la Dirección General de Administración de Mantenimiento, con un monto presupuestado de 138,89 millones de pesos y un nivel de ejecución del 11,8 por ciento en los primeros tres meses del año. “La distribución de los recursos refuerza una tendencia en la que los gastos sociales pierden participación, mientras que los programas de obras de mayor visibilidad no prioritarios, son las que tienen más peso”, sostuvieron los legisladores Alejandro Amor, Cabandié, Form e Ibarra en el dictamen que rechazó la última ampliación presupuestaria del PRO.
En el período 2008-2012 la ejecución promedio para las obras de infraestructura osciló en torno al 82 por ciento. Esos recursos no ejecutados representaron 3734 millones de pesos. Incluso, las obras destinadas a la salud, educación y vivienda sufrieron de una ejecución menor, con un promedio del 71,58 por ciento en estos cinco años. El 50 por ciento de esos fondos no ejecutados, es decir 1892 millones de pesos, correspondían a partidas de vivienda, educación y salud.

Endeudamiento

Al asumir su primer mandato, Macri contaba con una deuda nominada en dólares del 38 por ciento, mientras que actualmente llega al 95 por ciento. Muchas veces se lo escuchó al jefe de Gobierno porteño quejarse porque la Administración nacional, supuestamente, no lo dejaba endeudarse para financiar obras estratégicas. Sin embargo, Macri sí pudo endeudarse. En cinco años aumentó su deuda en un 410 por ciento. Por otro lado, el 57 por ciento de la nueva deuda es tomada para afrontar obligaciones de corto plazo. El tema de fondo es que los recursos conseguidos por la vía del endeudamiento no son destinados a las obras reclamadas por Macri.
En un texto que envió el macrismo a la Legislatura para justificar una ampliación presupuestaria figura una diminución de la inversión financiera de 1125 millones de pesos. Según un informe de Rocío Sánchez Andía (Coalición Cívica), en base a la información oficial de la secretaría de Hacienda porteña, de ese total 419 millones de pesos corresponden a un saldo disponible de la emisión de títulos autorizada por la ley 4315, cuyo objetivo era financiar obras viales. Otros 416 millones de pesos sobrantes corresponden a la emisión autorizada por las leyes 4315 y 4431 destinadas a financiar deuda. “La poca información brindada por el Ejecutivo nos permite observar que estamos incorporando casi la totalidad de las emisiones del año pasado con asignación de afectación específica (obras viales y cancelación de deuda) a este nuevo proyecto de presupuesto, sin tener en claro cuál será el destino. Esta ampliación deja al descubierto cómo el gobierno sistemáticamente toma deuda con afectación específica para luego modificar el destino original”, sostuvo la legisladora en su dictamen de rechazo a la ampliación.

Aumento de impuestos

La recaudación en la ciudad de Buenos Aires se multiplicó 2,6 veces en los últimos cinco años, al pasar de 11.238 a 29.450 millones de pesos. La mayor parte de este incremento no fue por el accionar de los “sabuesos” porteños sino por un aumento de impuestos regresivos. “Los impuestos progresivos en la Ciudad pasaron del 19,3 al 14 por ciento entre 2008 y 2012. De haberse mantenido el mismo nivel de representación de los impuestos sobre los sectores de mayores recursos, esto hubiera implicado ingresos adicionales en 2013 por 2141 millones de pesos. Por otro lado, los incrementos de los impuestos transaccionales pasaron del 69,7 por ciento del total al 75,8 por ciento, siempre en detrimento de los impuestos patrimoniales”, puede leerse en el informe “Media década perdida”, elaborado por los economistas Estrada y Ratta.
También creció la recaudación del impuesto a los Ingresos Brutos que pasó del 66,1 al 68,7 por ciento entre 2008 y 2012. Este es un impuesto que se cobra sobre las ventas y transacciones que realizan las empresas y como la mayoría de las compañías están radicadas en la ciudad de Buenos Aires, la Ciudad recibe recursos por las actividades productivas que se realizan en distintas partes del país. En la última readecuación presupuestaria del PRO, quedó en evidencia la subestimación del resultado económico general de la Argentina. Macri amplió su presupuesto en función de una mayor recaudación. Sobre el total de los nuevos recursos disponibles, Ingresos Brutos representa el 75 por ciento. Los nuevos 4272,2 millones de pesos recaudados por este concepto fueron obtenidos por el crecimiento económico general del país.

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