Con “pro” de “prohibir”
Por Mara Brawer *
Afortunadamente, en nuestro país, la libertad de expresión está contemplada en el artículo 14 de la Constitución nacional. Sin embargo, al diputado nacional del PRO Julián Obiglio las manifestaciones en el espacio público le parecen algo peligroso y por eso las quiere convertir en “películas prohibidas para menores de 16”. ¿Será que supone que los manifestantes son feos, sucios y malos? ¿Será que tiene miedo de que las nuevas generaciones se “contagien” del compromiso y la militancia?
Aunque por otro lado, pensándolo desde el punto de vista del PRO, tal vez sea cierto que quienes salgan a la calle a protestar o a manifestarse, si lo hacen en la zona de influencia de la Policía Metropolitana, corran un grave peligro. Con sólo recordar el accionar represivo en el Hospital Borda cobran sentido los temores del legislador.
¿O será que la prohibición de que participen menores de 16 en las manifestaciones esconde la vocación del PRO de reprimir sin límite? ¿O acaso se trata de desincentivar desde la edad más temprana la construcción de una cultura democrática? Una cultura que promueva la constitución de un sujeto ético que no sólo defienda sus derechos, sino que se comprometa con los derechos de todos, entendiendo que La Patria es el Otro.
La Convención de los Derechos del niño, en el punto 1 del artículo 13 señala claramente que “el niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño”. A su vez, en el artículo 15, indica que “los Estados Parte reconocen los derechos del niño a la libertad de asociación y a la libertad de celebrar reuniones pacíficas”.
En relación con el legislador que promueve esta ley, no resulta una sorpresa que haya votado –como también lo hizo todo su bloque– en contra de la posibilidad del sufragio a partir de los 16 años. Ni que en su caso particular haya estado ausente cuando se aprobó la ley de fomento y creación de centros de estudiantes en todo el país.
En la vereda de enfrente, los que formamos parte del proyecto político nacional defendemos y respetamos el derecho a manifestarse públicamente. Así lo entiende y ha entendido siempre este gobierno, en su vocación de nunca reprimir la protesta social.
Además, para nosotros, la manifestación pública no sólo expresa una protesta. Al contrario, en tantas otras ocasiones, también representa la alegría, la militancia, la lucha compartida por un ideal. Nos emociona la imagen de familias con sus hijos en las marchas, de chicos que recién empiezan a caminar y llevan flameando la banderita argentina.
Sobre esto se expresó la Presidenta en el multitudinario acto del 25 de mayo pasado, cuando al observar la cantidad de familias con chicos que se habían acercado, definió a la Plaza de Mayo como “una plaza de futuro, de porvenir”, como muestra de “una patria preñada de esperanza, sueños e ilusiones como las que tuvo él (por Néstor Kirchner)”.
Retomo las palabras de Cristina cuando dijo: “Démosles a nuestros hijos una patria mejor. Recreemos, todos, un clima en el cual las ideas se debatan con altura. Tenemos la inmensa suerte de una democracia participativa, de una libertad de expresión sin precedentes en la historia argentina”.
Si aquellos privilegiados que nunca tuvieron la necesidad de luchar por sus derechos, ni tampoco son solidarios con las luchas de los demás, quieren perderse la felicidad de ver el compromiso militante de sus hijos, de participar en marchas donde distintas generaciones comparten la alegría de un proyecto común, allá ellos.
* Diputada nacional (FpV).
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Afortunadamente, en nuestro país, la libertad de expresión está contemplada en el artículo 14 de la Constitución nacional. Sin embargo, al diputado nacional del PRO Julián Obiglio las manifestaciones en el espacio público le parecen algo peligroso y por eso las quiere convertir en “películas prohibidas para menores de 16”. ¿Será que supone que los manifestantes son feos, sucios y malos? ¿Será que tiene miedo de que las nuevas generaciones se “contagien” del compromiso y la militancia?
Aunque por otro lado, pensándolo desde el punto de vista del PRO, tal vez sea cierto que quienes salgan a la calle a protestar o a manifestarse, si lo hacen en la zona de influencia de la Policía Metropolitana, corran un grave peligro. Con sólo recordar el accionar represivo en el Hospital Borda cobran sentido los temores del legislador.¿O será que la prohibición de que participen menores de 16 en las manifestaciones esconde la vocación del PRO de reprimir sin límite? ¿O acaso se trata de desincentivar desde la edad más temprana la construcción de una cultura democrática? Una cultura que promueva la constitución de un sujeto ético que no sólo defienda sus derechos, sino que se comprometa con los derechos de todos, entendiendo que La Patria es el Otro.
La Convención de los Derechos del niño, en el punto 1 del artículo 13 señala claramente que “el niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño”. A su vez, en el artículo 15, indica que “los Estados Parte reconocen los derechos del niño a la libertad de asociación y a la libertad de celebrar reuniones pacíficas”.
En relación con el legislador que promueve esta ley, no resulta una sorpresa que haya votado –como también lo hizo todo su bloque– en contra de la posibilidad del sufragio a partir de los 16 años. Ni que en su caso particular haya estado ausente cuando se aprobó la ley de fomento y creación de centros de estudiantes en todo el país.
En la vereda de enfrente, los que formamos parte del proyecto político nacional defendemos y respetamos el derecho a manifestarse públicamente. Así lo entiende y ha entendido siempre este gobierno, en su vocación de nunca reprimir la protesta social.
Además, para nosotros, la manifestación pública no sólo expresa una protesta. Al contrario, en tantas otras ocasiones, también representa la alegría, la militancia, la lucha compartida por un ideal. Nos emociona la imagen de familias con sus hijos en las marchas, de chicos que recién empiezan a caminar y llevan flameando la banderita argentina.
Sobre esto se expresó la Presidenta en el multitudinario acto del 25 de mayo pasado, cuando al observar la cantidad de familias con chicos que se habían acercado, definió a la Plaza de Mayo como “una plaza de futuro, de porvenir”, como muestra de “una patria preñada de esperanza, sueños e ilusiones como las que tuvo él (por Néstor Kirchner)”.
Retomo las palabras de Cristina cuando dijo: “Démosles a nuestros hijos una patria mejor. Recreemos, todos, un clima en el cual las ideas se debatan con altura. Tenemos la inmensa suerte de una democracia participativa, de una libertad de expresión sin precedentes en la historia argentina”.
Si aquellos privilegiados que nunca tuvieron la necesidad de luchar por sus derechos, ni tampoco son solidarios con las luchas de los demás, quieren perderse la felicidad de ver el compromiso militante de sus hijos, de participar en marchas donde distintas generaciones comparten la alegría de un proyecto común, allá ellos.
* Diputada nacional (FpV).
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Marchas prohibidas para menores de 16
La iniciativa fija multas para los “organizadores” de protestas a las que vayan jóvenes o niños. Plantea además que sus padres o tutores sean enviados a hacer un “curso” sobre “los derechos y la educación de los menores de edad”.
Por Laura Vales
Para Julián Obiglio deben prohibirse las marchas, como las películas.
El diputado del PRO Julián Obiglio presentó un proyecto de ley para prohibir que los menores de 16 años participen en marchas. El legislador macrista propone que la policía saque de las protestas sociales o políticas a los jóvenes que vea en la manifestación, e incluso que el Estado, también a través de la policía, impida que los padres lleven a sus hijos a una movilización. Frente a las críticas que recibió su proyecto, Obiglio argumenta que se trata de un tema de “minoridad”. “Por algo hay películas prohibidas para menores de 13 o de 16 años.”
El proyecto fija multas para los “organizadores” de protestas a las que vayan jóvenes o niños. Plantea además que sus padres o tutores sean enviados a hacer un “curso” sobre “los derechos y la educación de los menores de edad”.
El legislador sostiene que lo redactó porque un reciente informe de la Unicef sobre la participación de menores en las marchas sociales en América latina marcó que Perú, Bolivia y Argentina son los países “con mayor participación de niños en las marchas”.
“Perú y Bolivia se pusieron a debatirlo legislativamente, pero acá no había pasado nada”, dice ante la pregunta de Página/12. También que en Perú “avanzó un proyecto del oficialismo” que pone penas de prisión para los padres o tutores que vayan con sus niños a las marchas. Aunque enseguida aclara: “Para mi gusto, muy duro. No iría con la idiosincracia argentina”.
Obiglio asegura que no quiere prohibir que los jóvenes se manifiesten: para él, pueden hacerlo si son protestas organizadas “por su propia generación” y con reclamos propios. En cambio, “para su propia seguridad”, dice que no debería estarles permitido ir a otras marchas.
–¿Qué habría que hacer con las marchas del 24 de marzo? ¿Se multaría a los padres que lleven a sus hijos?
–Depende de si hubo una convocatoria juvenil o no... creo que en ese caso no habría problemas, porque hay organizaciones juveniles que convocan.
–¿Y en una protesta social?
–Es el punto más conflictivo que veo, porque es cierto que muchas veces los padres no tienen con quién dejarlos. Ahí la policía tiene que ir y decirle a ese padre, que tal vez no se ha dado cuenta que está poniendo en riesgo al niño, que se aleje de la marcha, que no puede estar ahí porque puede haber corridas, situaciones de peligro.
–Muchas veces los padres llevan a sus chicos a una marcha para que aprendan a defender sus derechos. ¿El Estado lo puede prohibir?
–Eso es justamente lo que todos los organismos internacionales dicen que no hay que hacer. “¿No es lógico llevar a los chicos?”, plantean algunos. Bueno, los organismos internacionales dicen que no, que es todo lo contrario. Vos pensás que los estás llevando a aprender algo, pero el chico es todavía muy chico para eso.
–¿Por qué dice que muy chico?
–Hay una ley que establece qué películas podés ver según la edad. Por algo tenés películas prohibidas para menores de 13 y de 16.
–¿Cuáles serían esos organismos internacionales y qué dicen?
–El proyecto surgió ante el informe de Unicef, que es la autoridad máxima a nivel mundial en infancia.
–Sobre si protestar o manifestarse es un valor o un disvalor...
–... no estoy diciendo que sea un disvalor. Todos los derechos están reglamentados, y esto se trata de cómo preservar a un menor de ciertas situaciones objetivas. Tal vez el corte no se tenga que hacer a los 16 sino a los 13, pero al corte en alguna edad hay que ponerlo.
–Los diputados del kirchnerismo apuntaron que sería mejor que el macrismo se preocupara de resolver los conflictos y que lo hiciera sin reprimir, para que no vuelva a pasar lo del Hospital Borda.
–Pero éste no es un tema coyuntural, es un tema de política pública, de qué hacemos con nuestros niños, para protegerlos.
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