lunes, 5 de agosto de 2013

Un estudio del Ministerio de Educación de la Nación muestra cómo utilizan los volúmenes alumnos y docentes

Los millones de libros distribuidos resisten a "la cultura de la fotocopia"



 El Estado repartió en las escuelas unos 67 millones en diez años. El informe demuestra que mejoran las trayectorias educativas de los chicos y contribuyen a su permanencia en el sistema. La revalorización de las bibliotecas escolares.
por GUSTAVO SARMIENTO

Desde 2003, llevamos comprados y distribuidos 54 millones de libros. La presencia de estos textos se nota en las escuelas. Son políticas y acciones destinadas a mejorar la educación, tanto para el que enseña como para el que aprende", sostuvo el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, semanas atrás, en el lanzamiento del Operativo Nacional de Distribución de Textos Escolares 2013, por el que se habrán adquirido y distribuido este año otros 13 millones de volúmenes. Sin embargo, poco se conocía hasta el momento sobre los resultados de este programa, el pensamiento de los docentes, directivos y alumnos sobre todo ese material de lectura y aprendizaje, y, en general, los usos que se les dan a esos libros.
Tiempo Argentino accedió en exclusiva al primer informe que realizó al respecto el Ministerio de Educación, que comenzó a procesarse en mayo de 2011. A cargo de la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa (DiNIECE), tuvo como objetivo "producir conocimientos referidos a las condiciones y prácticas institucionales relacionadas con la gestión pedagógica de los libros distribuidos", y tendrá su continuación en un estudio similar que se llevará a cabo a fin de este año.
El hecho de que haya sido cuali y cuantitativo (se realizó en escuelas de Córdoba, Chubut, Mendoza, Misiones, Tucumán y el Área Metropolitana) permitió obtener un puñado de conclusiones centrales: el acceso a los textos favorece los procesos de escolarización de los estudiantes, mejora sus trayectorias, y contribuye a la permanencia de los chicos en la escuela. Sin embargo, las instituciones son reacias a darlos en préstamo anual, y piden que se tenga más en cuenta las particularidades de cada establecimiento en la selección de envíos. Como aspecto positivo, la llegada de los libros revitalizó la figura del bibliotecario, y los actores hablan de un remplazo de "la cultura de la fotocopia" por la "cultura del libro".
Alejandro Garay, titular de la Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas de la Nación, valoró "el salto cualitativo en el progresivo remplazo de la cultura de la fotocopia, sobre todo en primaria. Aún nos falta un poco en secundaria, donde también debemos lograr que el libro se complemente con las nuevas tecnologías; la gran tarea de esta etapa es esa, y generar buenas capacitaciones". Las entregas incluyen libros de literatura, matemática, historia y manuales, incluso de inglés, para todos los niveles de establecimientos públicos, también rurales, especiales, en contextos de encierro y hospitalarios-domiciliarios.
Para ocho de cada diez profesores, estos libros aportan "mucho" a la enseñanza, aunque hay diferencias: los de Ciencias Sociales (85%) los valoraron más que los de Matemática (62%). El aporte que más reconocen es el de favorecer el desarrollo y apropiación de los contenidos en clase y, en segundo término, el efecto que producen en la motivación y la promoción del aprendizaje. Los textos también son usados de manera complementaria para actividades vinculadas con promover "libremente" el gusto por la literatura e intensificarla, y teatralizar textos escogidos.
"Los docentes en general conocen los libros y los usan", subraya el estudio. Sin embargo, hay diferencias entre materias (Lengua le saca diferencia al resto), y se percibe una falta de actualización en la formación enciclopédica. Sólo la mitad dijo tener acceso a las nuevas publicaciones que lanza el mercado editorial, y Misiones y Tucumán (23,5% y 29,2%, respectivamente) se mostraron muy rezagados.
Un aspecto clave que generó el operativo es la revalorización de las bibliotecas escolares. "Se constituye en un ámbito ampliamente valorado, cuyo buen funcionamiento es crucial para el desarrollo de la labor pedagógica de la escuela. Comienza a tener envergadura, impacto e incidencia a partir del arribo de los libros de texto", resalta el trabajo. No obstante, un 20% de los directivos informó que carecen de personal exclusivo en la biblioteca, mientras un 36% de los bibliotecarios no tiene formación específica.
El 88% de los actores coincidió en asignar al Estado la responsabilidad de proveer libros a las escuelas, pero un tercio señala que debe limitarse a los estudiantes que "no tienen recursos económicos para adquirirlos". Y en la práctica, cuesta que los docentes incorporen los tres libros que se distribuyen juntos. La mitad utiliza un único título a la vez. Por otra parte, un 60% de los encuestados señala que la selección realizada por el Ejecutivo Nacional no incluyó algunos títulos "particularmente interesantes".
En el primer ciclo de la primaria, el libro es propiedad del alumno; en el siguiente se da en comodato; y para los años superiores queda en circulación dentro de la escuela. Sin embargo, sólo el 60% de los establecimientos cumplió con este esquema, y a la larga los que encararon el préstamo anual decidieron no reiterar el mecanismo. Garay remarcó: "Ahí tenemos un problema. Antes los docentes estaban acostumbrados a trabajar con presupuesto acotado, todavía queda la cultura de no prestar los libros, temiendo que se rompan. Por eso les insistimos en que no hay problema, que todo el año reponemos y que están para aprender." El ámbito donde se usan más los libros sigue siendo, por mucho, la escuela, por sobre el domicilio del estudiante o el del docente.
Una comisión asesora nacional define la lista de libros posibles, y luego, cada provincia elige tres de cada rama. Pero sólo un 15% conoce este mecanismo, y más de la mitad  de los docentes indicó que la elección por medio de una comisión externa a la escuela tiene consecuencias desfavorables para su aprovechamiento, porque así se desconoce el perfil de los alumnos, al ser de "lenguaje elevado" y "ajeno" (22%), o no correspondente con los planes de estudio del establecimiento (18,5%). Para Garay, "aún queda avanzar en material específico para las nuevas orientaciones en secundaria, como tecnología, turismo o medio ambiente. No hay buenos materiales o no están actualizados. Hemos ido horizontalizando el mercado editorial, pero seguimos necesitando más editoriales provinciales, así llega más rápido el libro en cada región". «
 
cómo se incorporan al aula
 
 Acceso a los libros. Favorece los procesos de escolarización y contribuye a la permanencia de los adolescentes en la escuela. Los actores hablan de un remplazo de "la cultura de la fotocopia" por la "cultura del libro".
 Bienes culturales. Uno de cada tres profesores prioriza los aportes que refieren a las posibilidades de "ampliación del acceso a los bienes culturales", que significa para los estudiantes el trabajo con los textos y, también, la colaboración que estos prestan a la resolución de tareas individuales y grupales.
 En clase. Los docentes consultan los libros principalmente para seleccionar las actividades que se incorporarán en las clases (64,6%) y obtener materiales para la elaboración de guías de estudio destinadas a los estudiantes (65,4%).
 De acuerdo. El 55% de los consultados en la encuesta está conforme en relación con la cantidad de libros de texto enviados.
 Desconocimiento; El 38% de los profesores de Lengua conocían todos los títulos que le llegaron. En cambio, sólo el 2,5% de los de Matemática estaba al tanto de lo que le llegó, y el 73,1% no ubicó un sólo título.
 Cantidad o variedad. Sólo 5 de cada 10 docentes de Lengua que manifestaron conocer todos los títulos, dijeron coincidir con los gustos de los jóvenes. Y un 70% de ellos prefiere varios ejemplares de cada título antes que priorizar la variedad de títulos.
 
77 editoriales y 35 imprentas
 
A los 54 millones de libros que se habían entregado desde 2004, se agregaron este año otros 13.250.106, con una inversión de 313 millones de pesos, involucrando a 77 editoriales y 35 imprentas, lo que lleva el total de volúmenes entregados a bibliotecas escolares por el Ministerio de Educación de la Nación a 67 millones en diez años.
El 59% de los libros se compran a empresas nacionales. Como novedad, el Operativo Nacional de Distribución de Textos Escolares 2013 incluyó “Colecciones de Aula” para el primer ciclo del nivel Primario y el Inicial, de los que participan alrededor de 50 editoriales, muchas de ellas pequeñas y medianas empresas nacionales especializadas en literatura infantil y juvenil.
Los ejemplares que integran el operativo pertenecen a más de 960 autores de todo el mundo, entre clásicos y contemporáneos, y de ellos, 666 son argentinos. La entrega incluye 1.752.317 libros de texto para el 1º y 2º ciclo de la educación primaria, destinados a 8300 escuelas de zonas vulnerables. También se distribuyen colecciones de obras literarias para bibliotecas escolares, que incluyen 1.287.500 ejemplares para el nivel Inicial y 1.298.000 para el Primario. En el caso de las escuelas secundarias de todo el país, recibirán una colección de obras literarias de 2.812.718 ejemplares, “con temáticas y autores seleccionados para atraer a los adolescentes”, según indicaron desde Educación.
 
 
Títulos para todas las edades
 
Algunas de las obras que recibieron los establecimientos de Nivel Inicial son: Una trenza tan larga, de Elsa Bornemann, e Historia del dragón y la princesa, de Gustavo Roldán. A las primarias llegarán: Guitarras, guitarritas y guitarrones, de Adela Basch; Cuentos con mi papá, de Mempo Giardinelli; Doña Disparate y Bambuco, de María Elena Walsh, entre otros. Y en la lista de títulos para las secundarias figuran: Lo raro empezó después, de Eduardo Sacheri; La máquina del tiempo, de Herbert G. Wells; Planeta Miedo, de Ana María Shua; Las palabras andantes, de Eduardo Galeano; La caída de la casa Usher, de Edgar A. Poe; y El rock argentino en cien canciones (Antología).
 
Vulnerables
8300 escuela de zonas vulnerables recibirán durante 2013 unos 1.752.317 libros para el 1º y 2º ciclo de la educación primaria.

TIEMPO ARGENTINO
 
 

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