Los chicos de los colegios especiales formarán orquestas y coros
El Ministerio de Educación nacional incluyó a las escuelas de educación especial en el Programa de Orquestas y Coros para el Bicentenario. En el acto de presentación estuvo León Gieco, que escuchó a los chicos y cantó con una orquesta escolar.
León Gieco fue ovacionado después de los tres temas previstos y tuvo que hacer un bis.
El ministro de Educación, Alberto Sileoni, anunció ayer la incorporación de escuelas de Educación Especial al Programa Nacional de Orquestas y Coros para el Bicentenario, en un acto junto al cantautor León Gieco. “El arte no es un conocimiento menor ni subalterno; la música salva al mundo y nos hace mejores personas”, expresó Sileoni. La extensión del programa a la escuelas especiales de todo el país se presentó en el colegio 516 de Rafael Castillo, partido de La Matanza, donde acompañaron al referente educativo la directora general de Educación bonaerense, Silvina Gvirtz; el intendente del distrito, Fernando Espinoza, y Gieco.
Unas 300 personas colmaron una gran carpa instalada en el lugar y para aminorar la espera y el frío que asoló al conurbano bonaerense, representantes de la escuela repartieron empanadas de carne recién horneadas. A eso de las 13.30 subió al escenario Sebastián Urquiza, director de la escuela 516. “¿Por qué una orquesta en una escuela como ésta? –se preguntó–. Simplemente porque es un derecho.”. El Programa Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles fue creado por el Ministerio de Educación de la Nación con el fin de tender puentes hacia la reinserción de los alumnos en la escuela, colaborar con la retención escolar, mejorar el acceso de niños y jóvenes a los bienes culturales, y estimular así el contacto y el disfrute con la música.
El ministro señaló a Página/12 que “hoy (por ayer) arrancamos con orquestas en escuelas que atienden a chicos con discapacidad en Rafael Castillo y en Ramos Mejía, los establecimientos 516 y 501 respectivamente, ambas en el distrito de La Matanza, y las primeras escuelas especiales de todo el país que incorporan esta iniciativa, que es una manifestación de inclusión y de justicia social”.
Asimismo, Sileoni comentó que entregaron “cinco mil instrumentos para las orquestas de todo el país sin un criterio clasificatorio, son los mismos y los mejores instrumentos para todos los chicos de la Argentina”. “Con más razón para todos los chicos que tienen alguna discapacidad, porque no hay cruce más desgarrador que el de pobreza y discapacidad”, agregó. Ahora, “el programa cuenta con 50 orquestas y 32 coros en 17 provincias y están en proceso de formación 40 orquestas y 40 coros. La idea es llegar a las 100 orquestas a fin de año”, sostuvo Sileoni.
A su turno, Gvirtz indicó que “la educación asociada a las ciencias naturales, ciencias sociales, matemática y lengua es sólo una parte del trabajo”. “Lo que genera la música para estos chicos es la posibilidad de un nuevo mundo. Construir algo interesante para sí mismos y para los demás, porque la música comunica y sirve para mejorar la calidad de vida de los chicos y los adultos, por eso genera justicia social”, dijo.
Antes de que subiera Gieco al escenario, diez chicos de la escuela especial 516 demostraron su pasión por la música. Empezaron a sonar trompetas, violines y violoncellos, casi en un primer contacto con los instrumentos. Aún resta definir los días y horarios de los talleres de música, lo que les va a permitir poder formarse musicalmente, fortalecer su autoestima y aprender del trabajo en equipo, la responsabilidad y la proyección hacia un futuro de realizaciones.
Gieco fue invitado especialmente a la ceremonia por el alcance del proyecto Mundo Alas, que lleva adelante, y por su compromiso con la integración de personas con capacidades especiales a través de la música. Saltó al escenario cerca de las 14.30 e interpretó sus temas “Carito”, “Memoria” y “Cinco siglos igual”, acompañado por una orquesta juvenil de Florencio Varela. Ante el “olé, olé olé, Gieco, Gieco”, el cantautor tuvo que agregar un par de temas más a su repertorio. Y la fiesta continuó.
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