LOS DOCENTES DE LA ESCUELA DE MONTE CASTRO VOLVIERON A SUS CARGOS
La reincorporación cumple con lo ordenado por la jueza Elena Liberatori. En el colegio fueron recibidos con algarabía. “Se hizo justicia”, destacó la directora Liliana García. Mauricio Macri cuestionó a la magistrada y adelantó que apelarán su decisión.
Los chicos de la escuela de Monte Castro recibieron con afecto a la directora Liliana García.
Por Werner Pertot
Los docentes que había separado la gestión PRO reingresaron a la escuela entre aplausos de sus colegas y en medio de una algarabía general. Algunas maestras lloraban, otras se reían. “Vamos, compañeras”, les gritaban. Varias alumnas de séptimo grado se colgaron del cuello de la directora. Los seis docentes y el auxiliar de portería pudieron volver gracias a un fallo judicial de la jueza Elena Liberatori. “Se hizo justicia”, señaló la directora Liliana García, a la que acompañaron el titular de la CTA, Hugo Yasky, y el de UTE-Ctera, Eduardo López. El jefe de Gobierno, Mauricio Macri, dijo que apelarán el fallo y cuestionó a la magistrada, sobre la que dijo que patea “penales afuera”. Ningún funcionario PRO dio explicaciones por los interrogatorios a los docentes en el Ministerio de Educación y a los que la jueza calificó de un “método ilegal”.
Macri reaccionó como suele hacerlo ante fallos adversos: salió a cuestionar a la magistrada. “La jueza Liberatori siempre falla en contra. Ella y Gallardo siempre provocan ir a favor de lo que está fuera de la ley. Y casi siempre la Cámara revierte esa resolución. Si alguien patea 99 penales afuera le dirán que no patee más, ella puede seguir fallando”, opinó el jefe de Gobierno. “Habrá que ir a la Cámara. El proceso del sumario seguirá. Esto es solamente una arbitrariedad”, dijo Macri. Lo secundó el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, quien dijo que “se siguieron todos los pasos legales, no son decisiones políticas. No es lo mismo hacer las cosas bien que hacerlas mal”.
En su fallo, la jueza señaló que la resolución que separó a los docentes no se basó en hechos comprobados y estaba plagada de adjetivos y conceptos vagos. También advirtió que era ilegal la forma en que se condujo el “presumario”, para el que convocaron a los docentes y los presionaron para intentar que dieran los nombres de quienes habían participado en la caracterización. “Dígame si eran masculinos o femeninos”; “Acá se viene a decir la verdad”; “Usted se va cuando yo le diga”, fueron algunas de las frases que los docentes recordaron de sus interrogadores, dos abogados del Ministerio de Educación. Liberatori advirtió que no se les informó de qué los acusaban, ni de su derecho a tener un abogado presente. “Cuando salgan las declaraciones del sumario se va a ver por qué fue sancionado cada uno, cómo se asignan las responsabilidades entre ellos, cuando han discutido frente a aquellos que han abierto los sumarios”, se frotó las manos Macri, en referencia a esos interrogatorios.
“Es la cuarta jueza que recibe este tema. Ninguno de los otros jueces pensaba lo mismo”, sostuvo Bullrich, quien luego aclaró que en realidad desconoce lo que pensaban otros magistrados –que no emitieron opinión–, pero “los gremios que los recusaron parecían conocerlos”. “Vamos a apelar, pero quiero dejar claro que lo que más me preocupa es el normal funcionamiento de la escuela. La apelación tiene que ver con no avalar un fallo con información falsa. No vamos a sacar y poner, sacar y poner maestros, porque les va a hacer mal a los chicos”, dijo el ministro.
–Ya le hicieron ese mal –apuntó Víctor Hugo Morales en una entrevista.
–No, no. Pero porque correspondía.
Bullrich reiteró que “usaron a los chicos en una teatralización político-partidaria”. Cuando este diario le preguntó a Bullrich cuál era el carácter partidario de la dramatización en contra del cierre de cursos, contestó que es “en el sentido de que critica a una gestión específica, que es la de Mauricio Macri”. En esa línea, el ministro opinó que una cosa es discutir sobre los próceres y otra cosa es debatir sobre hechos de actualidad. En el entorno del ministro señalaron que no es seguro que mantengan a los docentes cuando concluya el sumario en “60 a 90 días”. Lo instruye el procurador porteño Julio Conte Grand.
Los docentes separados tuvieron una mañana agitada. Comenzó con una conferencia de prensa en la que los acompañaron el titular de una de las CTA, Hugo Yasky (que presentó el amparo); la de Ctera, Stella Maldonado; el de UTE, Eduardo López; el defensor general Mario Kestelboim; el defensor adjunto, Andrés Gallardo, y el legislador Francisco “Tito” Nenna.
“Han querido acallarnos, pero lo que han conseguido fue multiplicar las voces en defensa de la libertad de expresión, la democracia y la escuela pública”, dijo el bibliotecario Guillermo Di Fini. “Los chicos aprendieron que en democracia uno puede peticionar y que las autoridades, algunas van a escuchar y otras no, pero los que escucharon hicieron las cosas como corresponde y al final se hizo justicia”, dijo la directora, quien le pidió a Bullrich: “Venga a la escuela, no lo vamos a maltratar como nos maltrataron sus abogados, que nos trataron como la peor basura”.
Gallardo advirtió que en el proceso “hubo una violación de los derechos humanos y es lamentable este tipo de conducta”. “Quiero decirle al jefe de Gobierno que no nos va a conducir con la estigmatización y con el castigo. En la escuela pública no se castiga por pensar distinto”, advirtió López. “Vamos a seguir defendiendo el derecho social a la educación, por más que Macri nos castigue, por más que ponga un espía en el ministerio como Ciro James, por más que abra un 0800, por más que separe a las maestras de Monte Castro. Vamos a enseñar a pensar y no a obedecer”, dijo. Luego los docentes reingresaron en la escuela y todo fue abrazos y lágrimas de alivio. El bibliotecario alzó sus brazos y gritó: “¡Viva la escuela pública!”, y todos contestaron: “¡¡Viva!!”.
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