lunes, 3 de junio de 2013

Mara Brawer, diputada


Desarmar prejuicios

Por Mariana Carbajal
“Las sanciones tienen que ser educativas. ¿Para qué sirvió en el caso de la profesora de San Luis? Para reforzar los estereotipos que reflejaron los padres sobre la educación sexual integral”, opinó la diputada y ex subsecretaria de Educación de la Nación, Mara Brawer, al ser consultada sobre el caso de la profesora de Lengua y literatura sancionada por el gobierno puntano. Para Brawer, el episodio muestra que “han fallado todos” en el sistema educativo. “El derecho se hace efectivo cuando se logra su implementación. Y para que eso suceda hay que crear las condiciones. La Ley de Educación Sexual Integral (ESI) en su artículo 9 dice que claramente las jurisdicciones deben crear espacios de formación para los padres. Porque los padres tienen derecho a estar informados. Venimos de generaciones y generaciones que no han sido formadas en ESI. Los padres tienen derecho a saber qué se les enseña a sus hijos y deben participar de la educación sexual de sus hijos. Pero no se pueden convertir en árbitros porque hay una ley que define los contenidos que se deben dictar”, explicó Brawer. De su subsecretaría dependía el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, creado a partir de la ley en 2006, para promover la formación docente y elaborar materiales para abordar la temática en las aulas.
“Otro objetivo de la ley es vincular a la escuela y la familia para lograr la mejor implementación. Es evidente que en la escuela (secundaria Nicolás Antonio de San Luis) no hubo un trabajo previo con los padres. Esto queda en evidencia cuando se refieren a la profesora que fue sancionada como una sinvergüenza y refieren prejuicios sobre su vestimenta. La ESI también apunta a desarmar prejuicios en torno de la vestimenta. Se debería trabajar en esa comunidad educativa sobre lo que es la ESI, la diversidad sexual, los prejuicios”, consideró. A su criterio, el libro elegido por la docente no sería pertinente para trabajar la diversidad sexual porque refleja un “vínculo asimétrico” entre una profesora y una alumna. “Ahí hay un cuestionamiento ético”, observó. “Quizá la docente eligió mal el texto. Pero la escuela tendría que haber aprovechado la oportunidad, a partir del planteo de los padres, para trabajar con ellos sus prejuicios en torno de la ESI. La actitud que tuvieron es un compendio de discriminación y prejuicios, que quede válido el cuestionamiento que hicieron es un problema porque consolida los prejuicios”, añadió.
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